Periodista y reina, periodista y madre. Letizia Ortiz, reina de España, y Sara Carbonero, reina oficiosa de Portugal, han coincidido- por fin- este lunes en la cena de gala en el pazo de los Duques de Braganza. Para muchos medios, ha sido el momento más esperado del viaje de Estado de los reyes a Portugal, el primer toque de glamour tras un largo día de honores, discursos y arte. A falta de primera dama, Carbonero, como referencia a la hora de juzgar el look de la reina.
Ha llegado primero Carbonero, melena suelta, con vestido largo en blanco y negro con toque transparente y un poco de cola arrastrando por la alfombra roja. Copyright: Vicky Martín Berrocal. A su lado, Iker Casillas, portero del Oporto. La última, Letizia de España, de Carolina Herrera y con la Orden portuguesa del Cristo en forma de banda roja y en diagonal. Sin tiara y con recogido alto. Muy sonriente. A su derecha, Felipe VI con collar y orden de la Torre y de la Espada. Ambos se han acercado a saludar a los espontáneos que le han dedicado un “¡Viva España!” desde la barrera.
Dentro, en el salón de banquetes, consomé, merluza y pudding en medio de grandes piropos mutuos. El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha alabado el “el incansable en su espíritu europeo, iberoamericano y universal” de Felipe VI. Y ala reina Letizia, “siempre atenta a las causas sociales, desde los niños hasta los enfermos, y también a la mujer”. Rebelo de Sousa se ha sentado en medio de los reyes. Su pareja desde hace 30 años, Rita Amaral, no ejerce de primera dama porque el presidente, ferviente católico, está separado civilmente pero “casado ante los ojos de Dios” con su primera mujer.
Felipe VI ha agradecido la invitación a Rebelo, “un hombre de tan clara y sostenida vocación intelectual que ha consagrado muchas horas a enseñar a los jóvenes”. Hace 38 años que Juan Carlos I y doña Sofía estuvieron en este mismo lugar con ocasión de la firma del Tratado de Amistad entre Portugal y España. El rey ha recordado el vínculo: “A una vinculación familiar de siglos se une el amor por esta tierra hospitalaria y por este pueblo acogedor y entrañable que me inculcaron mis abuelos, los condes de Barcelona, y mi padre, el rey Juan Carlos. En ese profundo afecto y estima por las cosas de Portugal me acompaña siempre la reina Letizia”.
Con música de Bach y fados de Carminho ha terminado la velada en el pazo construido en el siglo XV por Alfonso, hijo bastardo del rey Juan I de Portugal. Fue restaurado por el dictador Salazar y más recientemente, sirvió de escenario para un capítulo de de la famosa serie Juana La Loca.