Hay quien habla de coser el partido y quien del protagonismo de la militancia, pero en la guerra por el liderazgo del PSOE lo que importa es contar los apoyos suficientes y dividir los del contrario. Con ese objetivo hay dos campañas en paralelo pendientes de una tercera.
Por una parte, Pedro Sánchez comenzó el sábado una serie de visitas a agrupaciones para tratar de capitalizar el enfado de la militancia con la investidura de Mariano Rajoy y algunos de los principales dirigentes del partido. Por otra, Susana Díaz ha intensificado su presencia en medios de comunicación, prepara un gran mitin en diciembre en Jaén y este miércoles exhibe perfil europeísta y de Estado como peso pesado del PSOE en Bruselas, donde se reunirá con tres comisarios y el presidente de la Eurocámara.
Los dos están pendientes de un tercer candidato, la llamada tercera vía que podría inclinar la balanza entre ambos o incluso superarlos. A pesar de múltiples especulaciones, sólo un nombre suena realmente con fuerza dentro del partido: el exlehendakari y expresidente del Congreso Patxi López. Es pronto, porque hasta enero no se pondrá fecha a un congreso que podría celebrarse en primavera, pero tanto Díaz como Sánchez creen que López no jugará en su contra y que, por lo tanto, podrá formar parte de su estrategia.
López guarda silencio. Está de acuerdo en algunos aspectos con Díaz y en otros con Sánchez. Para la mayoría, se mantiene a la expectativa.
Las virtudes de López
¿Por qué es importante el diputado por Vizcaya? Diversas fuentes en el partido le reconocen muchas virtudes, como la cultura de partido; es decir, lealtad a sus órganos y a la tradición frente a un Sánchez al que muchos han visto como demasiado personalista. Pero también carisma, capacidad de llegar a acuerdos y trayectoria. En el PSOE se recuerda a menudo que con él como lehendakari ETA anunció su alto el fuego definitivo.
Además, tiene buena imagen entre la militancia, a la que se encargó de transmitir que él defendía el "no" a Mariano Rajoy. Además, es diputado, por lo que podría hacerse cargo del grupo y ser la cara visible aunque el líder no tenga asiento en la cámara baja. Sus sombras son el agujero de votos del PSE desde que fue lehendakari y que para algunos ya tiene más pasado que futuro en el partido.
Sánchez confía en su lealtad
El entorno de Sánchez asegura que López siempre ha sido leal al ex secretario general y que no tienen motivos para pensar que vaya a virar. López, que perteneció a la Ejecutiva de Sánchez, no dimitió junto a los 17 críticos que con su gesto escribieron el prólogo del fin del mandato. Defendió el "no" incluso cuando la mayoría del Comité Federal aprobó la abstención (con un tono "mitinero", según algunos presentes en la reunión).
El entorno de Sánchez cree que Patxi López será parte de su proyecto para "recuperar el PSOE", ahora en manos de la Gestora y bajo el influjo de Díaz. El uno estará donde esté el otro, dicen. La negativa de Sánchez a anunciar aún que optará definitivamente a la secretaría general deja la duda de si, llegado el momento, el exlíder podría aceptar que López sea la cabeza de cartel si con eso asegura un mayor apoyo de dirigentes y militantes.
Sin embargo, en los últimos días Idoia Mendia ha relajado sus exigencias de un congreso cuanto antes, como reclama Sánchez. En ello ven algunas fuentes un viraje de la secretaria general de los socialistas vascos que podría anticipar el fin del apoyo del PSE a Sánchez, algo que influiría en las deliberaciones de López.
Díaz confía en coser a López
El equipo de Díaz ve a López como un socialista responsable que "cuando llegue la hora, no entrará en la estrategia de alguien que ya es el pasado", según una fuente cercana a la presidenta andaluza. "Sánchez está muerto y no lo sabe. Su gira es humo y no lleva a ninguna parte. Y Patxi no es tonto y no le bailará el agua", explican. Según el entorno de Díaz, cuando ella decida dar el paso, sus apoyos y la fortaleza de su candidatura será tan deslumbrante que López querrá estar en el equipo ganador.
Otras fuentes explican que, por carácter, López es averso al riesgo y que evitará una lucha frontal, ya no contra Díaz en sí sino contra el socialismo andaluz, capital por su abultado número de militantes.
"Patxi lo que está es dejándose querer, viendo cuánto es capaz de arrastrar y esperando el momento. Cuando llegue, utilizará esos apoyos para negociar un buen pacto que le asegure un buen lugar en el nuevo orden", explica un diputado. Para él, el tándem Díaz-López tiene muchas virtudes: una secretaria general fuerte y un socialista vasco que dulcifique la imagen de centralismo de Díaz y le permita sumar apoyos en el norte de España, donde Podemos ha superado en votos al PSOE en las tres nacionalidades históricas, en la Comunidad Valenciana y en Baleares. Teniendo en cuenta que ni Sánchez ni Díaz tienen escaño en el Congreso (donde de veras se visualiza la oposición a Rajoy) López podría ocupar ese puesto hasta las elecciones.
Él, de momento, prefiere mantenerse al margen, quizás consciente de que el que se mueve, no sale en la foto y se convierte en un blanco contra el que tirar.
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