La reunión con las víctimas del Yak-42 suponía para María Dolores de Cospedal un reto ante sus aspiraciones políticas más inminentes: como titular de Defensa, debía dar la cara tras el dictamen del Consejo de Estado que cuestiona la gestión de la tragedia que han llevado a cabo Federico Trillo y los posteriores ministros de la cartera; como secretaria general del PP, y ante la inminencia del congreso en el que aspira a renovar su cargo, no debía asumir una postura que minase su popularidad dentro del partido. Ambos empeños se mantuvieron intactos tras una reunión que, según el Ministerio, transcurrió en un "clima de cordialidad y franqueza".
Para ello, María Dolores de Cospedal cambió la postura que el PP ha mantenido desde que, en mayo de 2003, el avión ruso se estrellase en las inmediaciones de Trebisonda (Turquía), en un accidente en el que fallecieron 62 militares españoles y toda su tripulación -13 personas-. "Esta reunión supone un cambio de criterio", admitió Miguel Sencianes, presidente de la Asociación de Víctimas del Yak-42, tras el encuentro con Cospedal.
La actual ministra de Defensa prometió a los familiares de los fallecidos que buscará los contratos de aquel vuelo y de otros 42 previos de características similares. También que investigará el pago de una póliza que, según sostienen las víctimas, nunca llegó a concretarse. La documentación serviría para reabrir la causa en dependencias judiciales después de que la Audiencia Nacional archivase el caso en 2012.
"No queremos consecuencias políticas, lo que queremos es el reconocimiento de que las cosas se hicieron mal y saber en qué punto se cometieron los errores", señalaron los familiares de los fallecidos tras una reunión en la que Cospedal afirmó que "aquel avión nunca debió partir".
La secretaría general del PP
Mariano Rajoy trató de equilibrar los poderes entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal al formar el actual Ejecutivo. La primera sumaba administraciones territoriales a la vicepresidencia del Gobierno y al ministerio de Presidencia. La segunda mantenía la secretaría general del PP y entraba al gabinete como ministra de Defensa, un cargo de relevancia institucional pero sin peso político.
Pero no faltan las voces en el seno de la formación popular que ponen en duda que Cospedal pueda compatibilizar ambos cargos. El Congreso que el partido celebrará en el fin de semana del 10 al 12 de febrero dirimirá si la ministra de Defensa continúa también en su cargo dentro del partido.
En esta lucha interna, quedaba por ver la postura que Cospedal asumiría ante la crisis del Yak. Su ruptura con la postura del PP ante la tragedia fracturó aún más sus relaciones con algunos miembros de la vieja guardia popular, pero salvó su primera bola de partido para mantener la secretaría general del partido. La siguiente tendrá lugar en el Congreso de los Diputados, donde expondrá ante la oposición -en un formato y fechas todavía desconocidos- la postura del Ministerio ante el dictamen.
El futuro de Trillo
El informe del Consejo de Estado pone en entredicho el papel de Federico Trillo tras en la tragedia en el mismo momento en el que el ex ministro de Defensa cesará como embajador español en Londres.
El futuro de Trillo podría estar en el mismo Consejo de Estado, donde tiene su plaza ganada por oposición y a la que ha pedido regresar.
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