Pedro Sánchez ya habla claro. O, al menos, no le duelen prendas en atacar a los que durante estos meses le han puesto palos en la rueda hasta descabalgarlo como secretario general del PSOE. En su primera entrevista desde el Comité Federal del PSOE del 1 de octubre, cuando dimitió como líder, Sánchez ha asegurado que tiene "ganas, voluntad y fuerza de volver" a ser líder del PSOE en el congreso del partido que debería celebrarse en los próximos meses.
Sánchez, en su conversación con Jordi Évole en Salvados, de La Sexta, ha reconocido que tras las elecciones del 26 de junio barajó la abstención para facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy, como le trasladó a Felipe González. Sin embargo, concluyó su "no" definitivo a Rajoy cuando habló con él. Sánchez dice que Rajoy le dijo lo siguiente: "No solo necesito la investidura sino que necesito gobernar. Contigo, con el PSOE", ha dicho. "Él me convence", el "punto de inflexión definitivo fue saber que Rajoy, lo que estaba pidiendo al PSOE era gobernar conjuntamente, dentro o fuera del Gobierno".
El hoy militante de base, decidido a "recorrer España" para reconstruir el PSOE, asumió varios errores. El primero, no reconocer la potencia de Podemos desde casi el momento de ser elegido. "No supe entender el movimiento que había detrás de Pablo Iglesias" y tacharlo de "populista". "Ese impulso transformador y renovador creo que es muy importante también para el PSOE", ha dicho.
Según Sánchez, el PSOE tiene que "trabajar codo con codo con Podemos" en favor del cambio político. "Ya está bien de reproches", ha dicho. El exlíder no ha ahorrado en elogios al partido de Pablo Iglesias, el único que se salvó de ataques hacia dentro y fuera de su formación política.
Las partes quizás más explosivas de la entrevista de Évole son sus ataques a dirigentes de su partido y las "élites" mediáticas y financieras de este país.
Contra 'El País' por atenazarlo
Sánchez se siente víctima de los medios de comunicación, en especial del grupo PRISA, que edita el diario El País. "La línea editorial de El País" ha sido "abusiva" e "insultante en lo personal", algo fruto de una "burbuja de medios de comunicación que se han tenido que reestructurar" y dar entrada al "sector financiero", ahora accionista del conglomerado de medios fundado por Jesús de Polanco.
"Me dijeron: O Rajoy o la linea editorial de El País no iba a facilitar" el Gobierno alternativo que quería impulsar, ha reconocido, citando reuniones con sus directivos. "Ellos defienden su línea editorial, que yo respeto, pero yo defiendo la autonomía del PSOE", ha zanjado.
El PSOE a la deriva
El PSOE es hoy un partido a la deriva, según ha lamentado. Sánchez quien ha criticado el "giro de 180 grados" de una formación que no tiene rumbo ni dirección. "Acercarlo al PP es un error".
"No comparto el modelo de partido que tienen mucho de sus representantes", entre ellos Susana Díaz. Según él, la presidenta andaluza trató de pilotar su liderazgo. Para Sánchez, cuando el PSOE eligió líderes nacionales, la federación andaluza siempre fue "un factor de estabilidad" que ahora no es.
El error de vetar a los independentistas
Uno de sus errores fue, según él, aceptar la limitación del Comité Federal de diciembre, que le prohibió negociar con partidos que defendieran el derecho a decidir o a la autodeterminación de Cataluña. "Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco" y así lo hay que "reconocer", pidió.
Durante este tiempo, con quien más ha hablado dentro del PSOE es con Felipe González, ha reconocido, pero "en absoluto" lo engañó prometiéndole la abstención ante Rajoy y, según él, el propio González no la habría defendido hace treinta años. "Muchos de los militantes socialistas no nos reconocemos en él, pero sí en el del 82", ha dicho.
Pedro Sánchez habló de los poderes empresariales que han interferido en su labor como líder de la oposición. El socialista contestó con un "sí" cuando Jordi Évole le preguntó si se refería a César Alierta cuando hablaba de que "algunos empresarios han intentado influir a través de los medios en decisiones políticas".
El expresidente de Teléfono fue uno de los que quiso que apareciera con nombre y apellidos pero no fue el único, según Sánchez.