Quizás se trata del debate interno de Podemos que más ha dividido y divide a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. La confluencia con Izquierda Unida es un viejo caballo de batalla. Las posiciones del secretario general y el secretario político siempre han sido distantes en este asunto. Pero están cobrando especial relevancia en las últimas horas, a menos de un mes de la decisiva Asamblea Ciudadana, conocida como Vistalegre 2. Justo cuando el tiempo de las negociaciones entre las diferentes corrientes para evitar un choque fratricida en el cónclave.
No es ningún secreto que de todas las diferencias entre errejonistas y pablistas, esta es la que más aleja a ambos bloques. Sobre el papel, Iglesias y Errejón defienden lo mismo: Podemos debe confluir con otros partidos pero mantener su autonomía e independencia y no fusionarse con Izquierda Unida. Sin embargo, en los matices están las diferencias entre ambos. Mientras el secretario general celebra un acto con Alberto Garzón, el secretario político hace hincapié en la autonomía del partido de los círculos. Uno se acerca y otro se aleja de IU. Al igual que uno quería a toda costa la alianza electoral para el 26-J y el otro se oponía con fiereza.
"Construir un bloque histórico"
Iglesias insiste desde hace tiempo en la necesidad de "construir un bloque histórico" mediante el estrechamiento de los lazos con IU y con otras formaciones como Equo, En Comú o En Marea. O sea, reforzar y aumentar el espacio político que conforma Unidos Podemos. Nunca ha dicho que quiera una fusión, pero tampoco ha descartado a toda costa esa posibilidad para el futuro.
Durante el mencionado acto con Garzón en la Complutense, Iglesias insistía en que el "cambio político" solo es posible mediante la unidad con otras formaciones que "pueda devenir en bloque histórico". Porque "solos no Podemos" y "necesitamos a En Marea, a En Comú Podem, a IU y a otros sectores de la sociedad civil". "Si no, ni somos útiles ni servimos para lo que tenemos que servir", remachaba, en un claro aviso a navegantes de sus intenciones para el futuro. "Ningún color, bandera o identidad" debe estar por encima de "esa necesidad de transformación", según Iglesias.
"Ir mucho más allá"
El propio viernes el número dos de Podemos dejaba clara que su postura es otra. Apuesta por confluir, sí, pero hace hincapié en la independencia del partido y, como ha hecho siempre, entra a negar tajantemente cualquier tipo de unión orgánica con IU. "Creemos que el espacio del cambio político se comparte con muchos otros, pero Podemos tiene que seguir siendo una organización con tareas específicas, independiente y autónoma", decía Errejón, según recogió Efe.
Para él, Podemos "no tiene que fusionarse con ninguna organización, tiene que mantenerse como una organización autónoma", porque aunque trabaja por un "espacio de cambio" en el que "cabe" la izquierda tradicional, tiene que ir "mucho más allá". Incluso, hablaba de que existen tareas "específicamente moradas" de las que sólo puede ocuparse Podemos como "locomotora" de ese cambio político, independientemente de que pueda concurrir a las elecciones con otros partidos. Unas tesis, en definitiva, que siempre ha defendido Errejón y que están presentes en los documentos de la corriente "Recuperar la ilusión" que él mismo lidera de cara a Vistalegre 2.
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