Deja el carné del PP, sí, pero no dimite como senadora. Rita Barberá no ha sucumbido a las presiones del Gobierno y parte del PP para abandonar la política una vez que el Tribunal Supremo ha abierto una causa por blanqueo contra ella. La ex alcaldesa de Valencia sorprendía este miércoles al tomar una suerte de decisión salomónica: se iba, pero no tanto como le pedían. Y así mostraba su desafío a Mariano Rajoy y a todas las voces de la formación gobernante que habían pedido su cabeza.
Este miércoles se sucedían las declaraciones de Alfonso Alonso, José Antonio Monago, Alberto Núñez Feijóo, José Manuel García Margallo o Pablo Casado. Todos ellos apuntaban a la decapitación política de Barberá. Fuera "por el bien del PP" o incluso "por el bien de España", todos coincidían en reclamarle "una decisión". No especificaban cuál, pero parecía que se trataba de una dimisión.
Sin embargo, Barberá se va del PP, entrega su carné en Génova 13, pero no se marcha a su casa porque no deja el Senado. Como es senadora por designación autonómica, tendrá el acta hasta 2019 y, previsiblemente, pasará al Grupo Mixto de la Cámara Alta. Ella quiere defender su inocencia. Y por ello se va del PP, pero, eso sí, se va matando, porque su comunicado de este miércoles no tiene desperdicio.
"No dimitir" en mayúsculas y algunos dardos
El texto de Barberá está lleno de mensajes, algunos directos y otros velados, a esa parte del PP que ya la ha juzgado y la considera amortizada. Los mismos que la alababan tiempo atrás y la ponían como el ejemplo a seguir han pasado a considerarla una política sin futuro y embarrada en corrupción. Y ella se ha vengado de ellos a su manera.
No por casualidad, en su comunicado Barberá hace hincapié en "mi voluntad de NO DIMITIR del Senado y de permanecer en él, tal como me ampara la Ley porque de lo contrario podría entenderse como una asunción de culpabilidad". O sea, no van a poder con ella. A renglón seguido, deja claro que entrega el carné porque así se lo han solicitado sus correligionarios -y no por voluntad propia-. Y al final lanza un dardo envenenado a otros compañeros de filas.
Estas últimas cuestiones están en un mismo párrafo que resulta demoledor para sus compañeros: "He solicitado mi baja del Partido Popular porque así me lo ha pedido el Partido y con ello, además de dar una muestra más de mi entrega a él, evito que nadie se ampare en mí para responsabilizarme de cualquier perjuicio o para esconder sus resultados políticos y electorales". ¿A quién se refiere con esta última mención? ¿Tal vez a Feijóo y Alonso, dos de los más duros contra ella este miércoles (acaso porque están en campaña)? ¿O se referirá al propio Rajoy? Solo ella lo sabe.
Nunca pensó en dimitir
El caso es que, comunicados y dardos aparte, a Rita Barberá nunca se le había pasado por la cabeza dimitir. Y posiblemente tampoco había pensado que desde la dirección del partido se le pidiera que se fuera tras sus 40 años de militancia y 24 como ‘alcaldesa de España’. Ella siempre ha defendido que dimitir es lo mismo que asumir la culpa y que, además, los estatutos de su partido nada dicen de que haya que dar un paso atrás cuando ni si quiera hay imputación. “Y los estatutos están para cumplirlos”, advirtió amenazante en una de sus últimas comparecencias públicas tras destaparse el caso Taula.
Para la exalcaldesa y senadora del PP por Valencia nada ha cambiado el hecho de que el Tribunal Supremo haya abierto una causa contra ella para investigar si está involucrada en el presunto blanqueo de dinero dentro del grupo municipal que dirigió durante años. De hecho, en el comunicado emitido este miércoles habla de una resolución judicial “esperada” porque hubiera sido “incoherente” no investigarla como al resto del medio centenar de imputados en esta pieza. Así que, ante la premisa de que poco o nada había cambiado, no era descabellado pensar que Barberá se atrincherara en el Senado a pesar de las voces dentro del PP que estuvieron pidiendo que diera un paso atrás desde primera hora de la mañana.
¿Y su "buen amigo"?
Le guste o no a Rajoy, la exalcaldesa es ahora mismo una piedra en el zapato del aspirante a seguir ocupando la Moncloa, dada la exigencia de Ciudadanos de acabar con ella. Barberá siempre había asegurado, en las dos últimas comparecencias públicas realizadas desde que estallara el caso Taula, que nadie en el PP le había pedido que se marchara. Esta vez las cosas han sido diferentes. “He solicitado mi baja del Partido Popular porque así me lo ha pedido el Partido”, dice en el comunicado emitido este miércoles, como ya se ha dicho. En otras ocasiones, hasta había dado las gracias a su “buen amigo” Mariano Rajoy por apoyarla. El presidente del Gobierno en funciones ha evitado pronunciarse sobre ella.
Su forzada baja en el partido le permitirá seguir siendo aforada ante el Supremo y evitar así que la causa vaya al juzgado de Instrucción 18 de Valencia que ya tiene avanzada esta pieza. Y algo más, defenderse sin sentirse atada a la estricta obediencia al PP. “Esta muy dolorosa decisión me permite actuar en plena libertad sin estar sometida a disciplina alguna para ejercer mi defensa”, ha dicho justo al final de su comunicado. Un mensaje que deja claro que su relación con Rajoy ya no es la que era.