Los socialistas vascos son partidarios de mantener el “no” a Mariano Rajoy y al PP y rechazan propiciar con la abstención la investidura del candidato popular a la presidencia del Gobierno. La decisión fue adoptada el lunes por unanimidad por la Comisión Ejecutiva del PSE-EE y ha sido defendida con vehemencia este martes por su secretaria general, Idoia Mendia, que ha llamado a mantener la coherencia y los principios socialistas y ha neutralizado el miedo a las terceras elecciones existente en el seno del PSOE recordando los duros momentos vividos por la organización en su lucha contra el terrorismo de ETA. Si sus tesis son derrotadas ha anunciado, no obstante, que no romperán la disciplina de voto.
“Nosotros que no tuvimos miedo a las balas no podemos tener miedo a la democracia y a mantener los principios que mantuvimos en circunstancias más difíciles”, ha señalado Mendia tras acreditarse en el Parlamento Vasco como parlamentaria junto a los otros ocho integrantes del grupo socialista que resultaron elegidos en los comicios del 25-S.
Mendia ha defendido el mantenimiento del “no” por razones políticas y porque “no se puede defraudar a los ciudadanos” que votaron al PSOE “para cambiar el Gobierno de España”. En su opinión no hay que temer a unas terceras elecciones si ello supone obrar con “coherencia”, porque además el escenario que se pretende evitar va a llegar forzosamente al cabo de pocos meses.
“De poco serviría que se decidiera una abstención si trascurridos seis u ocho meses el PP no tiene estabilidad para gobernar y convoca unas nuevas elecciones”, ha razonado la líder de los socialistas vascos.
Mendia ha expuesto también las dificultades de la labor parlamentaria socialista al día siguiente de la investidura en el caso de que el Comité Federal opte por la abstención y Mariano Rajoy salga elegido presidente.
Se ha preguntado qué postura se adoptaría en el debate sobre Presupuestos, en cuestiones económicas sobre el déficit o el techo de gasto, y en la discusión de la derogación de algunas leyes o la aprobación de otras.
Ha afirmado que es algo que los partidarios de la abstención “no han explicado” aún. A la espera de conocer en el Comité Federal “sus planes y argumentos” sobre la posición del PSOE para abordar leyes "recortadoras de servicios y derechos” y afrontar un Gobierno liderado por una persona “con responsabilidades orgánicas en un partido que está sentado en el banquillo de los acusados por un delito de corrupción”, ha sostenido que, por el contrario, “la coherencia y el mantenimiento de los principios es algo que se puede explicar siempre”.
Doce miembros del PSE en el Comité Federal
La delegación vasca en el Comité Federal es más influyente que numerosa y está compuesta por doce miembros, entre los que sólo Eduardo Madina se muestra partidario de la abstención. El vasco Ramón Jáuregui también forma parte del Comité, pero lo hace en su condición de eurodiputado.
Mendia ha lamentado el “plazo agónico” con el que se celebra el Comité Federal, a tan sólo una semana de que expire el tiempo para proceder a la disolución de las Cámaras si la investidura no sale delante. Ha confiado en que los socialistas lleven a cabo durante la reunión un debate “abierto, transparente y claro”, en el que al final se imponga mantener el “no” a Rajoy que, ha recordado, fue adoptado y ratificado por unanimidad en las sesiones celebradas por el mismo órgano en diciembre de 2015 y junio de 2016.
En el caso de que las tesis del PSE-EE no salgan adelante, su secretaria general “no ve diferencias” a que el partido decida votar en bloque, se opte por una abstención técnica en la que sólo se presten los votos necesarios, o se dé libertad de voto a los diputados. No ha querido pronunciarse por las consecuencias que debiera tener el hecho de que algún parlamentario no respete la decisión adoptada por el Comité Federal, pero ya ha anunciado que los socialistas vascos no lo harán.
“Siempre hemos sido leales a la organización y en caso de perder somos un partido y tenemos que asumir el resultado del Comité Federal”, ha zanjado Mendia.
CONDICIONES PARA ENTRAR EN EL GOBIERNO VASCO
El PSE-EE se halla inmerso en el País Vasco en las negociaciones iniciadas por el PNV para dotar de estabilidad al segundo Gobierno de Íñigo Urkullu. Antes de que esta semana se reúnan las delegaciones de ambos partidos, Mendia ha comparecido ante los medios de comunicación para rebajar la certeza de lo que todos los analistas políticos dan por hecho; que habrá pacto de gobierno y que lo único que falta por saber es la fórmula elegida, si ambas formaciones gobernarán en coalición o mediante un pacto de legislatura u otra forma externa.
Según Mendia “queda mucho por hablar y por concretar” y es “prematuro” avanzar el resultado de las conversaciones, que dependen de que el PNV “aclare” sus objetivos para esta legislatura.
Los socialistas condicionan su participación al logro de un acuerdo que sitúe las prioridades en torno a una “agenda social” que luche por el empleo y contra los recortes y las desigualdades y advierten a los nacionalistas que no secundarán ninguna aventura sobre el derecho a decidir y que no tendrán problemas para quedarse en la oposición si sienten la tentación de sucumbir a los planteamientos de EH Bildu.
“Los socialistas no vamos a participar en proyectos nacionalistas que vengan disfrazados de grandes acuerdos de país”, ha subrayado Mendia.
Nítido mensaje al PNV
El PSE-EE transmite así un nítido mensaje al PNV, que diferencia dos niveles de acuerdo: los que aseguren la estabilidad del Ejecutivo y gobernabilidad del día a día, para los que mira con insistencia hacia los socialistas, y los llamados de país para grandes materias, como recuperación económica, autogobierno y pacificación. En estos últimos quiere implicar al mayor número de fuerzas políticas posible, empezando por EH Bildu, en quien el partido de Ortúzar confía a priori para sacar adelante los presupuestos puesto que una entente con el PSE-EE les deja todavía a un escaño de la mayoría absoluta.
Mendia ha asegurado que “no van a ceder en la defensa de la pluralidad de la sociedad vasca” y ha dejado también una segunda advertencia o condición al PNV. No rebajarán tampoco sus planteamientos éticos “respecto a la violencia terrorista, los derechos humanos y la atención a las víctimas”.
Lo que significa que los socialistas defienden la necesidad de que un presumible acuerdo defina una política compartida en este ámbito, en el que discrepan de la acción de gobierno realizada durante los últimos cuatro años por la secretaría de Paz y Convivencia dirigida por Jonan Fernández, de quien Urkullu no está dispuesto a prescindir.
La investidura del lehendakari está prevista para la segunda quincena de noviembre. Aún hay mucho margen para las negociaciones, aunque el primer test de la sintonía entre ambas formaciones tendrá lugar este viernes en el pleno de constitución del nuevo Parlamento Vasco. En la sesión se elegirá a la Mesa de la Cámara y hay informaciones que apuntan, sin que Mendia haya querido a confirmarlo, a que el PSE-EE, a pesar de ser la cuarta fuerza política, ocupará una de las dos vicepresidencias de la Cámara.