Un "despacho grandilocuente" en tiempos de austeridad. Así describe el PSOE el tercer despacho que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha abierto en el paseo de la Castellana de Madrid para atender a sus nuevas funciones como ministra para las Administraciones Territoriales.
La apertura y habilitación de ese despacho, revelada en exclusiva por EL ESPAÑOL, viene unida al traslado de unos 200 funcionarios, algo que costará unos 200.000 euros. La estancia es de 73 metros cuadrados y fue utilizada por el almirante Luis Carrero Blanco durante los 32 años en los que trabajó para Francisco Franco, desde que fue subdirector a presidente del Gobierno durante la dictadura. Está situado en la sede de la antigua secretaría de Estado de Administraciones Públicas, un área ahora bajo el mando de Santamaría como ministra a cargo de esa área, prioritaria para Mariano Rajoy.
"En este mismo Palacio, Cristóbal Montoro también ha tenido un despacho mucho más pequeño a su disposición, pero la vicepresidenta se ha decantado por la sala de la planta baja, espacio más amplio y glamuroso", dice el escrito que acompaña a tres preguntas para Santamaría, presentado por la diputada María Jesús Serrano, portavoz socialista en la comisión de Hacienda y Administración Pública y también miembro de la Gestora, la dirección interina del partido.
"¿No ha considerado la vicepresidenta del Gobierno prescindir de estos gastos suntuarios y realizar una propuesta más práctica y austera para las arcas públicas en una época de recortes y escasez de recursos públicos suficientes?", pregunta la parlamentaria.
El escrito también explica que en los últimos días se ha acondicionado la dependencia, con "la retirada de cortinas, estanterías, sillones, mesas, lámparas y alfombras", por lo que el PSOE quiere saber "a cuánto se eleva el presupuesto" de acondicionamiento no solo del tercer despacho de Santamaría sino del de su jefa de Gabinete, María Pico, y personal de confianza.
Santamaría, con despacho en Moncloa en tanto que vicepresidenta, anunció hace unas semanas que iba a abrir uno en Barcelona para fortalecer la relación de Cataluña con el Estado. "Un sitio donde cargar el móvil", explicó en referencia a la estancia catalana, que dista mucho, por historia y majestuosidad, de su tercer despacho que ha causado extrañeza y preocupación en las filas socialistas.
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