De todos los debates que tendrán lugar en el congreso de Ciudadanos, hay dos en particular que generan más tensión entre la militancia. Uno es la renuncia a la socialdemocracia. El segundo, que ha pasado más desapercibido, es su posición en contra del nacionalismo.
Ciudadanos ultima su IV Asamblea General, la más importante desde su nacimiento en 2006. La formación naranja ha estrenado imagen, Albert Rivera ha renovado mandato con nuevo equipo y el congreso debatirá este fin de semana las ponencias de Estatutos, Valores y Estrategia e Ideario.
El Ideario todavía vigente dice que Ciudadanos nace en Cataluña para "hacer frente al ahogo que suponen las políticas nacionalistas identitarias que pretenden homogeneizar culturalmente una sociedad plural y diversa". En las ponencias respaldadas por la dirección, este Ideario original se divide en dos partes: un manifiesto de Valores generales y un segundo documento más extenso y pormenorizado de Ideario y Estrategia.
La ponencia estratégica menciona que Ciudadanos se ha erigido desde sus orígenes como "la alternativa al nacionalismo en Cataluña situando al ciudadano, y no a los territorios o al sentimiento identitario, en el centro de la política y defendiendo sin complejos la unión, la libertad, la igualdad y la convivencia de todos los catalanes".
El discurso antinacionalista
Pero en los Valores, que es la carta de presentación con las señas de identidad del partido, no se hace mención alguna a su origen: "Ciudadanos es un partido político que se enmarca en la tradición constitucional nacida con la Ilustración, la Constitución norteamericana y la Revolución Francesa. Nuestro carácter ilustrado bebe directamente del liberalismo español que estableció en las Cortes de Cádiz el concepto de Nación como la reunión del conjunto de los españoles, así como su carácter soberano".
Hay un sector de la militancia naranja, sobre todo en Cataluña pero también en otras partes de España, que se afilió a Ciudadanos por el discurso netamente antinacionalista que Rivera llevó al Parlament de Cataluña. Estos afiliados no quieren perder esas raíces en los Valores.
El rifirrafe está siendo hasta el momento de guante blanco, sin salirse de los cauces internos y sin cruces públicos de declaraciones en los medios. Los militantes catalanes que introdujeron una enmienda a la totalidad para recuperar tanto la definición antinacionalista como la de la socialdemocracia presentaron una lista propia de candidatos a compromisarios. Entre ellos está Jordi Cañas, mano derecha de Rivera en Cataluña durante muchos años. Este grupo ganó el proceso de primarias en Cataluña. Lograron 27 delegados por los 26 compromisarios de la candidatura oficial.
Desde uno y otro lado se evita hablar de división. La dirección cree que el Ciudadanos de 2017 es un partido nacional con vocación de gobierno en un contexto político muy diferente al del nacimiento de la organización en 2006. Desde la otra parte, piden no desprenderse de un ADN sin el que es imposible entender la historia del partido y lo que quiere para España.
Negociar un acuerdo
En su primera rueda de prensa como portavoz nacional de Ciudadanos, Inés Arrimadas habló de "sana democracia interna". "Es normal que se presenten enmiendas para debatirlas y aprobarlas", dijo. "Si no hubiera enmiendas, no se haría el congreso".
Los 600 compromisarios de Ciudadanos se dividirán en tres grupos para estudiar las enmiendas a cada una de las ponencias. El debate promete intensidad. La voluntad de las partes es negociar un acuerdo. Rivera tiene asegurado el control del congreso. Los compromisarios de su lista representan más del 70% de la Asamblea. Pero no se descarta que el origen catalán se recoja en algún tipo de preámbulo.
El acuerdo se prevé más difícil en la socialdemocracia. La misma enmienda recupera la vieja redacción del Ideario que define a Ciudadanos como un partido que se nutre del liberalismo progresista y el socialismo democrático. La nueva ponencia elimina el apellido socialdemócrata.
El diputado Fernando Maura escribía este lunes en EL ESPAÑOL que es una evolución lógica. Pero un sector de la militancia mantiene que el centro izquierda sigue huérfano de partidos liberados de connivencias con el nacionalismo. Aseguran que Ciudadanos no puede renunciar ese espacio para seguir ensanchando su base.
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