"Si quieres un hospital, por lo menos pídemelo". Francisco Granados pronunciaba estas palabras entre el enfado y el reproche, mientras al otro lado del teléfono, la Guardia Civil tomaba buena nota y dejaba constancia de la llamada. Era jueves, 4 de septiembre de 2014 y los audios del exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, reflejan a un Francisco Granados preocupado. Un político despechado con el Partido Popular que luchaba por controlar el único espacio de poder que le quedaba: el Ayuntamiento de Valdemoro.
Los informes de la UCO estiman que Granados, que prestará declaración este miércoles ante la Audiencia Nacional, pudo ingresar hasta 20 millones de euros en comisiones urbanísticas. Por el momento y a la espera de su nuevo testimonio ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, Granados sólo ha reconocido ser el dueño del millón de euros que la Guardia Civil encontró encima de un armario en casa de sus suegros.
Fue el 21 de febrero de 2014 cuando el ex 'número dos' del PP de Madrid tuvo que dejar su acta de senador y diputado autonómico. El diario El Mundo afloró entonces la existencia de una cuenta en Suiza, la misma que le costó entrar en prisión nueve meses después por engañar presuntamente a Hacienda. Y su repudia por parte del partido fue fulminante. Se acabó la capacidad de influencia. Y con ella, según los informes policiales, también la facilidad para hacer negocio a costa de los constructores y sus mordidas. Valdemoro quedó entonces como principal bastión del 'modelo Granados'; una garantía para seguir siendo necesario.
Allí, uno de sus hombres de confianza, José Carlos Boza, heredó el bastón de mando. Pero Granados tenía la certeza de que Esperanza Aguirre estaba intentando levantar a su delfín de la silla para colocar a un paracaidista, un hombre avalado por la dirección del partido en Madrid, que se encargaría de borrarle definitivamente del mapa de influencia.
"Que es mentira, mentira puta", repetía por teléfono entre gritos cuando el empresario David Marjaliza le apunta que Boza se va a reunir con Esperanza Aguirre para buscar su apoyo. Así se escucha en los audios a los que ha tenido acceso este periódico y que han sido editados por su excesiva duración. Juntos, político y empresario entraron en prisión en noviembre de 2014 tras ser detenidos. Pero han seguido caminos distintos. Mientras Marjaliza decidió colaborar con la Justicia, abrir con sus revelaciones nuevas vías de investigación y reconocer la mayoría de los delitos que le imputa la Fiscalía Anticorrupción, Granados ha negado en todo momento su participación en la supuesta trama de comisiones urbanísticas. El constructor de Valdemoro abandonó la prisión madrileña de Aranjuez las pasadas navidades y lleva en la calle casi un año, mientras que Eloy Velasco mantiene a Granados en prisión preventiva.
Encuentro con Aguirre
Fue el propio Francisco Granados quien pidió declarar ante la Audiencia Nacional este miércoles. Como principal baza para colaborar tiene la posibilidad de identificar su contabilidad manuscrita, un listado de iniciales y presuntas donaciones a la financiación ilegal del PP que se investiga en una pieza secreta de la causa. Pero no parece que Granados esté por la labor. Más bien al contrario, quiere aportar su versión sobre las manifestaciones realizadas por Marjaliza.
De hecho, las relaciones comerciales entre ambos estaban rotas mucho antes de las detenciones, cuando Marjaliza reparó la sociedad que tenía a medias con el empresario Ramiro Cid, de la que Granados atesoraba un tercio en la sombra.
"Cuanto más lo pienso más me encabrono, porque tiene una pinta de pucherazo de cojones", espeta Granados en las conversaciones sobre la maniobra de Aguirre y la pasividad de Boza. "Es que si tú eres el alcalde y seis meses después de que dimita el presidente [del grupo municipal], tú no has hecho nada, pues te toman por el puto pito del sereno [...] Este, aunque le cojan y le corten los huevos y los pongan en la puerta del Ayuntamiento, le digan que Bartolo (Bartolomé González, alcalde e Aranjuez y miembro de la Ejecutiva nacional del PP) va con una gestora y tal, no va a hacer nada, porque es un cagón".
"Si yo supiera que va a haber elecciones, esto no me preocupa. Pero es que a mi lo que me preocupa es que no haya elecciones", constata Granados.