Dadak, el 'señor de la guerra' detenido en Ibiza': "Yo hago el trabajo sucio para los gobiernos"
Vinculado con la mafia marsellesa o la Solntsevskaya rusa y seguido en medio planeta, manejaba un negocio de 30 millones al mes.
22 octubre, 2016 02:58Noticias relacionadas
"Yo hago el trabajo sucio para los gobiernos. Puedo pedir lo que quiera". Las palabras sonaron frías por la línea telefónica mientras Pierre Conrad Dadak amenazaba de muerte a un antiguo subalterno. Sobre la mesa, los agentes tenían contra él alertas de medio mundo; Francia, Suiza, Alemania, Bélgica, Polonia, Reino Unido y hasta el FBI estadounidense andaba detrás de este 'señor de la guerra' polaco que se ocultaba en Ibiza. Desde la isla, Dadak mantenía su negocio de con líderes africanos corruptos, con ex agentes de los servicios secretos, con la mafia marsellesa que lidera el tráfico de drogas en el sur de Europa o con la Solntsevskaya, una de las organizaciones mafiosas más peligrosas de Rusia. Y eso es decir mucho.
El sumario del caso, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, demuestra que Dadak controlaba desde España un entramado de venta de armamento y blanqueo de capitales capaz de mover "entre 27 y 30 millones de euros al mes", según sus propias palabras. Desde una mansión de lujo ubicada en Sat Josep De Sa Talaia, al sur de la isla, Dadak movía fondos en Dubai, Tailandia, Vietnam, Estados Unidos, Gambia o Sudán y vendía armamento a Omán, Polonia, Colombia, Bulgaria, República Checa, Túnez, Nigeria, Angola, India o Brasil. "No voy a hablar por aquí de misiles", decía en otra de las escuchas. De cara a la galería, Dadak era un hombre de éxito. Un empresario capaz de gastar 7.295 euros en un establecimiento de alta costura de la calle Serrano o 27.000 euros en un jet privado para volar a Montecarlo.
Para dificultar el rastreo de sus cuentas, Dadak -detenido el pasado mes de julio por orden de la Audiencia Nacional- utilizaba en Ibiza una tarjeta de crédito contratada en realidad a miles de kilómetros de allí; en Rietumu Banka 7 de Letonia. En su garaje descansaban tres Bentley, dos Porche, otros dos Ferrari, un Lamborgini Gallardo y un Aston Martin. Un equipo de escoltas con formación militar vigilaba la vivienda - uno de ellos era subcampeón de artes marciales mixtas- junto a dos perros adiestrados, dos ejemplares de presa canario llamado Vena y Vito, como el protagonista de El Padrino.
Negocios con agentes del FBI
Para moverse por el mundo, el empresario nacido en Francia en 1976 (y por ello con doble nacionalidad franco-polaca) utilizaba un pasaporte diplomático de Guinea Bissau, un país señalado por EEUU al ofrecer este tipo de servicio a los capos de la droga. El 10 de noviembre de 2014 fue la policía belga la que detectó una transferencia de 60.000 euros desde una de las empresas de Dadak a Gabriel Plaza Herrera, cónsul honorario de Guinea Bissau, por gastos de consultoría.
Los investigadores mantienen que Dadak pudo utilizar también sus negocios en el país africano para camuflar operaciones de venta de armas coordinadas desde España. El 23 de diciembre de 2013, un colaborador de Dadak apodado Lorrain le llama para proponerle un negocio de venta de armas para el Sultanato de Omán. El intermediario para la operación es un americano de origen latino llamado Marco Rossini. Los informes policiales españoles identifican a Rossini como "un agente del FBI norteamericano que en la actualidad se encuentra retirado". Rossini tomó notoriedad en su país cuando aseguró a la revista Newsweek que el FBI no le había permitido detener los atentados del 11-S en el que fallecieron 3.016 personas.
"Ahora ha dejado de trabajar porque en EEUU te dan unos años sabáticos cuando quieres retirarte. Puedes trabajar pero ellos comprueban y aceptan dónde vas a trabajar. Así que está en un segundo o tercer año sabático. Trabaja para un organismo un poco complicado, ya te explicaré cuando te vea", relata el interlocutor de Dadak sobre el exagente del FBI.
A los pocos días, las escuchas telefónicas entre Dadak y su abogado, el francés Sebastián Bono, revelan una nueva operación de armamento, para vender blindados por 20 millones de euros a Guinea Bissau. El beneficio de la venta para los investigados será paupérrimo. Inferior al 2%. A juicio policial, “cabe destacar que la propuesta del 23 de diciembre de 2015 [la del sultanato de Omán] pudiera ser la verdadera operación de comercialización ilícita de armamento que Pierre Dadak trata de ocultar en la contabilidad de la sociedad involucrada Rosevar a través de este nuevo acuerdo de 20 millones [Con Guinea]”.
El hombre de la mafia marsellesa
La investigación realizada en España confirma además los vínculos entre Pierre Dadak y la mafia marsellesa, una de las organizaciones criminales más activas del sur de Europa. En concreto, los informes policiales vinculan directamente a este 'señor de la guerra' con el clan de los Barresi, liderado por el capo Frank Barresi, procesado en Francia. El líder mafioso francés admitió que en 2013 se desplazó a Ibiza para verse con un amigo, probablemente a Dadak. En enero de 2012 ambos habían viajado a Gambia en el avión presidencial para reunirse con el líder del país junto con Jihad Wahid Saade, de origen libanés, gerente de una empresa de apuestas y a quien la DEA califica como un traficante de drogas.
El 30 de enero de 2015 es un informe del FBI (con código 163-md-683) el que estipula que "Pierre Konrad Dadak es miembro de un grupo criminal con ámbito de actuación global, inmerso tanto en actividades relacionadas con el tráfico de drogas a gran escala, tráfico de armas y blanqueo de capitales". En España se le imputan los delitos de organización criminal, extorsión, blanqueo de capitales, estafa, cohecho y revelación de secretos.
Sin embargo, la mayor investigación contra Dadak y el clan Barresi (apodada operación Brasero) sigue su curso en Francia. Los informes galos relacionan el blanqueo de capitales del clan Barresi con una sociedad llamada Vinam Enterprises. Una empresa vinculada de nuevo al detenido en Ibiza.
Según el sumario del caso, las cuentas de Pierre Dadak recibieron 261.740 euros en dos años de esta sociedad, abierta en Chipre. Otros 97.000 euros fueron a parar a las cuentas de su ex pareja, Katerina Dirgina. Y otros 70.000 euros sirvieron para comprar una parcela en Cala Vendella, en el municipio ibicenco de Sant Josep de Satalaia. En otra de las operaciones, Dadak ejerce de prestamista y cede tres millones de euros desde las cuentas de Vinams a una sociedad controlada desde Delaware.
Viajar sin ser detectado
“Cabe destacar que se ha realizado un préstamo de dinero vinculado a la cuenta bancaria de la sociedad Vinams, sociedad con la que conforme afirman las autoridades francesas guarda relación con el 'caso Brasero'. Presuntamente, Pierre Dadak estaría blanqueado el dinero proveniente de ilícitos penales llevados a cabo por Franck Barresi y su organización, dedicada a cometer atracos a entidades bancarias, contrabando, tráfico de drogas, extorsión, asesinato y secuestro [...] Del mismo modo, puede deducirse la posibilidad de que el dinero prestado a Heymans haya sido una mera cobertura para el blanqueo de los capitales recibidos por Pierre Dadak de parte de la organización criminal de Franck Barresi”, reflejan los informes policiales a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
En una reunión posterior celebrada en la Audiencia Nacional, las autoridades galas entregaron a las españolas nueva información sobre otra empresa de los Barresi, una sociedad abierta en Figueres (Girona) en 2006 y que lleva por nombre Team Bussines Difusion.
“La vinculación entre Vinams y Rosevar resulta trascendental para comprender el entramado societario de Pierre Dadak -explican los informes obrantes en la causa- pues este parece utilizar, por un lado la sociedad Rosevar para la consecución de la comercialización ilícita de armas y por otro lado, la sociedad Vinams Enterprises para el lavado de dinero proveniente tanto de las comercializaciones ilícitas que realiza a través de la sociedad Rosevar como del proveniente de otros ilícitos penales, como así pudo llevar a cabo en asociación con el clan Barresi”.
Las intervenciones telefónicas a los ocho teléfonos utilizados por Dadak en suelo español arrojaron incluso la intención del capo polaco de comprar un yate de 24 metros para viajar por el Mediterráneo. En concreto, el responsable de la firma Rosevar buscaba el modelo Mangusa 108, que cuesta 3,6 millones de euros de segunda mano. Los investigadores creen que Dadak quería darle al barco más utilidad que la de un simple viaje de placer: "El uso de embarcaciones de recreo es una forma extremadamente segura para poder desplazarse y mantener reuniones sin que tengan que comunicar a ninguna autoridad ni el lugar de desplazamiento ni las personas que va a bordo, con lo que se garantiza el absoluto secreto de sus desplazamientos y contactos”.
Ladrones de ley rusos
La investigación abierta en España, instruida por la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción, refleja además las relaciones del empresario polaco con la Solntsevskaya, una de las mafias más peligrosas del planeta, nacida en Moscú y que tiene 700 ladrones de ley entre sus filas.
Las intervenciones telefónicas del caso reflejan una reunión entre Dadak y dos empresarios vinculados a la empresa "Sistema", de nombre Yevtusenko y Novitsky. Los agentes encargados del caso vinculan estas palabras con la sociedad AFK System, controlada por Yevgeniy Novitsky, "líder del clan Solntsevo y actualmente encarcelado en Suiza". Los informes policiales entregados al juez Santiago Pedraz describen la Solntsevskaya como un grupo “íntimamente ligado a los Organismos de Seguridad del Estado (Policía, Tribunales, Fiscalía). Es característico el empeño de sus líderes para desarrollar contactos con capos de otras sociedades criminales, de manera que la distribución de las esferas de influencia se efectúe de un modo pacífico”.
“Novitsky estaría relacionado con la gestión económica de dicho clan y con la obtención de visados para los viajes que los miembros de la organización criminal realizaban a EEUU, firmando personalmente las cartas de invitación para los visados”, explican los agentes de la Policía Nacional.