"Nadie quebrará la unidad del PSOE en su rechazo a Rajoy". Esas fueron las palabras del ratificado portavoz y presidente de grupo socialista en el Congreso, Antonio Hernando (Madrid, 1967), el pasado 6 de agosto. Entonces, era la mano derecha de Pedro Sánchez. Hoy, dos meses después de aquella afirmación, Hernando ha sido ratificado en su cargo por una comisión gestora que presumiblemente decidirá abstenerse en una hipotética investidura de Mariano Rajoy. Si no hay sorpresas, el mismo defensor del "no" rotundo pasará a defender en la tribuna esa abstención.
La gestora del PSOE ha decidido volver a confiar en Antonio Hernando, un superviviente político al que se le recuerda cerca de todos los secretarios generales socialistas durante los últimos diez años. José Blanco le ayudó a hacerse un nombre en política cuando logró escaño en 2004. El hoy portavoz era un zapaterista convencido. Después, caído José Luis Rodríguez Zapatero tras su mala gestión de la crisis económica, Hernando fue también el hombre de confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba. En tercer lugar, desde 2014 ha sido el custodio de los postulados de Pedro Sánchez. Y ahora, por fin, será la voz de una gestora que controla Susana Díaz.
"El PSOE no va a cambiar de opinión"
Hernando ha sido en los últimos meses un acérrimo defensor del "no" a Rajoy; una postura que ha repetido mil y una veces en apoyo al ya dimitido Pedro Sánchez. No obstante, ahora es probable que su enérgica defensa se torne en un respaldo a la abstención en el caso de que el partido así lo decida en el Comité Federal que debe celebrar en las próximas semanas. "La abstención del PSOE me parece absolutamente descartable", decía hace solo un mes, cuando insistía en que su partido "no va a cambiar de opinión".
A pesar de su diáfana postura como número dos de Sánchez y su manifiesta cercanía al líder, lo cierto es que el portavoz socialista lleva meses tendiendo puentes con los críticos que lidera Susana Díaz. De hecho, su actitud en el Comité Federal en el que Sánchez acabó dimitiendo fue de las menos combativas entre los sanchistas que hicieron frente a los rebeldes. En aquel caótico cónclave socialista, Hernando se encontraba defendiendo la postura del "no" a Rajoy pero tratando, al mismo tiempo, de estar cerca de los que defienden que el PSOE debería abstenerse y evitar que España terminase en unas terceras elecciones; estaba, en definitiva, en medio de la guerra interna.
Abogado... y profesional de la política
Casado con una mujer andaluza y padre desde fechas recientes, Hernando se licenció en Derecho y, tras ser abogado en la UGT durante el periodo 1992-1994, desempeñó diferentes cargos en organizaciones no gubernamentales dedicadas a la inmigración. Así lo recordaba Efe este lunes, una vez que se conoció que la gestora había decidido apostar por él como líder del grupo parlamentario.
El salto a la política lo dio en 2001, cundo fue asesor durante un año de la secretaría federal de Políticas Sociales y Migratorias de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. Desde entonces, se ha mostrado como un auténtico profesional de la política, con una innata capacidad para la supervivencia. De 2002 a 2004 fue asesor de la secretaría de Organización de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y autor del recurso de inconstitucionalidad contra la ley de extranjería.
Ya en 2004, en las elecciones generales del 14 de marzo, fue elegido diputado por Madrid, revalidando su escaño en 2008 y 2011. Además, fue miembro de la comisión de investigación de los atentados del 11-M. De 2004 a 2006, fue portavoz de inmigración y, entre 2006 y 2014, portavoz de la Comisión de Interior del Grupo parlamentario socialista.
En el Congreso del PSOE de ese año, de 2014, el nuevo secretario general, Pedro Sánchez, le designó nuevo portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, en sustitución de Soraya Rodríguez -que ocupaba ese puesto con Rubalcaba como líder-. Hernando sigue desempeñando ese cargo y la pasada semana, una vez caído Sánchez, asumió el liderazgo del grupo parlamentario, tareas ambas para las que este mismo lunes ha sido ratificado. Ahora, se pondrá el traje de susanista y tal vez de abstencionista. La duda es si seguirá sobreviviendo si finalmente el PSOE se abstiene o si, por el contrario, la hipotética defensa de la abstención en la tribuna del Congreso es solo su último servicio al partido.
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