Meritxell Batet (Barcelona, 1973) tiene sobre la mesa de su despacho un programa de un ballet al que ha acudido recientemente. Desde muy joven tocó el piano, pero sobre todo se esforzó en el ballet. Ahora, apenas encuentra tiempo para una de sus principales aficiones. No tiene minutos en su agenda ni de comerse una manzana entre horas, confiesa. Sus obligaciones políticas consumen buena parte de sus energías. Fue una de las grandes apuestas de Pedro Sánchez para la candidatura de Madrid, que él mismo encabezó. Batet, hasta entonces diputada del PSC en el Congreso por la provincia de Barcelona, ocupó el número dos en la candidatura madrileña.
Profesora de Derecho Constitucional, es una de las personas de confianza del líder socialista. Está en su Ejecutiva y también en su exclusivo equipo de negociadores que puja por convencer a Podemos de que se sume al pacto con Ciudadanos. Su pareja de baile, en quien confía, es Ciudadanos. Si Pablo Iglesias quiere, el baile será a tres. Pero en el tiempo que queda antes de que se celebren las elecciones, el PSOE no pretende cambiar de pareja.
Podemos ha fulminado a su secretario de organización, Sergio Pascual, en una decisión inédita en los dos años de vida del partido. ¿Cómo la vio?
Cuando te constituyes en partido y optas por un modelo absolutamente centralizado, se toman decisiones en base a ese modelo de partido. En el PSOE sería imposible.
En el PSOE sería imposible una decisión como la de Podemos de destituir a Sergio Pascual
-¿Hay dos almas en Podemos? Unos más proclives a facilitar un Gobierno de Pedro Sánchez y otros, quizás más a la izquierda, que piensan más en elecciones?
No creo que la rigidez tenga que ver con ser más de izquierdas. Es una cuestión de actitudes, no de convicciones profundas. Estoy convencida de que cuando tienes convicciones profundas y estás seguro de por qué estás aquí, llegas a acuerdos con bastante facilidad.
Al menos, sentarse a hablar.
Claro, porque tú estás seguro de lo que defiendes, tus líneas ideológicas, lo que significas, el papel que representas. Por eso te sientas a hablar con facilidad.
Albert Rivera habla a menudo de la Transición.
¡Y entonces era aún mucho más exagerado! Ahí se venía de sufrir en propias carnes situaciones muy extremas, de mucho dolor y confrontación. Si se fue capaz entonces, ahora debería ser posible.
¿Hay dirigentes en Podemos que quieren el pacto que les proponen?
Sí, hay gente que quiere.
Esta semana, Compromís ha accedido a reunirse con el PSOE y Ciudadanos, algo que no ha hecho IU. ¿Hay sintonía con Mónica Oltra?
Ha sido muy positivo que nos hayamos podido sentar, sobre todo dos partidos que hasta ahora no habían podido hablar, como Ciudadanos y Compromís. Vamos a una legislatura en la que el acuerdo va a marcar la pauta y para ello se requiere generar climas de confianza. Seguiremos viéndonos para avanzar en contenidos concretos del acuerdo y sobre todo en la agenda valenciana. Puede que Compromís tenga pocos escaños, porque son cuatro, pero cualitativamente son muy importantes.
¿Tienen Compromís e IU una mejor disposición que Podemos para negociar y facilitar un clima de confianza?
Con IU y Compromís avanzamos mucho porque hubo muchas reuniones, algunas incluso sectoriales. Avanzamos mucho más que con Podemos, que tardó mucho en sentarse a la mesa.
¿Sentarse con Compromís e IU puede animar a Podemos a negociar?
Es verdad que con 131 escaños no tenemos una mayoría. No somos tan ingenuos. Pero sí es importante que voces distintas y diversas se sumen a esa voluntad. Podemos, Izquierda Unida y Compromís son trata de partidos que se miran los unos a los otros. Que haya dos que quieran sentarse hace que Podemos tenga más incentivos.
En una entrevista aseguró que "el objetivo de Podemos es destruir al PSOE". Iglesias ha cargado contra el PSOE en muchas ocasiones, por ejemplo en la investidura donde habló de la "cal viva" del felipismo o del origen totalitario del PP. ¿Es él un socio confiable?
El Pablo Iglesias que utilizó estas expresiones es el más resentido, el que hablaba desde el odio. No se construye nada desde el odio, en la vida y en la política. Y lo hizo en el Parlamento, en una sesión de investidura y con la posibilidad de investir a un presidente de izquierdas. A mí me sorprendió, sinceramente. No esperaba ni que su tono ni su enfoque fuera ese.
¿A qué Pablo Iglesias se cree, al de la "cal viva" o al del "pacto del beso"? En muchos momentos han apelado a las bases de Podemos y sugerido que el tapón al acuerdo es la cúpula de su partido.
Cuando estás en la dirección de un partido tienes que escuchar a los militantes, pero también a tus votantes. Tienes que trascender a las siglas porque un partido es una organización que está al servicio de los ciudadanos. Apelamos mucho a la dirección de Podemos porque la fuerza de cinco millones de votos es una gran responsabilidad y tienen que decidir si cambian la vida de la gente o se mueven en el tacticismo, pensando en el partido como algo abstracto. Se deben a sus votantes. Por eso estamos convencidos de que acabarán ayudando para que haya un Gobierno de cambio.
Escuchar a las bases es un poderoso motivo para sentarse a la mesa
¿Logrará el desgaste de Podemos que se siente a la mesa?
Ignoro cuál será la motivación última para que Podemos se siente, pero escuchar a las bases es un poderoso motivo para sentarse a la mesa y posibilitar un Gobierno. De hecho, nosotros sometimos a una votación interna el pacto con Ciudadanos.
¿Le sorprendió el resultado? La participación superó el 50% y de los que votaron, un 80% respaldó el acuerdo.
La militancia del PSOE nunca deja de sorprenderme. Después de procesos como estos vemos que hay mucha gente comprometida, lo que también es una gran responsabilidad.
"Las encuestas no determinarán nuestra posición"
Muchos ven en la investidura de Sánchez un acto que inicia una campaña electoral en la que el PSOE potencia la responsabilidad como marchamo: el hacer lo que debe. Pero según las encuestas, el partido que más ha rentabilizado el acuerdo es Ciudadanos.
Nosotros no nos movemos en absoluto con un escenario de nuevas elecciones. Sería un fracaso colectivo, una decepción para los ciudadanos en un momento clave en el que queremos es recuperar la confianza en la política. Ir a elecciones es decirle al ciudadano: “te has equivocado al votar”, o “somos incapaces de llegar a un acuerdo a pesar de que tú ya has expresado tu voluntad”. No lo contemplamos. Nada de lo que hemos hecho o podamos decir debe interpretarse en esa clave. Las encuestas no van a determinar nuestra posición política ni nuestra voluntad.
El PSOE ya parece haberle dicho a los ciudadanos que es incapaz de lograr un Gobierno. El rey se lo encargó a Pedro Sánchez y no reunió los apoyos. Tanto es así que el rey no ha vuelto a encargárselo.
El mayor fracaso es no intentar las cosas y hubo un candidato in pectore anterior que lo que hizo fue rechazar el encargo y decir que no asumía ese riesgo. Nosotros nos vimos con muchísimos grupos políticos antes de la investidura. Con IU-UP, CC, Ciudadanos, Podemos, PNV… intentamos conseguir la mayoría. No se alcanzó porque no hubo una voluntad por parte de algunas fuerzas políticas. El tiempo no se ha agotado. Tenemos un mes y medio para intentar llegar a un acuerdo. Seguimos convencidos de que es posible y tenemos un acuerdo en el que hay 150 medidas que comparten todas las fuerzas del cambio.
El mayor fracaso es no intentar las cosas y hubo un candidato que rechazó formar Gobierno
Preguntándole a esas fuerzas, no salen tantas medidas.
Cojamos el acuerdo y mirémoslo. Puede que en vez de 150 sean 120. 120 razones para sacar adelante un Gobierno. Cualquiera de las medidas que están en el acuerdo es mejor que el hecho de que Mariano Rajoy siga en el Gobierno.
Es el argumento de Sodoma y Gomorra. Con que haya diez medidas justas, el acuerdo merece la pena ser salvado.
Pero es que son 120 ó 150, por lo que tenemos que sentarnos y seguir trabajando.
¿Qué sentido tiene asociar a Podemos al PP por votar que “no” cuando es por distintos motivos? ¿Se habría hecho esa asociación con Bildu, diciendo que el PP es como Bildu o viceversa?
También se compara al PP y al PSOE diciendo que es lo mismo y a mí me parece que están en las antípodas.
Pero la asociación de Podemos Y PP la ha hecho el PSOE.
Lo que provoca ese voto es exactamente lo mismo. El PP vota que no porque quiere seguir en el Gobierno y Podemos lo permite.
Si con Podemos fuera posible un pacto, ¿podrían revisar su alianza con Ciudadanos? ¿O solo es posible el pacto con Podemos sobre el pacto con Ciudadanos?
Siempre hemos dicho que el acuerdo con Ciudadanos tiene muchísimo valor. Está abierto a ser modificado, completado y desarrollado, pero la base va a ser ese acuerdo. Es una cuestión de honradez política y generación de confianza. Alcanzamos un compromiso con el objetivo de que durara.
Es decir, que si Podemos les ofrece un pacto similar, que sumaría más escaños, lo rechazarían.
Pero el acuerdo con Podemos tampoco suma. Me da igual ahogarme por un kilómetro que por un palmo, porque me ahogo igual. 161 son más que 131, pero ninguno suma. El nuevo gobierno tiene que ser apoyado por la pluralidad y la transversalidad. Sólo así se puede afrontar un programa tan ambicioso. Si quieres modificar o derogar leyes orgánicas, necesitas 176 escaños. Nuestra apuesta es una mayoría de más de 200 escaños. Es posible, pero sólo se consigue con tres de los cuatro partidos con más escaños. Nuestra apuesta es Ciudadanos y Podemos.
¿No es más fácil lograr la investidura y sacar leyes si las mayorías se construyen desde 161 escaños que desde 131?
Lo que pasa es que el pacto de Podemos pasa por hacer descansar la gobernabilidad en partidos que no solo son independentistas sino que están en un proceso abierto que anuncia que en 16 meses van a desconectar de España.
¿Por qué no podría un pacto con Podemos buscar la abstención de Ciudadanos, como propone por ejemplo Alberto Garzón, de Izquierda Unida?
Porque ya tenemos un acuerdo cerrado con Ciudadanos y somos un partido que cumple los acuerdos. Es imprescindible para la confianza y la credibilidad. No se trata de bailar sólo por interés sino de cumplir las palabras que nos damos. En una parte muy amplia, el acuerdo con Ciudadanos es compartible por Podemos.
¿Se puede aumentar el gasto sin subir los impuestos?
En el acuerdo hay un nuevo impuesto a las grandes fortunas.
No es exacto. Figura que se estudiará ese impuesto en caso de desviación presupuestaria.
Si hay desviación presupuestaria, se creará. Por lo tanto, si hay una inversión en políticas sociales que la provoca, hay un compromiso de crear ese nuevo impuesto. Hay nuevos impuestos medioambientales. También hay un compromiso de renegociar con la UE, por lo que el ajuste no será tan exigente como lo es ahora.
Para reformar la Constitución no hace falta que el PP esté en el Gobierno. Las políticas de Estado se hacen desde el Gobierno y desde la oposición, como el PSOE ha hecho siempre
Pretenden reformar la Constitución, pero en sus conversaciones para un pacto de Gobierno sólo están hablando fundamentalmente con Ciudadanos y Podemos. El PP tiene mayoría en el Senado y 123 escaños en el Congreso. ¿Se puede reformar la Carta Magna sin el PP?
Para reformar la Constitución no hace falta que el PP esté en el Gobierno. Las políticas de Estado se hacen desde el Gobierno y desde la oposición, como el PSOE ha hecho siempre, por ejemplo en materia antiterrorista. Las políticas de Estado tienen que estar por encima de tu posición coyuntural. El Gobierno que salga no se construirá contra el PP ni contra nadie y se va a contar con el PP para todas las políticas de Estado, como por ejemplo el pacto educativo, contra la violencia de género, la transición energética… y la reforma de la Constitución.
¿Se puede reformar la Constitución para afrontar el reto territorial sin más que reuniones protocolarias con el president de la Generalitat, ERC y Democracia y Libertad?
Es fundamental que las fuerzas políticas catalanas se sienten a la mesa.
Pero lo que quieren es romper la mesa.
Habrá que darles la voz. En el debate de investidura, el señor [Francesc] Homs dijo que estaba dispuesto a facilitar la gobernabilidad de España, algo sorprendente porque entra en contradicción con lo que dicen desde la Generalitat. Es importante que en la mesa confluya el máximo número de fuerzas políticas. Para mí, es imprescindible que se sienten esas fuerzas políticas que están en otra hoja de ruta.
"La situación interna está bien"
Tras las elecciones, el PSOE entró en ebullición en dos comités federales. ¿Está más calmada la situación interna?
La situación interna está bien. El 28 de diciembre se aprobaron unas pactas muy claras para negociar que se han respetado de manera escrupulosa. Nuestras dos líneas rojas siguen estando ahí: que el PP no esté en el Gobierno y que DiL y ERC no sean determinantes.
¿Cómo puede estar bien el resultado electoral? El PSOE obtuvo 90 escaños. La candidatura de la que formó parte fue la cuarta en apoyos en Madrid. Fue la mayor derrota de la historia del PSOE.
El PSOE es el campeón de la autocrítica y creo que ahora no es el momento de la introspección. Es el momento de la institución y de concentrarnos en configurar un Gobierno del cambio. No tengo problema en decir que fue el peor resultado de la historia de la democracia, pero el sistema de partidos ha cambiado. Hay 109 escaños de formaciones políticas que por primera vez están representadas en el Congreso, algo inédito y excepcional y que te condiciona el reparto del resto de escaños. Aún así, con un muy modesto resultado, el PSOE es el partido que se ha situado en la centralidad y toda opción de Gobierno pasa por el PSOE.
Con estas negociaciones de Gobierno, ¿el PSOE gana credibilidad?
Mostramos cuál es nuestra prioridad: cambiar las políticas que no han funcionado, con una desigualdad desbocada, que no puede crecer económicamente como podría, un país menos decente y digno. Esas son nuestras prioridades. Hemos leído los resultados como una voluntad de cambio de Gobierno y de acuerdo, algo para lo que es necesario el diálogo que ha estado ausente.
¿Por qué no es momento de un congreso del partido?
No he dicho que no lo sea.
Pero sí que no es momento para la introspección y que la prioridad es el Gobierno. El congreso es introspección y los calendarios coinciden con los de la negociación de investidura.
Se mezclan los calendarios porque se aprobó una fecha. Si se mantiene, se tendrá que hacer el congreso, pero siempre habíamos dicho que aclarar la situación política del país y de sus instituciones debía ser una prioridad.
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