El PSOE nunca ha gobernado España sin tener un buen resultado tanto en Andalucía como en Cataluña. Aunque el PP ganó las últimas elecciones en Andalucía, los socialistas conservan la Junta y gran poder institucional. En Cataluña, la cosa cambia.
Los socialistas catalanes celebraron casi como un triunfo haber evitado el temido sorpasso en 2015 por parte de Catalunya si que es pot, la plataforma que agrupaba a Podemos, Iniciativa per Catalunya e IU. Pero en esas mismas elecciones, Ciudadanos fue aupado a la segunda posición y ejerce como principal partido de la oposición a la Generalitat de Junts pel si. En las elecciones generales del 26 de junio, el PSC logró ocho diputados. La última vez que un socialista ocupó la Moncloa, entre 2008 y 2011, el PSC alcanzó la cifra de 25 parlamentarios en la Carrera de San Jerónimo.
El PSC afronta el reto de volver a ser un partido mayoritario y no seguir sucumbiendo ante el naranja en las elecciones autonómicas y ante el morado en las generales, además de por sistema ante CDC o ERC. Esa meta es una tarea por simpatía desde el PSOE, que jurídica y operativamente es un partido distinto desde la Transición pero del que interdepende. Es el cómo el que podría generar el enésimo frente para los socialistas. Con tantos abiertos, es lo último que necesita el partido.
La polémica "vía canadiense"
En el centro de la polémica está la llamada "vía canadiense" relativa al nuevo diseño territorial de España y el peso de Cataluña en él. Los socialistas catalanes celebran un congreso en las próximas semanas con una primera etapa este sábado para escoger en primarias a su nuevo líder: Miquel Iceta, el actual, o Nuria Parlon, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).
La ponencia marco del congreso, algo así como el borrador de las nuevas prioridades del PSC, incluye esta vía canadiense (punto 36), que consistiría en elaborar una Ley de claridad como la de ese país para ordenar la independencia de un territorio. El PSC defiende que antes debe hacerse y votarse una reforma de la Constitución para no llegar a ese punto, pero ya se trabaja en un plan B que podría quedar por escrito a principios de noviembre, cuando termina el congreso del partido. El criterio ha sido cambiante en los últimos años, ya que hasta 2015, el conjunto del PSC defendía el llamado a decidir.
Parlon ha abogado en numerosas ocasiones por esa vía canadiense, aunque esta semana ha preferido dejarla fuera ante la división que genera en el partido. Mientras que Iceta es visto como un hombre de consenso en este tema, a Parlon se la considera más cercana al soberanismo y ha defendido consultas como vía para resolver el enfrentamiento entre algunos sectores en Cataluña y el Estado. En una entrevista con EL ESPAÑOL, Parlon defendió "desde hacer un referéndum para toda España y en común hasta hacerlo con preguntas específicas para las nacionalidades históricas" en caso de que fracasase la reforma constitucional.
El recelo del PSOE
Todo este debate es visto con el mayor de los recelos por las federaciones socialistas con más peso en el resto de España. Este domingo, en una entrevista en El País, el presidente de la gestora confió en que del congreso "saliera reforzado el eje ideológico en relación al eje identitario" y advirtió de que la declaración de Granada, suscrita por el PSC y el PSOE, en 2013, marca unos límites que no incluyen la plurinacionalidad del Estado ni consultas a la canadiense.
"Fuimos a Granada por el PSC", según Javier Fernández. "Nadie como yo desea que lo que salga no supere las cuestiones pactadas en Granada, porque eso significaría una revisión, implícita o explícita, de la relación del PSOE con el PSC".
Lo que Fernández sugiere en público otros dirigentes lo expresan en privado con temor. "El PSC no puede tratar de recuperar terreno pareciéndose a los independentistas", aseguran fuentes socialistas críticas con los planes del partido hermano. "En muchas ocasiones nos hemos planteado la posibilidad de crear un partido propio en Cataluña y si el PSC sigue así, no sólo caminará hacia la irrelevancia sino que nos obligaría a competir", explica un dirigente del partido. "No fue así como Ciudadanos nos superó y ha conseguido hacerse un hueco", según esta fuente.
En el PSOE, oficialmente, guardan silencio. A la posible reorientación identitaria del PSC se le suma el "no" a Rajoy anunciado tanto por Parlon como por Iceta, por lo que, gane quien gane, los socialistas catalanes podrían poner en aprieto a sus compañeros en el resto de España.
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