En las palabras de Meritxell Batet hay más que adivinar de lo que hay para digerir. De una conversación con ella, como con Pedro Sánchez, se sale con la impresión de que el PSOE tiene un plan, pero que su éxito depende del cuidado con el que se desplieguen las fases. Sánchez parece haber aprendido de Mariano Rajoy a no precipitarse o, dicho de otra manera, a dejar que las piezas vayan encajando sin ceder a presión alguna.
Con el tiempo, Batet, diputada por Barcelona, miembro de la Ejecutiva del PSOE y de la dirección de su grupo parlamentario, ha ido encajando por sí misma en el núcleo del poder socialista. Fue la punta de lanza del PSC tras el repentino y nunca explicado abandono de Carme Chacón. La sucedió como número uno por Barcelona en las elecciones generales. Buena parte del grupo parlamentario socialista parece satisfecho con el cambio, defendido por el propio Sánchez cuando el hueco quedó vacante.
Huye de polémicas internas, lo que según algunos le resta perfil propio y proyección, y aún no sabe si apoyará a Miquel Iceta ("un gran primer secretario") o a Núria Parlon, que este jueves anuncia su candidatura para liderar el socialismo catalán.
Discreta y disciplinada, Batet formó parte en la anterior legislatura del equipo negociador del PSOE con Ciudadanos y Podemos y ahora enarbola un discurso similar al de entonces, pero según ella más cargado de motivos. De nuevo, los tiempos.
"Si Podemos y Ciudadanos permanecen en la misma posición, puede que nos conduzcan a unas terceras elecciones. Es un motivo muy poderoso para replantearse su posición"
"A lo mejor esas fuerzas políticas reflexionan, se dan cuenta de que su actitud, especialmente la de Podemos, nos condujo a una segundas elecciones. Si permanecen en la misma posición, puede que nos conduzcan a unas terceras. Es un motivo muy poderoso para replantearse su posición", explica en su despacho en el Congreso.
Este lunes, Sánchez anunció su propia ronda de consultas. Tras decir que no se postulaba, reclamó a los partidos que no quieren a Rajoy que ofrezcan una alternativa. ¿Se trata de un teatro, de un vano intento estéril de antemano? "Hemos dicho que 'no' a Rajoy. Y a partir de ahí podemos cruzarnos de brazos y esperar a que lleguen las elecciones o intentar hablar con todas las fuerzas políticas y apelar también a su responsabilidad. Ya no sólo es que tengamos el derecho sino que tenemos el deber de mantener estas conversaciones".
"Iglesias defiende el 'no a Rajoy y a Sánchez'. No le sirve nada y por tanto él y su formación no le sirven de nada al país"
La solución pasa por los partidos con quienes el PSOE negoció en la anterior legislatura. Sobre todo por Pablo Iglesias, a quien los socialistas culpan del fracaso de la última investidura de Sánchez. "Si Iglesias mantiene la misma posición que tras el 20 de diciembre, va a ser imposible", reconoce. Batet asegura que tanto Rajoy como Iglesias fueron un tapón en la anterior legislatura. "Uno defiende que "o yo o la nada", lo que es falaz. Y el otro porque defiende ‘no a Rajoy y a Sánchez’. No le sirve nada y por tanto él y su formación no le sirven de nada al país". El realismo se impone al optimismo. No en vano, el titular de la última entrevista de EL ESPAÑOL con Batet era: "Estoy convencida: Podemos acabará ayudando al cambio". No ocurrió entonces, según los socialistas, y está por ver que ahora sea posible.
Ahora las cosas son distintas. Rajoy ya ha mordido el polvo de la aritmética parlamentaria y el deseo de superar al PSOE en unas nuevas elecciones no asoma ahora en Podemos. "Aunque sea por su propio interés particular y no el del país, que cambien de actitud", pide Batet, para quien hay con Podemos y Ciudadanos un anhelo de cambio que une a las tres fuerzas frente al PP.
El derecho a decidir o el resto del programa
Pero Iglesias no depende estrictamente de sí mismo. Uno de las reivindicaciones que Podemos nunca abandonó y que abrían las entrañas a un número significativo de dirigentes socialistas era su reivindicación del derecho a decidir si Cataluña formaba parte de España, asumido por el grupo parlamentario y reclamado también por En Marea, el socio gallego.
Batet es muy firme en este punto. Ada Colau y Xavier Domènech, el portavoz parlamentario, "tienen que decidir de nuevo si la gente que los ha votado es exclusivamente por un punto de su programa o para más cosas y si quieren ser útiles a aquellas personas que los han votado. Si reducen su programa a un solo punto y hacen del referéndum un todo, es su decisión. No la comparto y me parece un grave error político y para la sociedad española. Cuando hablan de pobreza energética, del fin de los desahucios, de un ingreso mínimo vital, de recuperar la universalidad de la sanidad… ¿Dónde queda todo eso? Es una decisión complicada, pero tienen que tomarla".
El PNV es "cambio" y "de fiar"
El PSOE mira especialmente a Podemos y a Ciudadanos, pero la aritmética es ahora más complicada que antes. El PP tiene más diputados que la suma del PSOE y Ciudadanos. Si el pacto se teje primero con Podemos y se busca después la abstención de Ciudadanos, los diputados restantes seguirían sumando más. Es ahí donde los cinco diputados del PNV pueden ser clave para deshacer el empate entre Sánchez y el bloque en contra que lideraría el PP.
Batet no habla de aritmética, porque de momento Sánchez no se ha postulado. Pero en términos generales sí considera al PNV un socio de fiar. ¿Es una fuerza del cambio? "Representa cosas muy distintas al PP. En estos momentos, representa un cambio y puede contribuir a uno importante en España. El PNV está acostumbrado a pactar con Gobiernos del PP y del PSOE y cuando ha contribuido a la gobernabilidad de España ha sido de fiar", sostiene.
Los votantes del PP no han votado sólo a Rajoy. Un partido político que creyera que su candidato es el problema y el escollo se lo tendría que replantear
Muchas voces, dentro y fuera del PSOE, desde sectores económicos y mediáticos, presionaron al PSOE para que se abstuviera ante Rajoy. Una vez rechazada su investidura, resurgieron las voces que piden al PSOE que exija la cabeza del presidente del PP a cambio de una negociación que pudiese desembocar en la abstención ante otro candidato popular.
Batet no liga la marcha de Rajoy a una abstención del PSOE. "El 'no' a Rajoy es a lo que representa y simboliza. Tan importante o más son las políticas del PP", explica. ¿Podría otro candidato del PP hacer otras políticas e incluso aceptar algunas demandas de los socialistas? ¿Podría el PP regenerarse sin Rajoy y desde el Gobierno sin pasar por la oposición? "Sin Rajoy y haciendo 10.000 cambios más. Sería importante que se fuese, pero no es suficiente", según ella.
En cualquier caso, "los votantes del PP no han votado sólo a Rajoy. Tampoco hay que atribuírselo todo en exclusiva porque hay muchas otras variables. Un partido político que creyera que su candidato es el problema y el escollo se lo tendría que replantear. Sí creo que los militantes del PP deberían plantearse si Rajoy es imprescindible para el futuro de este país. Es muy fácil apelar a la responsabilidad de Estado a otras fuerzas políticas sin asumir nunca ninguna responsabilidad".
La única posición política en el PSOE, la de Sánchez
Tan determinado parece en sus posiciones Rajoy como Sánchez. Hay una diferencia fundamental: el líder del PP controla férreamente el mensaje dentro de su partido. En el PSOE, como es habitual, hay muchas más voces, a menudo enfrentadas.
¿En el 'no' a Rajoy se acaba el consenso de los socialistas? "El consenso interno en el PSOE es muy fuerte en el 'no' a Rajoy y en muchas otras cosas. En nuestros principios, en lo que defendemos, en el programa… eso es esencial. El único planteamiento político que existe en estos momentos es el que está defendiendo el secretario general, la Ejecutiva federal y el Comité federal".
"El lunes hubo una Ejecutiva en la que participó mucha gente. Se produjo todo el debate que quisimos los miembros. Lo que extraigo es que hay una posición política. Sólo percibo una. Y el debate se tiene que producir entre posiciones políticas. La que hay es la que marcó el Comité Federal y seguimos defendiendo en la Ejecutiva", explica. Es la del secretario general.
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