Más allá de los acalorados debates que los dirigentes de Podemos mantienen en Twitter, relacionados con el futuro de la formación morada ("A los poderosos ya les damos miedo, ese no es el reto", espetó Íñigo Errejón a Pablo Iglesias), también existen discrepancias sobre cómo afrontar el bloqueo político que vive España. La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso y jefa de Gabinete del secretario general, Irene Montero, reconocía este miércoles que el debate se produce también por la relación con el PSOE y su posible pacto para alumbrar "un Gobierno de cambio".
Montero, de hecho, se mostraba a favor de esta clase de discusiones "por cuanto hablan del futuro del partido", lo que considera "mejor" que las "intrigas palaciegas de los partidos tradicionales". Lo cierto es que en Podemos siempre ha habido discusiones públicas tanto sobre aspectos programáticos como sobre asuntos orgánicos o estratégicos. Se trata de una formación reciente, en crecimiento y con diversas familias que, además, tampoco representan los compartimentos estancos que se suelen dibujar en los medios.
Fondo y forma, pero no personales
Resulta novedoso, en cambio, que se reconozca públicamente que la división en la formación también se centra en la clase de relación que establecer con el partido liderado (habrá que ver por cuánto tiempo) por Pedro Sánchez. Podemos reconoce que hay divergencias en el fondo y la forma en su partido, aunque Montero negaba en el Congreso que sean "personales".
Al decir de Montero, existen partes de Podemos que "tirarían hacia una relación de mayor igualdad con el PSOE, de entendernos de igual a igual". Ella no llegó a explicar las otras posiciones, pero sí cuál es la suya: "A nosotros no nos han votado para regalarle un Gobierno al PSOE".
Eso sí, el propio Íñigo Errejón restaba trascendencia a estas discrepancias al recordad que él y Pablo son "compañeros", y por eso, pueden mantener una discusión "en abierto" como la célebre bronca en Twitter del pasado martes. Una pelea dialéctica que llega, además, a las puertas de que se inicie, este jueves, la Universidad de Verano de la formación morada, que está orientada a analizar los caminos futuros por los que puede transitar Podemos.
En declaraciones a Efe, el coordinador de la universidad y el director del Instituto 25M, Jorge Lago, indicaba que el objetivo de las sesiones es "crear un caldo de cultivo" para plantear las respuestas a las preguntas que existen "en torno al presente y futuro de Podemos".
La pelea de Madrid
Además de la citada Universidad de Podemos, la discusión entre Iglesias y Errejón ha llegado cuando está sobre la mesa la pelea por hacerse con el control de la formación en la Comunidad de Madrid. De un lado, los afines a Errejón que encabeza Rita Maestre. Del otro, los cercanos a Iglesias que capitanea Ramón Espinar. Unos y otros velan armas para una batalla que se antoja cruenta. En ella, una vez más quedarán a la vista las diferencias entre las distintas corrientes del partido emergente.
Unas diferencias que continuaban este miércoles, cuando algunos dirigentes del partido morado entraban al trapo de la discusión de los dos últimos días. Así, el eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán, líder de la corriente de Anticapitalistas, decía que está "en contra de un Podemos moderado porque los ajustes y los recortes no se han moderado", y señalaba que prefiere "empoderar a los ciudadanos en lugar de seducirlos". Un mensaje envenenado contra sus grandes enemigos internos, los errejonistas.
En esa línea, la también anticapi Teresa Rodríguez, secretaria general de Podemos Andalucía, afirmaba a través de su cuenta de Twitter que el camino del partido debe "empoderar" en lugar de "seducir" a sus simpatizantes para que el pueblo "confíe en sí mismo". En el otro sector, la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, decía que debatir es "la mejor forma de que salgan adelante las mejores estrategias" y hacía hincapié en que la discusión no se basa en "dos posiciones incompatibles", sino que debe buscar "cooperación y no enfrentamientos más retóricos que reales".