La fractura en Podemos Álava se consuma. Los últimos intentos de reconducir la situación han sido infructuosos y los junteros críticos votarán este viernes en contra de los presupuestos de la Diputación para 2017, contraviniendo el criterio de la dirección de Euskadi, partidaria de abstenerse.
Su actuación abrirá la puerta a expedientes disciplinarios que se dirimirán en la Comisión de Garantías y que dada la gravedad de la falta pueden conllevar su expulsión de la organización liderada por Pablo Iglesias. Mientras, el grupo juntero se partirá por la mitad y la división derivará muy probablemente en la creación de un nuevo grupo dentro de las Juntas Generales.
Desde que el lunes de la semana pasada cuatro de los ocho procuradores de la formación morada anunciaron su voto a favor de devolver el proyecto de presupuestos al Gobierno foral, en contra de la postura oficial de Podemos, el frágil pegamento que unía al grupo juntero se ha desintegrado. El enfrentamiento que anida en su seno desde su constitución ha aflorado con la magnitud de una crisis territorial, que afecta de lleno a la dirección de Euskadi, en la que no han faltado los desafíos ni las advertencias, aunque tampoco la aparente predisposición al diálogo entre las partes.
Los diez días transcurridos no han introducido cambios. Las posturas se han mantenido inamovibles. En la reunión del grupo juntero, celebrada este miércoles por la tarde, los críticos han optado por no apartarse de su decisión inicial de rechazar las cuentas forales. Sólo la portavoz y otras dos junteras -la octava está de baja, pero es también del sector crítico- se abstendrán en el pleno del viernes. Su postura está respaldada por el Consejo Ciudadano de Euskadi que lidera Nagua Alba y que exige a los procuradores disidentes que rectifiquen y se abstengan.
Ya antes, esta misma mañana, la votación en comisión de las enmiendas y el resto del articulado del proyecto de presupuestos, mostraba la imposibilidad del acuerdo que evite la ruptura de Podemos. Los dos miembros de Podemos en la Comisión, la portavoz Arantxa Abecia, y el crítico Javier Bizarro, diferían en el sentido del voto y cada uno mantenía la postura del sector con el que está alineado.
FRACASO DE LOS CONTACTOS
La reconducción de la situación se preveía de antemano muy difícil aunque no imposible, pero los contactos se interrumpieron tras una única reunión celebrada el pasado lunes que concluyó sin acuerdo, aunque con la teórica predisposición a seguir dialogando expresada por ambas partes.
La mano tendida de los críticos contrastó, sin embargo, con la distribución en rueda de prensa después del encuentro de un manifiesto de apoyo, suscrito por 32 cargos de la corriente anticapitalista de Podemos. En él se vertían duras acusaciones de imposición contra la dirección autonómica y se exigían “responsabilidades políticas “ al secretario de Organización, Lander Martínez.
Otro dirigente, el secretario de Política de Podemos Euskadi, Eduardo Maura, respondía al día siguiente, en entrevista a Europa Press, que el problema no reside en la falta de “democracia interna” en el seno de la organización, sino en el mal funcionamiento de una parte del grupo juntero, “manifiestamente conflictivo”, que actúa de forma “negligente” y no realiza su “trabajo parlamentario”. Según expuso, la dirección se veía obligada a optar por el criterio de Abecia y sus compañeras, que habían trabajado “duro” en la negociación presupuestaria.
No habrá ningún encuentro más entre las partes enfrentadas. La existencia de la convocatoria de una segunda cita, concertada tras la primera para este miércoles según los críticos, es negada de forma tajante desde la organización de Nagua Alba, que asegura que es falso que estuviera prevista. Cierto o no, el hecho es que la rueda de prensa de los críticos y la exhibición del manifiesto en el que se carga contra el secretario de organización ha acabado por romper todos los puentes.
CONFLICTO HEREDADO
El enfrentamiento en torno a los presupuestos de la Diputación es el último de una larga lista de polémicas y de una situación heredada por la dirección de Nagua Alba de la que anteriormente presidía Roberto Uriarte. Para Podemos Euskadi el conflicto lejos de ser “político” reside en la indisciplina de los críticos, que se niegan a aceptar las normas y los cauces orgánicos del partido.
Los junteros que disienten de la postura oficial reivindican la mayoría de la que disponen dentro del grupo juntero para conformar una decisión y acusan al partido de no consultar a la asamblea de inscritos. En torno a los presupuestos, minimizan las contrapartidas de la abstención conseguidas a través de la aprobación de las enmiendas negociadas por sus compañeras. Aseguran que su importe “no llega al millón” dentro de unos presupuestos de 473, mientras que desde la dirección defienden la importancia de haber conseguido introducir algunas cuestiones sociales y de otra índole en unas cuentas que no podían vetar al contar con el apoyo de EH Bildu.