Los grupos aliados del Gobierno y las dos formaciones que lo forman quieren que la Presidencia del Congreso de los Diputados ponga coto a las preguntas que "rompen la cordialidad" en las ruedas de prensa de la Cámara Baja. Según los jefes de prensa de estas 12 formaciones políticas, el "comportamiento" de determinadas "personas acreditadas en la sala de prensa del Congreso" es una sucesión de "intolerables faltas de respeto".
Este miércoles, los equipos de comunicación de PSOE, Unidas Podemos, Esquerra Republicana, EH-Bildu, JuntsxCat, PDeCAT, Más País, Equo, la CUP, Compromís, BNG y Nueva Canarias han presentado un escrito en el registro de la Cámara Baja contra lo que Gabriel Rufián llamó "las burbujas mediáticas de la ultraderecha".
Sin citar por su nombre a los medios a los que se refieren ni esgrimir a qué normas se refieren, el texto afirma que el "modo de actuación" de los reporteros de determinados medios "no se corresponde con el código deontológico ni con los principios de actuación acordados por los y las profesionales del ramo".
El documento, al que ha tenido acceso este diario, pide expresamente "tomar las medidas necesarias con el objetivo de restablecer el buen funcionamiento de las ruedas de prensa en el Congreso". Y consideran que el ambiente que se genera pone "en riesgo la libertad de información y el buen clima en la sala de prensa que, desde siempre, se venía produciendo".
Los equipos de comunicación de -salvo excepciones- los mismos grupos parlamentarios que han aprobado los Presupuestos Generales de 2022, la llamada "mayoría de gestión de Estado", en palabras del exvicepresidente Pablo Iglesias, reclaman a la Secretaría General "tome medidas".
El objetivo, alegan, es evitar "careos ideológicos" con reporteros que les interpelan "desvirtuando las ruedas de prensa y genera un clima de tensión que dificulta el trabajo del resto de periodistas que realizan su labor con profesionalidad".
Según argumenta el documento, firmado por todos ellos de su puño y letra, "hace ya tiempo que observamos con preocupación, intolerables faltas de respeto hacia el personal de algunos grupos parlamentarios" por parte de algunas personas acreditadas en la sala, "que rompen el clima de cordialidad y decoro entre periodistas, políticos y personal de los grupos".