"No cambio derechos por presupuestos": Ayuso se planta ante Vox y pone en evidencia a Sánchez
Ayuso tendrá que prorrogar sus presupuestos, pero esto le permite marcar distancias con Vox ante las elecciones autonómicas del mes de mayo.
17 diciembre, 2022 03:05Isabel Díaz Ayuso ha dicho este viernes "basta" a sus socios parlamentarios de Vox: "No voy a intercambiar derechos y obligaciones por presupuestos", ha advertido, "esto es una práctica cada vez más frecuente en la política española, que me parece una irresponsabilidad".
La presidenta madrileña ha rechazado así el último órdago lanzado por el líder de Vox, Santiago Abascal, quien había ofrecido el apoyo de su partido a los Presupuestos de la Comunidad para 2023, a cambio de modificar algunas leyes ideológicas, como la Ley Trans autonómica.
Pero Ayuso ha decidido plantarse. Y ha utilizado este gesto para poner en evidencia al presidente Pedro Sánchez, quien a cambio del apoyo de ERC a los Presupuestos del Estado ha aceptado derogar el delito de sedición y rebajar las penas al de malversación. Ayuso no está dispuesta a aceptar un trágala similar.
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La presidenta madrileña ha hecho así de la necesidad virtud: el "no" de Vox le obliga a prorrogar los presupuestos de 2022 en el año electoral. Pero, al mismo tiempo, le permite marcar distancias con la formación de Abascal de cara a los comicios de mayo, en los que la líder del PP madrileño aspira a obtener mayoría absoluta para seguir gobernando en solitario.
Rocío Monasterio lleva toda una legislatura diciendo que Vox nunca se sitúa del lado de la "izquierda", pero este viernes lo ha hecho.
Los de Rocío Monasterio, Más Madrid, Unidas Podemos y el PSOE han votado en contra del dictamen de la Comisión sobre el Proyecto de Ley 22/22, de Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2023.
Con esta estrategia, orquestada desde la dirección nacional, Vox puede haber tropezado con la misma piedra que le hizo perder todas sus expectativas en Andalucía. Vox Andalucía rechazó los últimos presupuestos de la Junta de Andalucía elaborados del PP y Ciudadanos (Cs), tras haber apoyado los tres anteriores.
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Con esa decisión, Vox intentaba marcar perfil propio y esperaba gobernar en coalición con el PP tras unas elecciones autonómicas. Pero terminó consiguiendo unos resultados bastante tibios, tras la errática campaña electoral de Macarena Olona, y Juanma Moreno Bonilla obtuvo una arrolladora mayoría absoluta que sorprendió a casi todos.
En la cena celebrada en Alcobendas con un millar de afiliados, Alberto Núñez Feijóo destacó ante Ayuso la importancia que tiene para el PP mantener el gobierno de Madrid en las autonómicas del próximo mes de mayo.
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"Hay que ir a por Móstoles, Carabanchel, Getafe", enumeraba el presidente en referencia a la conquista del conocido como cinturón rojo de Madrid. El mismo que en las elecciones del 2021 dieron a Ayuso un excelente resultado.
El desacuerdo entre Vox y el PP en la Comunidad de Madrid se empezó a fraguar el 2 de diciembre, cuando el grupo parlamentario liderado por Rocío Monasterio registró fuera de tiempo —según este partido, por problemas informáticos— sus enmiendas a los presupuestos de 2023.
¿Qué ha pasado?
Unas enmiendas que se habían estado negociando con la Consejería de Economía y Hacienda durante los últimos dos meses. Con el pretexto del "fallo informático", Vox confiaba que la Mesa de la Asamblea (en la que el PP tiene mayoría) admitiera a trámite sus enmiendas, aunque se hubieran presentado fuera de plazo. Pero no fue así.
Ahí se empezó a fraguar la ruptura entre los socios. El discurso de Monasterio cada vez era más duro, pero dejaba entrever que Vox se abstendría en la votación, para no ir "con la izquierda a ningún sitio".
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Pero todo cambió en el Congreso de los Diputados. Desde la dirección nacional empezaron a filtrar que Vox iba a tumbar los presupuestos. Dos horas más tarde de que el portavoz de Vox en la Comunidad de Madrid hubiera dicho que se iban a abstener, tenía que salir Rocío Monasterio a anunciar su no.
Desde ahí todo ha ido a peor. Ayuso les seguía teniendo la mano para incorporar enmiendas, pero el acuerdo no ha sido posible. Al final, el desenlace ha sido el esperado y Vox ha votado en contra de los presupuestos, lo que deja a Ayuso con las manos libres para conseguir su objetivo: alcanzar la mayoría absoluta el 28 de mayo.