Papel mojado. En eso se han convertido las 53 enmiendas presentadas a la reforma del Estatuto de Autonomía de Murcia que se tramita en el Congreso de los Diputados. PSOE y Ciudadanos pretendían poner coto al transfuguismo y limitar los mandatos, pero el PP frenará tales enmiendas tras haber sacado adelante una reforma parcial del reglamento del Parlamento autononómico, con el apoyo de los diputados expulsados de Ciudadanos y Vox.
Básicamente -y sin entrar en tecnicismos- los populares añadirán un nuevo artículo en el reglamento de la Asamblea Regional, que facultará al Hemiciclo murciano a retirar cualquier iniciativa legislativa enviada al Congreso de los Diputados. De esta manera, el PP, junto a sus nuevos socios de Gobierno tras la moción de censura, se asegura tener la última palabara en la reforma del Estatuto que se tramita en Madrid y deshacer cualquier medida que ponga coto al transfuguismo.
Tal cuestión no es baladí si se tiene en cuenta que la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo declaró tránsfugas al presidente de Murcia, Fernando López Miras, al presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, a la vicepresidenta, Isabel Franco, a la portavoz del Ejecutivo, Valle Miguélez, y al líder del Grupo Parlamentario Liberal de Ciudadanos, Francisco Álvarez.
Una fuente de la Asambea explica que tras aprobar la reforma parcial del reglamento parlamentario, el PP "solo tendrá que solicitar la convocatoria de otro pleno y pedir al Congreso el texto del Estatuto de Murcia". De esta forma, los populares, valiéndose de la mayoría que suman con los disputados expulsados de Cs y Vox, podrán dejar sin efecto enmiendas presentadas por PSOE, Ciudadanos, Podemos y Más País que afectan al transfuguismo y al blindaje del Mar Menor.
En la enmienda sobre transfuguismo, los socialistas planteaban la figura del diputado no adscrito, contemplada en otras comunidades, como Castilla-La Mancha, mientras que los naranjas apostaban por el pase automático al Grupo Mixto de todos aquellos parlamentarios expulsados de sus partidos. Ni una cosa ni otra prosperarán tras el pleno de este miércoles.
El portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Joaquín Segado, ha justificado esta reforma exprés del reglamento del Hemiciclo, en primer lugar, por la presentación de enmiedas al nuevo Estatuto de Autonomía después de que el texto se pactase en 2019 entre PP, PSOE, Podemos y Cs. "Han presentado enmiendas y han roto el consenso", según ha argumentado.
"Esas 53 enmiendas son un insulto al acuerdo que habíamos alcanzado y a los murcianos". El portavoz popular también ha criticado que el PSOE, con sus enmiendas, "ha puesto en cuestión los acuerdos que alcanzamos en materia de financiación autonómica".
Bildu y Esquerra
En segundo lugar, Segado ha defendido que la reforma del reglamento es legal: "No podemos permitir que desde el Congreso de los Diputados se tomen decisiones que le corresponden a esta Asamblea Regional. Es un derecho legítimo el que estamos ejerciendo para que sean los murcianos los que decidan el futuro de esta región, no Esquerra Republicana ni EH Bildu".
El portavoz del PSOE, Diego Conesa, ha calificado de "regate corto" y "marrullero" la modificación reglamentaria tramitada por vía de urgencia por los populares, con el objetivo de frenar las enmiendas al Estatuto en la cámara baja. "El señor Castillo todavía puede reconducir esta cacicada: tenga honor", tal y como le ha espetado Conesa al presidente de la Asamblea Regional.
El portavoz ha protagonizado este miércoles su última intervención en el Parlamento, tras entregar su acta, en la víspera del Congreso del Partido Socialista donde Diego Conesa será relevado por José Vélez al frente de la Secretaría General del PSOE en Murcia. En su adiós, desde la tribuna, Conesa se ha referido con ironía a los "señorías declarados tránsfugas" de Ciudadanos y a los "señorías expulsados" de Vox.
También ha lanzado un dardo al jefe del Ejecutivo murciano, Fernando López Miras, al criticar que el PP tan sólo ha llegado a un consenso con el PSOE en la Ley del Mar Menor: "Su única ambición era modificar la Ley del Presidente". Conesa, antes de bajarse de la tribuna, ha lanzado este mensaje a la bancada socialista: "Sigamos trabajando para mantener la decencia en la política".
Tres diputados no han votado
El tono más duro lo ha mantenido la portavoz de Podemos, María Marín, al asegurar que "en este Hemiciclo hay un puñado de tránsfugas que llevan meses manchando a esta institución", para acto seguido, calificar al Gobierno de Murcia como una "autocracia bananera, en manos de un tirano, que maneja esta Asamblea Regional como si fuese su cortijo". Marín ha denunciado que la reforma del reglamento no tiene garantías jurídicas: "Es una chapuza".
Juan José Molina, uno de los dos únicos diputados que Ciudadanos tiene reconocidos como naranjas, tras la expulsión de los otros cuatro del partido, también ha sido especialmente crítico en su intervención. "Pretenden quitar algo que se aprobó con mayorías legítimas usando una mayoría tránsfuga", tal y como ha denunciado. "Llevábamos un lustro trabajando en la reforma del Estatuto de Autonomía: les molesta el apartado que afecta al transfuguismo".
Durante su intervención, Molina ha avanzado que estudiarán todos los recursos posibles para tumbar la reforma del reglamento: "Es muy probable que acabe en el Constitucional". La modificación parcial para introducir el artículo 225, que permitirá a la Asamblea retirar una iniciativa legislativa enviada a las Cortes Generales, en cualquier momento de su tramitación, ha salido adelante con 23 votos a favor del PP y de sus socios -los expulsados de Cs y Vox-.
El únido diputado reconocido por el partido de Santiago Abascal se ha abstenido, mientras que en el PSOE han votado en contra 16 de sus 17 diputados, debido a que un parlamentario socialista se ha salido del Hemiciclo para mostrar su malestar, junto a los dos de Podemos que tampoco han estado presentes en la votación. También se han opuesto al cambio reglamentario los dos diputados reconocidos por el partido de Inés Arrimadas. La sesión se ha cerrado evidenciando una vez más que siguen sin cicatrizar las heridas políticas de la moción de censura.