Muerto (en teoría, y políticamente) Pedro Sánchez, el nuevo PSOE no tiene claro qué viene después. En el primer día de la gestora que dirige el día a día del partido, su presidente, Javier Fernández, pidió tiempo para decidir qué hacer en los 28 días que quedan antes de que se disuelvan las Cortes y se convoquen nuevas elecciones, previsiblemente para el 18 de diciembre.
El PSOE debe decidir si mantiene el "no" a Rajoy en el mismo órgano que lo decretó por asentimiento en julio: el Comité Federal. De momento, no se prevé una convocatoria del máximo órgano entre congresos a corto plazo. Se suele hacer en sábado para que los dos centenares largos de miembros puedan llegar desde toda España.
Fernández aclaró que no sería este sábado y que el PSOE tiene tiempo para decidir. El siguiente, el 15, son las primarias del PSC, por lo que no parece muy lógico hacerlo mientras toda una delegación está volcada en elegir a su líder entre Miquel Iceta y Núria Parlon. Por lo tanto, la decisión podría tardar en llegar hasta después de esa fecha, acercándose peligrosamente al final de mes.
Hasta entonces, a falta de Ejecutiva con peso político, los líderes territoriales hablarán para consensuar la decisión. Este lunes no se encontraba por ninguna parte. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, aseguró que "no toca" ahora decidir sobre el PSOE se abstendrá o no ante Rajoy y se limitó a repetir que su posición no ha cambiado (en el pasado ha dicho que el PSOE tiene que estar en la oposición).
Miguel Ángel Morales, el portavoz del PSOE de Extremadura, dijo que su federación no tiene una posición definida, pero que "no se descarta nada", informa Europa Press. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, admitió la posibilidad de terceras elecciones y advirtió de que el PSOE lo que haría sería "presentar la candidatura más potente que puedan imaginar" en el PP.
"En este momento no se dan las circunstancias para que el PP merezca nuestro apoyo, ahora bien, ese debate se debe producir", dijo Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana.
El doble mensaje de Javier Fernández
El presidente de la gestora, en su primera rueda de prensa, aseguró que el "no" a Rajoy "sigue vigente" desde julio, ya que el Comité Federal no ha cambiado de posición. En realidad, ni llegó a debatirlo, porque la reunión del sábado se limitó a una lucha por el control del partido que acabó con la marcha de Pedro Sánchez. Sin embargo, Javier Fernández se afanó en explicar que "abstenerse no es lo mismo que apoyar" y que el PSOE estudiará todas las alternativas.
Los barones críticos con Pedro Sánchez, que se unieron para apartarle de la secretaría general, parecen no tener claro cuál es la solución para España. Este lunes, federaciones como el País Vasco, Baleares, Castilla y León, Navarra, Cataluña y Canarias mantuvieron aunque sin plena unidad su apuesta por votar "no" a Rajoy, incluso a pesar de que eso conduzca a España a unas elecciones temibles para el PSOE.
Fernández aclaró que, pase lo que pase, no cree que se pueda romper la disciplina de voto en el grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados, donde permanecerá Pedro Sánchez y otros de sus fieles. Sin embargo, no se sabe en favor de qué y cuándo se utilizará esa disciplina.
En manos de Rajoy
Para algunos, es Rajoy quien tiene que aclarar si está dispuesto a acudir a la Zarzuela a decir al rey que quiere ser candidato de nuevo en caso de contar con los votos suficientes. "¿Para qué vamos a decir que nos abstenemos antes si a lo mejor Rajoy no quiere nuestra abstención?", explicaba este lunes a EL ESPAÑOL un crítico que tampoco se atreve a pedirla en público.
Para otros, el "no es no" ha calado tanto en la militancia y en algunas federaciones que es fácil de defender y la única opción por coherencia. Coherencia, por cierto, con la decisión (sin resolución) de julio de rechazar un Gobierno presidido por Rajoy o liderado por el PP.
Lo malo y lo peor
Los barones que derrotaron a Sánchez comienzan a ver que es más fácil deshacerse de un enemigo interno que explicar lo que han estado comentando en privado entre ellos y con los medios de comunicación. Una abstención, ahora más que nunca, sería motivo de otra encarnizada lucha en el Comité Federal, y además abriría un campo inédito a Podemos en la oposición.
No abstenerse conduciría muy probablemente a España a una nueva cita con las urnas, donde Podemos podría ganarse sin complicaciones ese lugar como líder de la oposición. El PSOE decide, de momento sin mucha pedagogía, entre lo malo y lo peor mientras mira de reojo a Génova y los planes del presidente del PP.
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