Qué franquistas faltan por exhumar para cumplir con la Ley de Memoria Democrática
Los restos mortales de dos dirigentes franquistas que permanecen enterrados en el Alcázar de Toledo seguirían el mismo destino que los de José Antonio Primo de Rivera.
25 abril, 2023 07:06Los restos de dos militares franquistas yacen en la cripta del Alcázar de Toledo, el último santuario franquista que acoge, además, el Museo del Ejército y la Biblioteca de Castilla-La Mancha. Hasta el año pasado, ambos recibían homenajes cada último domingo de septiembre, algo que, junto a su inhumación en un espacio público, está prohibido por la Ley de Memoria Democrática.
Después de exhumar los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera durante la mañana de este lunes, y los del general franquista Queipo de Llano en Sevilla el pasado noviembre, hay dos grandes nombres que quedan pendientes.
José Moscardó Ituarte (1878-1956) fue nombrado por Francisco Franco conde del Alcázar de Toledo y el teniente general Jaime Milans del Bosch (1915-1997) participó en la sublevación de 1936, si bien es conocido por haberse sumado desde Valencia al intento de golpe de Estado de Antonio Tejero en 1981.
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Ambos formaron parte del total de 1.785 personas que permanecieron encerradas en el interior del Alcázar de Toledo durante 68 días en 1936 hasta que las tropas sublevadas de Francisco Franco entraron en la ciudad en uno de los episodios más simbólicos de la Guerra Civil para el Ejército franquista, tras derrotar al Ejército de la República en una ardua batalla que se prolongó dos meses.
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Franco promulgó una ley que permitía enterrar en la cripta del Alcázar de Toledo a quienes habían participado en el bando golpista, entre ellos militares y civiles. Pero en el sepulcro yacen más de 200 cuerpos de personas que participaron en la sublevación militar.
Por el momento, el Ministerio de Defensa, del que depende el Alcázar de Toledo, ha iniciado ya los expedientes para acometer las exhumaciones de José Moscardó Ituarte, enterrado en el Alcázar en 1956, y Jaime Milans del Bosch, en 1997. Los restos mortales del general Gonzalo Queipo de Llano, que participó en el golpe de Estado de 1936, y del auditor de guerra Francisco Bohórquez fueron retirados de la basílica de la Macarena en Sevilla.
¿Qué papel tuvo José Moscardó Ituarte en la Guerra Civil?
Moscardó intervino en la Revolución filipina (1897-1898) y en la Guerra del Rif (1909-1926) antes de unirse a los sublevados en la Guerra Civil. Coronel en 1929, dirigió el Colegio de Huérfanos de Toledo y en 1934 fue comandante militar de Toledo. Con el inicio de la Guerra Civil se recluyó en el Alcázar con los rebeldes y sus familias, resistiendo el asedio republicano hasta que el general franquista José Enrique Varela tomó la ciudad.
Participó en las batallas de Guadalajara y en la ofensiva contra Cataluña, en 1938 fue General de División y una vez instalada la dictadura de Franco ascendió a teniente general, obtuvo el título de conde de Alcázar y la condecoración de la Cruz Laureada de San Fernando.
¿Quién fue Jaime Milans del Bosch?
Descendiente de militares de alta graduación, comenzó su carrera militar en 1934 al ingresar en la Academia de Infantería de Toledo. Participó del bando sublevado en la Guerra Civil y en la defensa del Alcázar de Toledo cuando sólo tenía 21 años. En 1941 participó en la División Azul en la campaña de Rusia y después fue agregado militar en las Embajadas de España en Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay.
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En 1971 ascendió a general y estuvo al frente de la unidad de élite de la División Acorazada Brunete hasta 1977, año que llegó a teniente general. Fue uno de los caudillos del golpe militar fallido del 23 de febrero de 1981, conocido como 23-F: decretó el estado de excepción en Valencia después de que el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, tomase por la fuerza el Congreso de los Diputados hasta que el rey emérito, Juan Carlos I, se dirigió a los ciudadanos a través del único canal televisivo que había para pedir el mantenimiento del orden constitucional.
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El 8 de marzo de 1981 fue procesado junto a otros 24 militares golpistas y al año siguiente fue condenado a 26 años y 8 meses de prisión, expulsado del Ejército. Nunca mostró arrepentimiento y al morir, en 1997, fue sepultado en el Alcázar de Toledo.