"El poder del lobo reside en la manada", "Carpe Diem", "No hay dolor"... estos son algunos de los mensajes repartidos por el cuerpo de 'El Prenda' y su grupo, los cinco presuntos violadores de San Fermín. EL ESPAÑOL ha tenido acceso a imágenes inéditas de sus fichas policiales en las que, además de un primer plano de ellos, se detallan sus tatuajes, un elemento que ha resultado clave en la investigación concluida este lunes por el Juzgado de Instrucción Número 4 de Pamplona.
De frente, de perfil y ladeado posa para las autoridades José Ángel Prenda Martínez. Las tres clásicas fotos posteriores a cada detención. El gesto de su rostro es serio, pero parece tranquilo. Viste un polo de color azul, diferente de la camiseta blanca con un toro en el centro, que adquirió a su llegada a Pamplona para disfrutar del primer día de fiestas de San Fermín. Cada uno de los cinco llevaba una camiseta diferente de las que se pueden comprar en cualquier tienda de la capital navarra esos días.
La joven de 18 años que denunció la violación relató a la Policía Municipal que uno de ellos tenía "un tatuaje en el abdomen de semi esfera con unas letras gruesas". Esa descripción fue clave para dar con Prenda, quien se marcó su apellido en el torso. Otra de las zonas tatuadas es su codo, donde se puede leer el siguiente mensaje: "No hay dolor". En su muslo derecho, entre dos rosas, este detenido muestra su amor de madre con unos versos de la canción 'Madrecita' de Antonio Machín: "Y aunque amores yo tenga en la vida que mi llenen de felicidad como el tuyo jamas madre mía".
Del amor de madre al mundo ultra
Mucho menos tiernos son otros tatuajes como el que se puede apreciar en otra parte de su cuerpo y que dice "Hooligans Sevilla" y la imagen de los cuatro protagonistas de la película La Naranja Mecánica, un referente dentro del mundo ultra del Fútbol en el que se encuentran Prenda y varios de sus amigos como simpatizantes de los radicales del Sevilla Fútbol Club, la Peña Biris Norte. La zona del corazón está reservada a otro tatuaje del equipo andaluz. Por último, en sus muñecas lleva escrito dos nombres de mujeres.
Las fotografías de estos tatuajes son importantes para los investigadores a la hora de determinar la responsabilidad de cada uno de los detenidos. Una de las principales pruebas que ha tenido en cuenta el juez para procesarles han sido las imágenes de grabadas por ellos mismos con sus teléfonos móviles sobre la presunta violación en el portal del número 5 de la calle de Paulino Caballero de Pamplona. El juez considera que eso vídeos muestran que no existió consentimiento por parte de la víctima y se refiere a unos hechos muy graves cometidos en grupo y con múltiples penetraciones. Añade que se reían de la víctima, la agarraban del pelo y pedían su turno.
Cuatro de los cinco procesados compartían un chat de WhatsApp llamado "Manada" junto a otros siete amigos. Este era el medio a través del cual compartían sus acciones, tanto la de Pamplona como la de Pozoblanco (Córdoba), un presunto caso de abuso sexual contra otra joven de 21 años cometido el 1 de mayo. La presencia del lobo se repite en los tatuajes de los detenidos. Es el caso de Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, el militar del grupo, que en su tobillo derecho tiene tatuado una cabeza de este animal aullando y la frase: "el poder del lobo reside en la manada".
'Carpe Diem' a la altura del pubis
Unos centímetros más arriba, en el muslo de la misma pierna, se aprecia otro tatuaje con una mujer en una copa, una ruleta de casino y unas cartas de poker, todo sobre la frase "Mi perdición". Toda su espalda está cubierta por un gran tatuaje con motivos de Sevilla, incluido el escudo de su equipo o el 'skyline' de la ciudad hispalense. En la zona púbica lleva otra inscripción, en este caso en latín: "Carpe Diem" (aprovecha el momento). Por último, en la parte interior de ambos tobillos se tatuó dos inscripciones orientales.
Las fotos están tomadas tras su arresto el pasado 7 de julio en Pamplona, horas después de cometer la presunta violación múltiple sobre una joven de 18 años en un portal. Después de aquel acto llegaron a visitar varios hoteles de la capital navarra para dormir. Entre las fotos a la que ha tenido acceso este periódico se les ve entrando en uno de ellos sin ser conscientes de que están siendo grabados por las cámaras de seguridad. Esa fue su última noche en libertad. Los cinco jóvenes sevillanos se encuentran desde entonces en prisión provisional a la espera de juicio.
Otro de los arrestados, según se aprecia en las fotos, se debate en sus tatuajes entre la fiereza del lobo (otra vez) y el recuerdo de algún ser querido. En su costado guarda un dibujo de grandes dimensiones de una huella en la que se aprecia la imagen y la mirada fija del animal que sirve de referente al grupo.