El show de Mónica Oltra en Les Corts Valencianes, donde redujo sus problemas judiciales a una "cacería" contra ella, ha generado rechazo entre los socialistas valencianos, que no han dudado en distanciarse de la líder de Compromís.
La postura oficial del PSPV-PSOE ha sido el tradicional "respeto al procedimiento judicial" desde que el juez de instrucción, Vicente Ríos, pidió la imputación de la vicepresidenta. Aprecia inicios de delito en la actuación de su conselleria ante los abusos sexuales de su exmarido a una menor tutelada.
El rechazo socialista a esta deriva de Mónica Oltra quedó patente desde el mismo momento en que ella expuso en el parlamento la persecución que dice sufrir, en la que involucra a la empresa Ribera Salud, al expresidente Francisco Camps, a la agitadora de extrema derecha Cristina Seguí y hasta al Ateneo Mercantil de Valencia.
La dirigente obtuvo el aplauso de su partido, pero el grueso de los socialistas torció el gesto. No hubo palmas de apoyo ni del portavoz socialista, Manolo Mata, ni del presidente valenciano, Ximo Puig.
El jefe del Gobierno valenciano se pronunció rotundo al respecto días después. Preguntado expresamente sobre la mencionada "cacería", negó la mayor. "Yo no creo en teorías de ninguna conspiración", aseveró.
El escaso consuelo que le queda a Mónica Oltra es que Puig sí cargó contra el uso del caso que realizan PP, Ciudadanos y Vox. "Lo que sí creo es que hay intereses determinados por intentar pervertir la verdad. Tengo tanta confianza en la Justicia como desconfianza en las derechas valencianas respecto a la búsqueda de la verdad", zanjó.
En el PSPV-PSOE son bien conscientes de la seriedad con la que se está llevado a cabo la investigación. Al margen de lo accesorio (los actores de extrema derecha que han denunciado a la vicepresidenta) se encuentra el asunto esencial (los hechos por los que el juez pide su imputación).
Como viene informando EL ESPAÑOL, el magistrado del Juzgado de Instrucción 15 de Valencia solicitó que Mónica Oltra declare como investigada al considerar que existió una "instrucción paralela" en su conselleria para desacreditar a la menor tutelada de la que abusó sexualmente su exmarido, que era educador en el centro de menores de la víctima. Dos informes encargados por la Generalitat concluyeron que la niña se inventaba un abuso sexual que sí acreditó después la Justicia.
Voluntad de ocultar
"No existió en sede de conselleria ninguna voluntad real de esclarecer los hechos, sino, por el contrario, de ocultarlos, con una mera apariencia de actuaciones dirigidas a esclarecerlos", aseveró el juez en uno de los pasajes más duros de su auto.
Los socialistas, ante las firmes premisas de un juez -que además es considerado progresista- huyen de la teoría conspirativa desplegada por Oltra. "Yo no lo habría definido en esos términos", manifestó al respecto el propio Manolo Mata en una entrevista concedida a la radiotelevisión valenciana À Punt.
No es la primera fricción por este caso entre ambos socios del Govern del Botànic. De hecho, tal y como publicó este periódico, entre los socialistas se desató también el nerviosismo cuando Oltra aseguró que no dimitirá aunque la imputen. Los del puño y la rosa no tienen tan claro que ese escenario sea sostenible para el Gobierno valenciano.
Mientras tanto, Oltra lo fía todo al relato de la "cacería". "En toda cacería se ha de seguir la pista del dinero. Y en este caso la pista del dinero nos lleva a un 'camino de rosas', eso sí, con muchas espinas", expuso la vicepresidenta en Les Corts Valencianes antes de lanzar una larga pregunta.
"¿Qué tendrá que ver el expresidente de la Generalitat de un partido condenado por corrupción, con Ribera Salud, con una fundadora de Vox querellante y exhibicionista de Maite por espectáculos televisivos, el Ateneo Mercantil, y un exvicepresidente del Consejo General del Poder Judicial?", preguntó.
Se respondió ella misma. "Pues mire, el nexo de unión es el dinero y, desde luego, la cacería hacia mi persona. Ribera Salud, que por la reversión de las políticas del Botànic -que ya no permite hacer negocios con la salud- ha perdido ingresos millonarios. Alberto de Rosa es su director. El senador actual del PP, expresidente de la Audiencia Provincial y exconseller de Justicia con el señor Francisco Camps -últimamente muy activo en Twitter-", expuso, sin precisar que este último es Fernando de Rosa.
"Ribera Salud, que ofrece trabajo en un hospital a punto de revertir para después hacer en el Ateneo Mercantil el espectáculo y la grosera exhibición de la víctima. Ateneo Mercantil al frente del cual está la señora Carmen de Rosa", agregó. "Unan los puntos. Unan los puntos", concluyó mientras exhibía una fotografía de "el señor Camps, el señor Alberto de Rosa y la señora Cristina Seguí, la querellante que está detrás de toda la cacería que han montado ustedes". Los tres aparecen juntos en la estación del AVE.
En efecto, la familia De Rosa ha dado cobijo a la víctima. Ribera Salud dio un empleo a Maite, la joven abusada, en el Hospital de Torrevieja; y el Ateneo Mercantil acogió un evento para recaudar fondos en su beneficio, en el que participó Cristina Seguí, una de las querellantes contra la vicepresidenta y su equipo. Y esta última comparte abogado con Francisco Camps. No dijo nada más Oltra en su intervención. No hubo respuesta para la diputada del PP, Elena Bastidas, que había preguntado expresamente por los "indicios sólidos de encubrimiento en el abuso sexual a una menor tutelada".
El auto que solicita la imputación de Oltra indica exactamente que existen "indicios de que en ningún momento existió una voluntad cierta de esclarecer los hechos penalmente relevantes repetidamente expuestos por la niña y atribuidos al marido de Mónica Oltra". Por ello pide que declare como investigada al ser, "a la sazón, consellera y, por tanto, responsable de la conselleria y superior jerárquicamente de los funcionarios que tenían conocimiento de lo verbalizado por la niña".
Los dos informes que encargó la conselleria, lejos de constatar el abuso, desacreditaron a la víctima. Mientras tanto, la investigación judicial al educador, Luis Eduardo Ramírez Icardi, avanzó de una manera muy distinta. El Instituto de Medicina Legal y la Fiscalía sí creyeron a la chica. También el juzgado y la Audiencia de Valencia, que condenaron a Ramírez Icardi a 5 años de cárcel. La sentencia concluyó que, "una vez creía que se hallaba dormida, cogía la mano de la niña y se masturbaba con ella, fingiendo la menor dormir ante la vergüenza que le producía dicha situación".