Lo que da de sí un año en España: eso es lo que ha puesto de manifiesto la edición de este miércoles de la Fiesta Nacional, bajo cuyo paraguas político se ha cobijado el PSOE con el PP en un regreso simbólico al bipartidismo reinante durante toda la democracia y que quedó interrumpido el pasado 20D. Este 12 de Octubre- pasado por agua, con un Gobierno en funciones y sin líder de la oposición- ha sido el de la vuelta a la normalidad de las cosas: un Mariano Rajoy “moderamente optimista” ante su posible investidura dentro de dos semanas lo explicó bien al decir que su interlocución ahora con los socialistas tras la salida de Pedro Sánchez es “más fácil”.
Primero durante el desfile militar y después en la recepción en el Palacio Real, los barones socialistas que han salido victoriosos en la guerra contra Sánchez han estado codo con codo con el Gobierno de Rajoy, que ha acudido al completo. Susana Díaz, vestida de rojo intenso, ha liderado el grupo hasta tal punto que en el besamanos de los reyes ha encabezado el equipo compuesto por Javier Fernández, el presidente de la gestora (y de Asturias), y los presidentes de Aragón (Javier Lambán); Emiliano García-Page (Castilla La Mancha); Guillermo Fernández-Vara (Extremadura) y Francina Armengol (Baleares).
El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, ha llegado a ver “amor” entre los barones socialistas y los populares, un sentimiento que ha quedado inmortalizado en la imagen del paraguas compartido bajo la lluvia entre los dos 'Hernandos' del Congreso de los Diputados: Rafael Hernando, portavoz parlamentario del PP, y Antonio Hernando, el portavoz socialista que ya lo fue con Sánchez. Preguntado por ese cambio tan notable, Hernando (PSOE) contestó que prefería explicarlo antes a la militancia y al partido.
RAJOY PRUDENTE
Dada la expectación política ante este 12 de Octubre diferente, a la recepción han acudido todos los que estaban invitados-1.300 según la Casa del Rey. Por primera vez, la Casa se ha visto obligada a anunciar por megafonía el retraso del besamanos debido a la gran afluencia de público: además de políticos y autoridades, empresarios, artistas y muchos periodistas que han buscado, entre corrillo y corrillo, respuestas a las preguntas que están en el aire: ¿decidirá el PSOE la abstención el 23 de octubre? ¿nominará el Rey a Rajoy el día 25? ¿será investido Rajoy el sábado 29?
Nadie lo dijo con absoluta seguridad, pero todos apuntaron en esa dirección. Según Rajoy, la fecha “más importante” es la del 23 de octubre pero la “única segura” es la del 24-25 de octubre cuando Felipe VI celebra su ronda de consultas previas a la nominación de candidato o a la disolución de las Cortes. “Lo mejor que puedo hacer es estar callado”, sentenció el presidente en funciones.
Más habladores estuvieron los nuevos socialistas, unidos en su convicción de que Sánchez estaba preparando un peligroso Gobierno con Podemos y con independentistas (así lo dijo García-Page) y también en la satisfacción de ver a un PSOE mucho más “tranquilo” desde el cisma de hace 12 días en el Comité Federal (según Díaz). Un dirigente socialista lo explicó así: “es como si el PSOE hubiera pasado de estar en un after a estar en un spa”.
RIVERA VS. DIAZ
Aún así, que quedan heridas por cerrar (o por coser, según la terminología que ha puesto en boga Díaz) quedó patente en el Palacio Real en la discusión entre Fernández, el presidente de la gestora, y la declarada sanchista Armengol. La presidenta de Baleares se quejó ante los periodistas de que “se hable en los medios lo que aún no se ha planteado en el partido” mientras que Fernández hizo lo mismo diciendo que se le entiende mejor “fuera” que dentro de su partido.
¿Y los líderes políticos que el año pasaron fragmentaron el panorama político español? Pablo Iglesias, ausente por segundo año consecutivo, aprovechó el regreso del PSOE al redil institucional para hacerse con el liderazgo de la oposición de izquierdas con un vídeo en el que proclama que el verdadero patriota es el que defiende, por ejemplo, “la sanidad pública” y no el que va a desfiles militares.
Y Albert Rivera, que el año pasado acaparó selfies y conversaciones desde el fenómeno Ciudadanos, se vio relegado a un extremo del Comedor de Gala mientras que Susana Díaz brillaba en el otro rodeada de periodistas. “Os vais a cansar de escucharme”, dijo riendo la presidenta andaluza, que alabó el trabajo de gestión de Javier Fernández. “No hemos montado todo esto para que Rajoy sea presidente”, declaró Rivera el año pasado en este mismo lugar. Esto es lo da de sí un año.