La jueza andorrana que investiga la intervención de Banca Privada de Andorra (BPA) dictó ayer un auto en el que procesa a 24 personas, acusadas de facilitar el lavado de fondos por medio de sistemas de compensación bancaria. Fue el pasado 10 de marzo de 2015 cuando la entidad financiera fue intervenida bajo una acusación de blanqueo de capitales. La magistrada Canòlic Mignorance pone así punto final a su investigación, concluye indicios contra una veintena de directivos y gestores del banco y remite la causa al Tribunal de Corts del principado para que decrete la apertura del juicio oral.
En un auto de 70 folios de extensión, la jueza exculpa en este presunto sistema de blanqueo a los accionistas mayoritarios de BPA, los hermanos Higini y Ramón Cierco (presidente del banco hasta la intervención), que habían sido investigados también en estos hechos. Además, remite a un juez ordinario de instrucción penal la denuncia hecha el pasado jueves en sede judicial por Higini Cierco, quien declaró que habían sufrido presiones por parte de mandos policiales españoles para forzarles a colaborar en sus investigaciones sobre corrupción contra políticos soberanistas catalanes. En concreto, querían datos de los Pujol, Artur Mas, Oriol Junqueras y sus respectivas familias.
Según han informado fuentes del entorno de los principales accionistas de BPA -que se han negado a aportar documentación acreditativa de su versión-, la juez Mignorance también ha decidido trasladar la declaración de Higini Cierco a la juez que instruye otra causa centrada en la presunta revelación de secretos bancarios en relación al 'caso Pujol'.
"Amenazas y extorsiones"
El pasado jueves acudieron a declarar Juan e Higini Cierco ante la juez Mignorance. El primero de ellos compareció a las 10 horas y el segundo al mediodía. Fue Higini quien habló de "amenazas y extorsiones" por parte de mandos policiales españoles mucho antes de la intervención del banco.
Según dijo, los responsables de la entidad bancaria fueron advertidos de que, de no colaborar con ellos, se actuaría contra la entidad a través de la administración estadounidense si fuese necesario. Estas presiones ya fueron comunicadas en su día al Gobierno andorrano, incluyendo el máximo responsable del Ejecutivo local, Toni Martí. Cierco explicó que en su día no denunció estas coacciones por prudencia y por temor a las hipotéticas represalias y también por el pleno convencimiento de que la presión no iría a más.
Según avanzó la semana pasada Crónica Global, Higini Cierco recibió una llamada en mayo de 2014 del agregado de Interior a la embajada de España en Andorra, Celestino Barroso, informándole de que "sería conveniente que viera a unas personas en Madrid". A pesar de no conocerle, se reunió con él en las instalaciones exteriores de Industrias Montanya (IMSA), una tabacalera conocida en el Principado, y el policía insistió en que era absolutamente necesario que el banquero mantuviera una reunión en España “o de lo contrario, el banco moriría”.
“En ese momento ya me dijo que los americanos estaban al corriente de la situación y sabían como hacerlo”, dijo Higini. Según Crónica Global, la amenaza coincide con la apertura de una inspección del Sepblac, la comisión de prevención de blanqueo de capitales de España, a Banco Madrid, la filial de BPA en el país que entró en concurso de acreedores tras la intervención de su sociedad madre.
El papel del comisario
Cierco derivó al agregado de Interior al entonces consejero delegado de la entidad, Joan Pau Miquel (en prisión preventiva desde hace más de un año), que le recibió en la sede central del banco. El agregado de Interior, según el relato, insistió en que si no se colaboraba con ellos, BPA iba a desaparecer e informó a Miquel de que iba a recibir una llamada de una persona que se identificaba con el sobrenombre de Félix y que le iba a dar más instrucciones. Tras este alias se escondía, según esta versión, el entonces jefe del departamento de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Marcelino Martín Blas, según la citada información.
El nombre del comisario de Policía Marcelino Martín-Blas es conocido por haberse visto envuelto en algunas de las investigaciones más polémicas y su enfrentamiento con el también comisario José Manuel Villarejo, ya retirado. Martín-Blas jugaba un papel clave en la Unidad de Inteligencia creada por la Policía a principios de la pasada legislatura y que entre sus funciones principales estaba la de investigar casos de corrupción que afectasen a políticos independentistas catalanes.