Frente al objetivo, una mujer se prepara para abusar sexualmente de un menor en una infravivienda de Filipinas. Al otro lado de la cámara, un pederasta occidental aguarda para contemplar la escena, en directo y desde casa. Es su deseo. Su encargo sádico por solo 30 dólares. Un menú de vejaciones a la carta con el que cumplir sus impulsos más oscuros durante 20 minutos. Y todo sin dejar rastro. Es el live streaming, la nueva moda entre los depredadores de menores más agresivos que investiga la policía española: el uso de sistema de mensajería y chat en directo para contratar abusos a menores personalizados en países del tercer mundo.
El sistema se basa en la confianza. Por un lado, el pederasta contacta con las redes que suelen utilizar este sistema. Muchas de ellas son las mismas que utilizan en sus viajes de turismo sexual. Son grupos organizados en países como Tailandia o Filipinas, destinos tradicionales para depredadores de menores. Desde su casa, el pederasta solicita el tipo de vejación que prefiere, y tras abonar el precio, es la mafia local la que se encarga de buscar al menor y fijar la cita para que el pedófilo pueda contemplar la escena. En muchas ocasiones, son los hijos de prostitutas quienes sufren estas prácticas. En los casos más extremos, los menores son los mismos a los que el pederasta ha abusado ya en persona. Si el vídeo no se graba, el acto ni siquiera deja rastro. En España, existen varias investigaciones abiertas a personas sospechosas de consumir pornografía de menores por esta vía.
Menores en exclusión social
El sistema de live streaming fue utilizado por ejemplo por la red del pederasta más despiadado que la policía española ha investigado, un australiano llamado Peter Scully. En su caso, Scully regentaba desde Filipinas una de las webs más brutales con contenido sexual de menores. Además de los vídeos de producción propia, Scully -apodado El Americano- ofrecía un menú completo de vejaciones a la carta. Tanto que hasta los propios pederastas denunciaron su caso.
El consumo de pornografía infantil por medio de webcams se ha convertido en una amenaza preocupante. Hasta el punto de que en estas sesiones, son los pederastas los que desde el refugio de su vivienda, dan instrucciones en directo a las mafias sobre las conductas o vejaciones a los que el menor debe ser sometido. En el caso de Scully, el material intervenido contenía a menores manteniendo relaciones con animales muertos.
Mientras que los círculos de distribución de este material grabado requieren de una importante infraestructura para ocultar su existencia, las comunicaciones por live streamig utilizan por lo general programas comunes de comunicación online. Servicios utilizados cada día por millones de usuarios que dificultan de forma exponencial la detección e investigación de estas prácticas.