El Ayuntamiento de Manuela Carmena estudia la posibilidad de que, en torno a las diez de la noche y no antes, se avise a la población de las restricciones de tráfico. Así lo explicaba este miércoles la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, tras la polémica generada el martes después de que hasta las 23.30 horas de la noche no se avisara de si iba a ser necesario activar o no el protocolo de contaminación. De este modo, el Consistorio madrileño descarta poder avisar a los ciudadanos antes de las 22.00 horas.
La alcaldesa de Madrid, por su parte, comparaba las razones por las que no se puede informar con más antelación las restricciones de tráfico por contaminación con la fiebre, que -ha dicho- sube por la noche: "Cuando le das el Dalsy al niño, es cuando en el termómetro le ha subido la fiebre y la contaminación es así".
Las partículas de dióxido de nitrógeno, debido al fenómeno de inversión térmica, suben por la noche, al igual que la fiebre, "por una cuestión biológica, física, mecánica", por lo que en su opinión "no se puede tomar ninguna medida hasta que saltan los avisos y saltan por la noche", explicó la alcaldesa en una entrevista televisiva.
Los niveles de contaminación en Madrid se acercaron este martes al escenario 3 contemplado por el Ayuntamiento de la ciudad; un escenario en el que, según el “Protocolo de medidas contra alta contaminación” del consistorio, se restringe la conducción de la siguiente manera: los vehículos de matrícula par conducen los días pares y los de matrícula impar, los días impares. Las excepciones son las moticicletas, los triciclos, los ciclomotores, las bicicletas, el transporte público colectivo, los vehículos con 3 o más pasajeros, los vehículos limpios y los taxis.
Llegadas las 23.30 horas, se levantaron las restricciones porque descendieron los niveles de NO2 (dióxido de nitrógeno) registrados en las estaciones de medición de la Red de Vigilancia, Predicción e Información de la Calidad del Aire. Sabanés ha asegurado que se está estudiando la posibilidad de que el consistorio pueda establecer “un modelo mixto entre predicción y datos ciertos”, para poder ofrecer datos anticipados, "siempre y cuando esté garantizada la salud de los ciudadanos". Se trata, según Sabanés, de estudiar la anticipación "un par de horas" -el límite ahora está fijado en las doce de la noche-.
Las propuestas del Ayuntamiento: A 70km/h por la M-30
El problema de las restricciones derivadas de la contaminación no es el único al que se enfrenta el Ayuntamiento de Madrid, que precisamente este miércoles presentaba el borrador del Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático. Limitar la velocidad en las vías de acceso a la ciudad y en la M-30 a 70 kilómetros por hora es una de las treinta propuestas que se recogen en dicho texto, que ahora será sometido a debate.
Sabanés señalaba que "la difusión de estas propuestas" tienen que generar un "intenso debate"; no obstante, el Ayuntamiento confía en aprobar este Plan a comienzos de 2017. Las 30 medidas buscan reducir la intensidad del tráfico en la ciudad, ya que la población está "expuesta a unos niveles de contaminación no permitidos ni por la Unión Europea ni por la OMS". "Hemos de actuar no solo cuando nos saltan las alarmas", zanjaba Sabanés.
Para el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, la cuestión fundamental es el "problema de salud pública" que hasta ahora, a su juicio, no se ha atajado. "La única medida que se aplicaba era trasladar los medidores de contaminación a las zonas donde había menos impacto", denunciaba este miércoles. En este sentido, y para “luchar contra el cambio climático”, Calvo señalaba que el gobierno municipal pondrá en marcha medidas concretas que potencien el uso del transporte público, de la bicicleta y de los desplazamientos peatonales y que reduzcan “el espacio físico de vehículo privado a motor dentro de la ciudad”.
Menos tráfico en Gran Vía, "aparcamientos disuasorios"...
Así, otra de las medidas propuestas pasa por restringir el acceso al área central de la capital al vehículo privado, excepto residentes, para priorizar la movilidad peatonal, la bicicleta y el transporte púbblico. Dicha área, de perímetro continuo, estará definida por las calles Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova, Paseo de Recoletos, Paseo del Prado, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Ronda de Toledo, Gran Vía de San Francisco, calle Bailén, Cuesta de San Vicente y Princesa. En mitad de esa zona, y también señalada como área de prioridad peatonal, la Gran Vía madrileña.
Además, el Ayuntamiento de Madrid propone constituir una “red de aparcamientos disuasorios” en la corona metropolitana, conectada con nodos de transporte público, que “facilite” la transferencia del vehículo privado al transporte colectivo, evitando la entrada del vehículo privado hasta el centro de la ciudad.
Regulación de estacionamiento fuera de la M-30
El Consistorio madrileño aboga además por incrementar tanto las bonificaciones como las penalizaciones en la tarifa de Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) en función de las emisiones del vehículo, estableciendo una diferenciación de zonas para el aparcamiento.
En este sentido, en el área interior de la M-30 se pretende "optimizar" los tiempos de rotación y ratio de plazas para residentes y no residentes, mientras que en el área exterior se contempla implantar un sistema de regulación de estacionamiento "en los barrios que así lo demanden", sin coste para los residentes y mediante tarifa para los no residentes, una medida que ha criticado el concejal del PP Borja Carabante: "Estamos radicalmente en contra de que se cobre por aparcar fuera de la M-30".
EL ESPAÑOL adelantó en agosto que el Ayuntamiento de Madrid preveía para 2016 un notable incremento de la recaudación del estacionamiento regulado en la ciudad (las zonas verdes y azules): 96 millones de euros, 9,2 millones más de lo que valoró para el año anterior (cerca de 87 meses), y así lo plasmó en el Presupuesto General del consistorio al que tuvo acceso este periódico. Ante este considerable aumento, cabía preguntarse cómo la institución liderada por Carmena pretendía recaudar esos 9 millones de euros más estimados.
No obstante, y a pesar de que la directora de Movilidad madrileña apuntó la estrategia que estudiaba el Ayuntamiento para conseguirlo, la propia Sabanés salió a desmentirlo y negó que en el nuevo Plan de Calidad de Aire, que en ese momento ya se estaba estudiando, hubiera “ningún sistema similar al SER o parquímetros en el exterior de la M-30”, un extremo que ahora se confirma.
Las medidas, a debate
“Tratamos de encontrar el mayor grado de consenso y participación”, explicaba Sabanés. Por ello, las 30 medidas será presentadas al Consejo Coordinador de los distritos e iniciarán un “diálogo” con los barrios, a través de un cuestionario que estará en la web municipal de calidad del aire a disposición “de todos los vecinos y sus asociaciones”.
Del mismo modo, el Ayuntamiento tiene previstos una serie de encuentros con otras administraciones, instituciones académicas, colectivos sociales, etc. para recoger “todas las sugerencias y mejoras”.