Con el objetivo de subsanar los errores del pasado y tener como aliado el factor tiempo, IU en Andalucía ha planteado a Podemos un reto: en el plazo de un año forjar una confluencia electoral para presentarse juntos como "alternativa" al PSOE de cara a las próximas elecciones autonómicas y las municipales. El planteamiento de IU llega justo después de que el liderazgo en Podemos haya quedado despejado tras la aplastante victoria de Teresa Rodríguez en su reelección como secretaria general en Andalucía el pasado viernes.
El coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, ha lanzado la propuesta en términos de "acelerar" ese proceso, con lo que ha dejado claro que ya contaba de antemano con el apoyo de Rodríguez. Los dos demuestran su sintonía pleno tras pleno en el Parlamento, pero también lo demostraron en la campaña de las generales, cuando entonces hubo una precipitada coalición en Unidos Podemos que despertó reticencias internas en ambas formaciones (especialmente, en el sector errejonista, que ha quedado mermado en Andalucía con ese 75% de los sufragios que ha cosechado Rodríguez). Por eso ahora lo que quieren es contar con tiempo suficiente para que fragüe un proyecto electoral común con tiempo suficiente para explicarlo.
Este aspecto no deja de ser muy importante. La confluencia de IU y Podemos no supuso en las generales de junio una suma de lo que cosecharon por separado en las primeras generales de diciembre, sino todo lo contrario, la pérdida de más de un millón de votos. La confluencia se cerró a poco más de un mes de la convocatoria de junio. Por eso, hace falta pedagogía y tiempo para que las cosas cuajen.
De hecho, IU está ya en esa fase de promoción. Están celebrando asambleas locales, con un alto grado de participación, y en el que están abordando tanto el plan de acción de la dirección federal para 2016 y 2017, que pretende elevar a IU a movimiento político y social, como la explicación de esta unión electoral. Una fusión que se plantea en términos de "bloque o marea andaluza" que supere a lo que son las dos formación políticas en sí y que sea un amplio movimiento social.
Sin embargo, este adelanto en el cronograma tiene sus riesgos. Aún falta tiempo para que se convoquen unas municipales y unas autonómicas. Tocan dentro de tres años, siempre y cuando, en las andaluzas, Díaz agote la legislatura. En este periodo, podría darse un proceso de "fagocitación" de IU por parte de Podemos, pero Maíllo no lo entiende como tal. Cree que más bien el proceso es totalmente el contrario. Será un refuerzo para IU porque el reto será que "cada uno competirá por ser mejores" en su discurso y con su patrimonio político, porque IU va seguir manteniendo su perfil propio, según ha explicado.
"Vamos a trabajar en la construcción de una confluencia desde un proyecto que tiene patrimonio, arraigo en muchos territorios y no miedo de ser fagocitado, sino que ve en este proceso una oportunidad de estar en un bloque para disputar el poder y ese el debate", ha resumido el líder andaluz de IU.
Otro riesgo es un recrudecimiento de los ataques desde el PSOE. IU ya viene sufriendo los envites dialécticos en el Parlamento de la presidenta andaluza, Susana Díaz. Le ha acusado a Maíllo desde entregar a su formación y su historia "a precio de saldo" a Podemos a ir en el "sidecar" de la moto que pilota Teresa Rodríguez, o que su iniciativa parlamentaria no deja de ser una segunda vuelta de las iniciativas de la formación morada. Por ahora, el argumentario del PSOE no le preocupa lo más mínimo a IU. De hecho, creen que tienen un arma más poderosa: colocar a Díaz como la artífice de que, hoy por hoy, Mariano Rajoy esté al frente del Gobierno.