María Such tiene 25 años y es la diputada más joven del Congreso de los Diputados. La número tres por Valencia del PSOE llega unos minutos tarde a la entrevista por una confusión con los edificios de la cámara baja. Si es casta, no tiene coche ni casa en propiedad, viaja literalmente con un mapa bajo el brazo, con pulseras de tela en la muñeca y sin batería en el móvil. Se afilió a las Juventudes Socialistas con 14 años y se deja sentir en expresiones como "hoja de ruta" o cuando dice que estará en política "el tiempo que quieran los compañeros" de partido. Sin embargo, asegura que la política es una profesión en la que se está "de paso". Es abogada y cree que tras esta legislatura podrá reincorporarse a una profesión en la que apenas había comenzado a dar sus primeros pasos.
El reglamento del Congreso confiere a Such un papel especial en el primer pleno de la legislatura. Hasta que no son elegidos los miembros de la Mesa del Congreso, presidente incluido, el mayor de los diputados y los dos más jóvenes presiden la sesión. En este caso son tres mujeres de los tres principales grupos: PP, PSOE y Podemos. "Me parece muy significativo que la mayor sea del PP y la más joven sea del PSOE", ironiza en referencia a María Teresa de Lara, que lleva siendo parlamentaria desde el año 1993, cuando ella acababa de cumplir tres años.
Such asegura asumir esta etapa de su vida con "ilusión, respeto y responsabilidad". Ni tiene que pedir perdón por ser diputada con 25 años ni dice llegar para quedarse toda la vida, aunque su elección como diputada la haya obligado a dejar la abogacía. "Me interrumpe el tiempo para el turno de oficio, porque necesito tres años de colegiación y llevo año y medio", lamenta. "Hasta ahora ejercía mi profesión, que es la de abogada. Después de prácticas y becas decidí empezar en solitario, que es algo arriesgado, pero en ello estaba", asegura. "Tengo amigos que con 30 años se están replanteando su vida porque no han tenido oportunidades. Con 25 años me digo que si superamos esta legislatura, con 29 podré pensar en el futuro", confía.
Such no es un fichaje de última hora. Su padre, Antoni Such, es un histórico del PSPV, el PSOE en Valencia, y su madre también está en el partido, así que la política le viene de familia. Ella asegura que nunca le han llamado casta. Presume de haber estudiado con becas y reconoce que en su familia hay parados de larga duración, así que sabe lo que es la vida.
El PSOE y los jóvenes
Es joven, pero no quiere quedarse simplemente con la etiqueta de diputada joven. Como miembro de Juventudes Socialistas ha tenido que afiliarse al PSOE 'de los mayores' para formar parte del grupo parlamentario, pero quiere defender a los de su generación.
"Los jóvenes hemos estado en una situación prácticamente de emergencia. Ya que sabemos los problemas y parte de las soluciones, ¿qué mejor que proponerlas nosotros mismos?", se pregunta. Entre las medidas que se propone promover están un plan de empleo juvenil, acabar con las tasas universitarias derogando la Lomce y recuperar las ayudas a la vivienda para jóvenes.
Si el PSOE no convence a los jóvenes es, según ella porque "muchos jóvenes son socialistas, pero no lo saben", ya que su partido tiene las mejores propuestas en ese ámbito. Según ella, todo es un problema de comunicación y prejuicios contra el partido. "Hemos vivido un momento en el que la ciudadanía no estaba por escuchar nuestro mensaje simplemente porque éramos el PSOE. Pero hemos hecho un esfuerzo de revolución generacional y en el grupo socialista ha habido una gran renovación", reivindica. ¿Y Podemos? "No se han acercado a los jóvenes. No han hecho campaña de proximidad sino que lo han fiado al mensaje que transmite el líder. Es más la crítica al bipartidismo, de lo nuevo y de lo viejo, lo que ha calado en la gente joven. Pero el problema es que tenemos un sistema antiguo y viejo", lamenta.
El futuro del país y el PSOE
No duda cuando se le pregunta por el futuro del país y del PSOE. "Va a haber un Gobierno de izquierdas, progresista y que aparte a Mariano Rajoy y al PP", avanza. Ella confía en Pedro Sánchez a pesar de las informaciones que sitúan al líder del PSPV, Ximo Puig, en el centro de la conspiración para aupar a Susana Díaz a la secretaría general de su partido.
"Sánchez es un líder fuerte dentro del partido y fuera", asegura. Y el ruido sobre las disputas internas no son sino un ejemplo de un problema "de comunicación. El PSOE nunca se resigna. Tenemos nuestros procesos internos, nuestros congresos donde elegimos al secretario general. Pero no es momento de hablar de procesos de internos sino de conformar un gobierno progresista", defiende.
Ahora es el momento del Ejecutivo de izquierdas. "Hay que intentarlo y por nosotros no será. Todo el mundo tiene que ceder un poco. La sociedad ha votado. Si quería acabar con el bipartidismo lo ha logrado. Y en la Comunidad Valenciana ya tenemos seis meses de experiencia. No es tiempos de mayorías absolutas ni de absolutismos como los del PP", advierte.
Ella quiere una adaptación del conocido como pacto del Botánico, que en Valencia consagró el pacto entre el PSOE, Compromis y Podemos para un Govern alternativo al del PP. Entre sus referentes en el PSOE está su artífice, Ximo Puig. También Patxi López, recién elegido presidente del Congreso en el que ella espera a trabajar en asuntos de Justicia y juventud. Y después, ya se verá. Tiene toda la vida por delante.