La metáfora de la escalera, los peldaños naranjas. Albert Rivera ha insistido en bautizar Coslada, su primer congreso más allá de Cataluña, como el primer escalón, la ladera de la montaña que lleva un cartel en su cima: elecciones en 2019.
Ciudadanos "ya se ha definido", presumen en la ejecutiva. La campaña electoral y la guerra de titulares no les "obligará" a pelear continuamente por despejar los balones que pretenden arrinconarles a veces en la derecha, a veces en la izquierda. "Somos liberales progresistas". Han tumbado a los socialdemócratas.
"No estamos a la gresca"
Con esa estabilidad, "hemos salido unidos", Rivera aprovechó su mitin central para anunciar el pistoletazo de salida de una campaña que será larga. Empieza en febrero de 2017 y acabará en 2019, con las próximas europeas, autonómicas y municipales -quizá generales si se da un adelanto-. "Llegaremos preparados para gobernar Ayuntamientos, Comunidades y también España".
Para ello, un ingrediente clave: la calle. "Me patearé hasta el último pueblo", prometió Rivera. "Nosotros no estamos a la gresca", dijo el presidente de Ciudadanos. Y eso le permitirá "conciliar" carretera y manta con sus labores parlamentarias. "Lógicamente no descuidaré mis labores en el Congreso", anticipó.
El eje calle-instituciones
Unas palabras que sonaron familiares, que incluso podrían parecer peligrosas teniendo en cuenta el precedente de Podemos. El eje calle-instituciones es una de las brechas por las que se desangra la formación de los círculos. Pablistas y anticapitalistas apuestan por una vuelta contundente a las manifestaciones y los errejonistas piden compaginar.
Consciente de su liderazgo hasta ahora casi unipersonal, Rivera hizo varios guiños a su "equipo". Una palabra que repitió en varias ocasiones, siempre girándose hacia atrás, donde su ejecutiva escuchaba sentada.
Los territorios 'inexplorados'
A ritmo africano, a golpe de bombo, iban apareciendo en la pantalla rostros hasta ahora desconocidos, pero que están ganando cada vez más peso institucional y presencia orgánica. Un segundo para cada uno, pero igual que Rivera. Los abrazos, los aplausos y la piña que procuró Ciudadanos a lo largo del día tenía algo de equipo de fútbol. Los vídeos de la clausura estaban inspirados en la campaña del primer ministro liberal canadiense, Justin Trudeau.
La formación naranja, consciente de su falta de arraigo todavía en varias Comunidades -en Navarra, Canarias, País Vasco, Galicia y Castilla-La Mancha Ciudadanos no tiene representación en los parlamentos autonómicos-, desplazará a su líder para colocarlo al lado de los barones que no han explotado.
Cádiz, el origen del proyecto
Para dotar de raíces reconocibles a su envite, Rivera miró hasta San Fernando y la Pepa de 1812, la Constitución liberal. "Los liberales de Cádiz han vuelto para gobernar".
El candidato de Ciudadanos habló de una flor que puede volver a germinar en España. También profesó su "admiración" a ese "grupo de valientes" que luchó contra "la España negra"
¿El centro en España?
Los de Rivera lograron que Guy Verhofstadt, líder del grupo parlamentario liberal ALDE en Bruselas, acudiera al congreso a celebrar la refundación ideológica del partido.
Con una contundencia que no podían enarbolar Rivera y los suyos por la "lealtad" prometida a los socialdemócratas vencidos, el político belga reiteró: "Libre mercado, y no intervencionismo. Necesitamos un movimiento liberal que contraataque contra el nacionalismo y el populismo".
En este punto, Rivera miró a Suárez, González y Aznar, "los tres grandes proyectos que gobernaron España". "Su éxito residió en aglutinar a la mayoría, tuvieron que girar hacia el centro. Nosotros no tendremos que movernos porque ya estamos ahí".
Coslada, un hueco en el álbum
Este también es uno de los retos para 2019, demostrar que el centro es un espacio tan amplio como para cosechar un número de escaños suficiente que avale la entrada en la Moncloa.
Coslada, a 15 kilómetros de Madrid, ya es un símbolo en Ciudadanos. El primer congreso lejos de Cataluña -el anterior fue en Hospitalet-, la consolidación definitiva del partido como proyecto nacional.