La desarticulación del último arsenal de ETA sirvió para incautar una importante cantidad de armas a la banda, pero también para descubrir la relación que la organización criminal había iniciado con la enésima plataforma de mediadores. Se trata de un recurso habitual de los terroristas en su estrategia de legitimar sus movimientos e internacionalizar sus mensajes, centrados ahora en sacar rédito de su desarme. En este caso, el elegido fue la Liga de Derechos Humanos de Francia (LDH), un colectivo fundado a finales del siglo XIX que además recibe subvenciones del Gobierno francés y la Unión Europea.
En declaraciones a EL ESPAÑOL, el secretario general de la Liga, Jean-François Mignard, asegura que el dinero público que entra en las cuentas de la asociación ronda el 20 por ciento, no obstante, la memoria oficial de la LDH del año 2015 a la que ha tenido acceso este periódico sube esa cifra hasta el 34 por ciento de su financiación. En el pasado ejercicio contaron con un presupuesto de 2.222.684 euros por lo que atendiendo al porcentaje reflejado en ese mismo documento, el dinero aportado por el Gobierno galo fue de 755.712,56 euros.
El presidente de honor de la LDH, Michel Tubiana, era uno de los tres firmantes de la carta que el pasado octubre ofrecía a ETA supervisar la destrucción de una parte de las armas y explosivos que aún le quedan. Sólo el hecho de no encontrarse en la casa de la localidad gala de Louhossoa donde almacenaban el material libro a Tubiana de ser arrestado, según fuentes de la lucha antiterrorista. Por su parte, fuentes diplomáticas francesas declaran a este periódico que “la LDH es una organización independiente del Estado”. “Sus posiciones no nos comprometen y las determina en libertad, amparado por el derecho asociativo”, zanjan.
Asumen los objetivos de ETA
En la carta que Tubiana y otras dos personas mandaron a ETA, se situaban “como intermediarios entre una organización armada” con la que dicen no tener “ninguna ligazón ni subordinación” y un Estado al que quieren “llevar a la reflexión”. En la misiva se defendían además todos los objetivos históricos de la banda tales como una negociación sobre las causas del “conflicto militar” o “la salida definitiva de todos los presos”. En ningún momento usaban la palabra terrorismo.
ETA respondió poniendo condiciones: “que el camino que se elija no deje resquicios para que nadie haga interpretaciones equivocadas, en la línea del malicioso relato de ‘vencedores y vencidos’”. La banda exigía, por tanto un proceso a medida. Uno de los responsables de la lucha antiterrorista que participó en la ‘Operación Seminario’ del pasado viernes consultado por EL ESPAÑOL no ve este diálogo casual ni espontáneo, sino parte de una estrategia pilotada por ETA.
“Contactamos en nombre de la sociedad civil, sindicatos y asociaciones para el proceso de paz en el País Vasco”, argumenta a este diario Jean-François Mignard, quien lamenta que “el Gobierno francés y español no quieren acabar con los terroristas”.
Un 34% de los ingresos
Las subvenciones representan el 34% de los ingresos de esta asociación. “Estas subvenciones del gobierno son una forma de financiar acciones específicas que conducimos (educación, lucha contra el racismo, el laicismo, por ejemplo) y nos dará la oportunidad de desarrollar herramientas de edición, seminarios y conferencias temáticas para poner en marcha campañas promoción, información y comunicación”, relata la memoria del año 2015.
Respecto a las subvenciones que proceden de la Unión Europea, “está condicionado por los proyectos en temas como el racismo, la discriminación, derechos de los romaníes, la protección de los datos personales ... Por eso es muy variable”. Se muestran muy satisfechos en cambio con el dinero que procede de las administraciones locales francesas, que “aumentó ligeramente, lo que refleja el dinamismo de la actividad”. “Este año, el resultado de las estructuras locales es positivo”, celebran.
La ‘operación Seminario’ fue ejecutada por las fuerzas de seguridad francesas con la Guardia Civil española. El operativo estuvo acompañado además por un comunicado oficial del Ministerio del Interior, algo no muy habitual en las operaciones contra ETA. En la nota oficial, el ministro del Interior francés, Bruno LE ROUX, felicitó a la policía y recordaba “la determinación absoluta de Francia para luchar contra el terrorismo en todas sus formas”.
Seguirán implicados
La LHD es una organización fundada a finales del siglo XIX por intelectuales franceses integrada a su vez en la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), creada tras la Primera Guerra Mundial. No obstante, ambos colectivos confirman que no existe entre ellos ninguna relación de jerarquía y que cada federación nacional actúa de forma autónoma.
De hecho, desde la LHD aseguran que no dieron cuenta a la Federación Nacional de sus contactos con ETA. Aseguran que aguardarán a ver cómo se desarrolla el proceso judicial abierto tras el arresto de las cinco personas que custodiaban el arsenal de los terroristas, pero su secretario general ya avanza que el objetivo es seguir implicados junto a la sociedad civil.