Congreso sí, pero no ahora. El PSOE sabe que el resultado electoral del 26-J merece un análisis serio, pero no está seguro de que deba someterse al diván de inmediato. Los socialistas rehuyen el foco de los medios de comunicación argumentando que es Mariano Rajoy, el indudable vencedor de las elecciones, quien tiene que estudiar cómo garantiza los votos que le permitan revalidar la presidencia.
Sin embargo, el PSOE tiene el próximo sábado una cita importante en el calendario: el Comité Federal, la reunión del máximo órgano entre congresos, que deberá analizar los resultados y señalar el camino para las próximas semanas y meses.
Muchas son las tareas pendientes de los socialistas, pero se resumen en dos: decidir qué hacer en la investidura de Rajoy en todos los supuestos y poner en marcha los procesos internos postergados por estos meses de inestabilidad institucional. En otras palabras, el PSOE tiene que convocar un congreso ordinario del partido, que según los estatutos toca cada tres o cuatro años, como máximo. El último fue en Sevilla en 2012, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se impuso a Carme Chacón en el pulso que libraron por el liderazgo del partido. Después, en julio de 2014, se celebró uno extraordinario, pero sólo para escoger a Pedro Sánchrez y a su equipo. En los congresos se renueva la Ejecutiva, comenzando por el secretario general, pero también otros órganos clave, como el propio Comité Federal.
Fuentes socialistas aseguran que la intención de Sánchez es centrar este primer cónclave de dirigentes en el aspecto institucional. Rajoy cuenta, a priori, sólo con sus 137 escaños para ser investido. Si los demás partidos votan en contra, España estaría abocada a unas terceras elecciones en alrededor de un año. Varios dirigentes territoriales o barones han advertido de que ese escenario no es deseable ni para España ni para el partido. Entre los más claros han sido los presidentes de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. El primero ha augurado incluso una abstención en el último suspiro mientras que la segunda ha dicho claramente que el PSOE tiene que estar en la oposición. La única manera de asegurarlo si el PP no llega a un pacto con Ciudadanos y otros partidos es a través de la abstención.
En el plano interno, ¿cuánto más puede estar el PSOE sin hacer una eficaz terapia de grupo que vuelva a hacer del partido una opción de mayorías? Sánchez no tiene ninguna prisa en convocarlo, ya que podría ser el momento de decir adiós. La resolución del último Comité Federal que trató el tema aprobó posponerlo "hasta la formación de Gobierno en España", por lo que la cita podría celebrarse en otoño.
En un congreso, el PSOE renueva a buena parte de sus órganos, pero también las líneas maestras de su proyecto político, algo que algunos sectores esperan con impaciencia.