Dónde llegará es una incógnita hoy por hoy imposible de despejar. Adónde quiere llegar, un secreto que pretende guardar bajo llave. Pero Patxi López ha comenzado a recorrer un camino que, si suma más pasos, desembocará inexorablemente en la presentación de su candidatura a la secretaría general del PSOE.
El diputado por Vizcaya, expresidente del Congreso de los Diputados y exlehendakari lleva semanas manteniendo contactos discretos y evaluando sus posibilidades con un reducido núcleo de personas de confianza que se cuentan con los dedos de una mano.
López nunca ha confirmado, en conversación con este diario, estar en carrera alguna. Sin embargo, fuentes socialistas describen discretos sondeos del diputado que nacen, por una parte, de la confianza en sus propias posibilidades y, por otra, del desasosiego ante la deriva que ha tomado Pedro Sánchez y su incipiente candidatura.
El ex presidente del Congreso formó parte de la Ejecutiva de Sánchez y lo defendió hasta el final. Tanto es así que es uno de los miembros de la dirección que no dimitió para forzar su salida a finales de septiembre, en contra de la mayoría del poder orgánico, que en un aciago Comité Federal acabó cobrándose su cabeza mediante el rechazo de su propuesta de congreso exprés.
Pero al exlehendakari no le gustan los pasos de Sánchez. Ni el aroma de sus actos, ni muchos de los mensajes transmitidos por sus afines en las plataformas creadas ni, sobre todo, el intento de apropiarse por el caudal político que puede hacer confluir el diputado vasco.
Sánchez-López o la desactivación mutua
En ese último extremo es donde está parte de la clave de una posible candidatura formal de López. Desde el entorno de Sánchez se trata de desmontar un posible intento del diputado vasco. El exlíder y su equipo aseguraban hace semanas que López siempre le ha sido leal y que ambos estarían en el mismo barco, estuviese quien estuviese al timón.
Pero en los últimos 10 días, un grupo de militantes, entre los que están algunos diputados y algún alcalde (ningún barón regional o referente destacado), han firmado un manifiesto pidiéndole que dé el paso. El equipo de Sánchez ya da por hecho que se presentará, como publicó este diario el martes. "El capital político de Sánchez no es transferible", zanjaba esta semana uno de sus colaboradores más cercanos. Sánchez cree ahora que López y su entorno más cercano le han traicionado y pretende desactivarlo presentando su propia candidatura, siempre de la mano de la militancia más desencantada con el actual rumbo del PSOE.
Muchos de los líderes territoriales que hasta el 1 de octubre estuvieron con Sánchez ya no lo apoyan claramente. Se limitan a expresar sus críticas a la Gestora del PSOE por retrasar la fecha del congreso con la complicidad de Susana Díaz, la principal favorita en la carrera. En ese sentido, gran parte de los que antes se enmarcaban en el llamado sanchismo sólo pueden ser situados en la convicción de que el proyecto que pretende encarnar Díaz no es la solución. Y eso abre un gran caladero para un posible rival de Sánchez como López, que defendió con pasión ("mitinera", según testigos) el "no" a Mariano Rajoy en el último Comité Federal que acabó decidiendo la abstención.
Sánchez comienza a dejar claro que no apoyará a López. Mientras, el expresidente de la cámara baja y su entorno comienza a trasladar lo contrario: las segundas partes nunca fueron buenas y el ex secretario general no puede ser la solución. Ambos pueden acabar disputándose un mismo espacio con la esperanza de que el contrario desista primero.
La mano de póker 'patxista'
El sigilo está primando en los movimientos de López. Ser claro demasiado pronto puede enturbiarlo todo. El diputado multiplica sus contactos con la prensa, sobre todo en amenos encuentros en el Congreso de los Diputados, donde muestra un perfil dialogante, equilibrado entre Díaz y Sánchez y siempre acompañado de una cara de póker cuando se le pregunta por sus opciones.
A la prensa, concretamente a El País, también ha acudido para hacer dos reflexiones: una sobre el partido, que fue vista como una postulación hasta por el propio diario, y otra sobre el modelo territorial, publicada este jueves, uno de los retos clave para el PSOE. Es en este último aspecto donde López puede tener un discurso más sólido que el de Díaz, a quien muchos ven en el partido como una líder demasiado centralista que no gustaría en las nacionalidades históricas y el norte de España.
Pero además del propio exlehendakari, en su núcleo duro se encuentran otras cuatro personas. Para empezar, la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, que hace unas semanas participó en una reunión de cercanos a Sánchez donde por primera vez se habló claramente de los inconvenientes de un segundo mandato.
Rodolfo Ares, exconsejero de Interior del Gobierno vasco con López como lehendakari, es otro de sus apoyos. Varias fuentes confirman que el exnúmero dos de Sánchez, César Luena, líder socialista riojano, forma parte de los movimientos, así como Óscar López, otro colaborador de Sánchez hasta el final, que ve con buenos ojos al diputado vasco.
El que no está en la operación, según las fuentes consultadas por este diario, es Alfredo Pérez Rubalcaba, que en 2014 sí lo veía como una buena opción para sucederle. Tampoco está vinculado el diputado vasco Eduardo Madina.
Ese equipo embrionario cree que puede gozar de las simpatías en varias federaciones, comenzando por Baleares, donde gobierna la única presidenta que no ha apoyado a Díaz, Francina Armengol. Pero también podría lograr respaldo relevante en Castilla y León, en parte de Madrid (hay quien mira a Manuel Robles, presidente del partido, como posible aliado, así como a sectores cercanos a Rafael Simancas), Navarra, Murcia y Galicia. Aún no se sabe si los militantes del PSC podrán votar, ya que la revisión de las relaciones con el PSOE podría dejarlos fuera del próximo congreso, pero tanto López como Sánchez tendrían más simpatías que Díaz.
La cultura de partido... o del pacto
López encuentra complicidades entre los partidarios del "ni Su[sana] ni Sa[nchez]", pero a sus defensores les parece un candidato más creíble que el exsecretario general por lo que a menudo se llama cultura de partido.
"Patxi es un hombre razonable, que pone el partido por encima de sus ambiciones personales. Y que está horrorizado por los frikis que están saliendo a defender a Pedro y la fractura que se le está haciendo al partido. Nunca va a querer embarcarse en el camino a ninguna parte que es Pedro, porque además es imposible que gane, pero sí puede servir para una confrontación serena y fructífera con Susana. Lo que está claro es que si los candidatos son Susana y Patxi, después de ese congreso puede haber unidad", explica un referente del partido.
Tanta unidad puede haber que algunos de sus detractores creen que los movimientos de López están únicamente encaminados a intentar que Sánchez no se presente para después correr a pactar con Díaz. "No se puede presentar contra el socialismo andaluz y él lo sabe. En su carácter no cabe la confrontación y el enfrentamiento que se generaría en un duelo con Susana", explica un diputado muy escéptico con López.
"Lo que podría estar haciendo de manera inteligente es ganar cuota de poder para negociar con Susana", explican. Otro de sus problemas es el escaso peso del socialismo vasco, relegado a una fuerza casi testimonial aunque complete la mayoría del PNV y conforme con los nacionalistas el Gobierno vasco que López presidió gracias al apoyo del PP.
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