Durante los 38 años y medio de reinado de Juan Carlos I, la ronda de consultas en Zarzuela juntaba a políticos y periodistas bajo una carpa blanca en el carretera de El Pardo, entre encinas, croissants y café. Fueron solo 10 ocasiones. Todas- con la excepción de 1996- fáciles de sortear.
Con Felipe VI llegó el cambio. El imperio de la Constitución, la fragmentación política y la filosofía del “cada uno a lo suyo” o “cada uno en su ventanilla” se instalaron en Zarzuela: para dejar bien clara la función de cada institución, políticos y periodistas fueron expulsados de Somontes y enviados al Congreso de los Diputados. Puro procedimiento.
Así, este lunes, ya con la quinta ronda de consultas, la liturgia se ha reproducido con la misma cadencia en la sala de prensa del Parlamento, un habitáculo moderno y funcional- sin café ni croissants- en la Carrera de San Jerónimo. De menor a mayor, nueve representantes el lunes y seis el martes. El primer día ha dejado las cosas claras: el rey asume que se abre un nuevo ciclo y que- por fin- habrá gobierno. Pero la nueva izquierda- representada este lunes por Alberto Garzón (IU) y Alexandra Fernández (En Marea)- advierte de que la calle está en armas por la “traición del PSOE a la izquierda” y de que no hay más oposición ahora que Unidos Podemos y de sus aliados.
Este fin de semana Mariano Rajoy será de nuevo presidente del Gobierno y Felipe VI podrá dedicarse a proyectar la nueva Corona española en el mundo después de estos 10 meses insólitos- plagados de semanas cruciales, primeras veces y alguna que otra laguna legal- en los que ha tenido que sortear en cuatro ocasiones la alargada sombra de un Rajoy apoltronado en el sistema presidencialista que convive con la monarquía parlamentaria desde 1978.
Sin acritud, “con normalidad institucional” según fuentes gubernamentales, estas son las cuatro muescas que ha dejado este largo bloqueo político entre las dos instituciones máximas de España: la jefatura del Estado representada por Felipe VI, de 48 años y la presidencia del Gobierno, aún en manos de Mariano Rajoy, 61.
1. Viernes 22 enero 2016
Por primera vez en democracia, y a través de un comunicado, la Casa del Rey informa de que Mariano Rajoy ha desistido de la invitación del monarca. A continuación, Moncloa encarga informes jurídicos para estudiar la posibilidad de que el Parlamento se salte a la Corona y disuelva las Cortes para evitar el limbo institucional que supondría la ausencia de candidato. En una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero, Rajoy admite que ésta hubiera sido su opción referida.
Felipe VI, sin embargo, ignora estas premisas y vuelve a convocar una ronda de consultas que concluye con la nominación de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno. Rajoy toma nota de que el rey no ha dado su brazo a torcer.
2. 29 julio 2016
Mariano Rajoy acepta la nominación del rey pero durante 20 días no aclara si someterá a la votación porque carece de los apoyos necesarios. A lo largo del mes de agosto inicia las negociaciones con Ciudadanos. Durante el puente de la Virgen, a mediados de mes, está tentado de volver a desistir tras la presión que ejerce sobre él Albert Rivera con sus siete exigencias, una “bajada de pantalones” según algunos miembros del PP.
Su equipo más cercano le convence de que no abandone la lucha por revalidar el título de presidente y de la imposibilidad de volver a decirle que no al rey, sobre todo después de haber aceptado. Desde Zarzuela observan con inquietud los movimientos (o la falta de ellos) de Rajoy. Los reyes no viajan a Brasil a los Olimpiadas, con el consiguiente desgaste que esa falta de representación española supone para ellos.
3. Del 3 al 6 octubre 2016
Tras la defenestración de Pedro Sánchez el 1 de octubre, y cuando ya se intuye que el PSOE va a permitir gobernar a Rajoy, se suceden tres días en los que los restos del G8 (Fernández Díaz y Margallo) liderados por el supergurú Pedro Arriola y secundados por el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, dicen públicamente que es mejor ir a unas terceras elecciones que gobernar en minoría en un Congreso imposible.
A Moncloa llega el mensaje claro de que si “los números” le dan a Felipe VI- con la abstención del PSOE- éste volverá a nominar a Rajoy a finales de mes. El presidente en funciones, consciente de que no puede volver a desistir, sale a la palestra el jueves 6 de octubre en Torremolinos para anunciar que no pondrá “condiciones” a un PSOE hundido. Los que habían hablado a favor de unas terceras elecciones callan de inmediato una vez se impone Rajoy.
4. Último fin de semana de octubre, la investidura
El viernes 21 de octubre el rumor que había empezado a correr el día anterior se hizo fuerte tras la rueda de prensa semanal en La Moncloa: Zarzuela habría pedido que la investidura de Rajoy se celebre el domingo 30 de octubre para permitir que Felipe VI esté de vuelta en España tras asistir a la Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias. El sábado, el diario La Razón, muy cercano a La Moncloa, llegó a publicarlo en su portada a pesar de los numerosos desmentidos de la Casa del Rey, cuya plana mayor estaba ese fin de semana en Oviedo por la entrega de premios de la Fundación Princesa de Asturias.
El rumor siguió creciendo con tanta intensidad que este lunes ocurrió algo inédito: fue el propio rey Felipe el que lo desmintió ante Ana Oramas, la diputada de Coalición Canarias que acudió a la audiencia a Zarzuela a media mañana. Esta, a su vez, lo trasladó a los medios. “El Congreso organiza el debate como considera. Si el Congreso otorga la confianza al candidato, se le comunica al Rey, que firmaría el decreto de nombramiento. Esto último es lo que le corresponde al Rey tras las consultas”, insisten desde Zarzuela.
Una polémica absurda porque este fin de semana, día más, día menos, Mariano Rajoy será presidente. Oramas la zanjó así: “Tengo un billete [de vuelta a Canarias] el sábado y otro el domingo”.