Esta vez sí hubo apretón de manos. A diferencia de lo que ocurrió en su última reunión en el Congreso, Mariano Rajoy estrechó la mano a Pedro Sánchez antes de reclamarle que facilitase su investidura. Pero la cita, que duró una hora y veinte minutos, fue infructuosa, como la anterior.
Sánchez confirmó el "no" del PSOE a Rajoy, lo que de facto hace que su candidatura no cuente hoy con posibilidades de éxito. "A día de hoy, el PP no cuenta con ningún apoyo. A día de hoy, el PSOE se reafirma en su voto contrario", aseguró. "El PSOE interpreta que la investidura y la gobernabilidad de España van de la mano. Una cosa no se puede disociar de la otra", según él.
Para el líder del PSOE, el PP tiene que sumar más apoyos. "Lo que tiene que hacer el señor Rajoy es ponerse a trabajar de verdad, negociar" con "aliados potenciales". "Entre los aliados potenciales no está el PSOE”, aclaró. "Entre esos 137 y 176 [escaños] no puede contar con el PSOE", insistió.
Sí puede estar Ciudadanos y hasta Convergència Democràtica, con quien Rajoy se reunió este martes por la noche prácticamente en secreto. Según Sánchez sería bueno que esa relación "fructificara y continuara. Es importante que la derecha española sea consciente de la crisis que vive Cataluña", dijo.
Sánchez no descarta nada
Eso sí, Sánchez abrió la puerta a un cambio de su postura con una enigmática frase: "El PSOE siempre estará en la solución". "El PSOE va a hacer todo lo posible para que no haya terceras elecciones", dijo en otro momento. Sánchez no habló en ningún momento de que el PSOE tenga que estar en la oposición, como sí confirmó el sábado, y tampoco descartó que él mismo pueda intentar de nuevo la investidura en caso de que Rajoy fracase, por lo que su comparecencia deja muchas dudas que él no ha querido despejar en una breve rueda de prensa.
Es la segunda vez que se escucha la voz de Sánchez desde el día de las elecciones. La primera fue el sábado, en un discurso ante el Comité Federal de su partido. Desde el viernes 24 de junio, Sánchez no respondía a preguntas de periodistas.
El líder del PSOE reconoció su "preocupación" por que más de dos semanas después el PP "no ha cosechado aún ni un escaño más" que se sume a los 137 que le dieron los españoles. En cualquier caso, sí reconoció que el tono de la reunión fue "cordial" y que el PSOE asume que es el turno de Rajoy y de la "democracia representativa", no de candidaturas alternativas.
Antes, mientras Sánchez y Rajoy estaban reunidos, Albert Rivera ofreció una rueda de prensa tras una reunión de la Ejecutiva de Ciudadanos para anunciar un cambio de postura. Como había adelantado EL ESPAÑOL, Rivera avanzó que su partido va a votar "no" a Rajoy en la primera votación, en la que el candidato necesita la mayoría absoluta de los diputados (176), pero anunció que se abstendrá en la segunda para favorecer la gobernabilidad. "Ahora le toca mover ficha al Partido Socialista", dijo a continuación, resignando a que un Gobierno en minoría de Rajoy "es la única alternativa al bloqueo y la parálisis que vive el país".
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