"Quien gane en Vistalegre 2, se quedará con el control de Podemos". "El que pierda, tiene que pasar a segunda línea o marcharse". "Digan lo que digan, el partido está roto en dos". "Solo puede quedar uno". Estas frases son las que estos días pronuncian entre bastidores algunos dirigentes de Podemos. Aunque todos hablen de caminar juntos tras el cónclave y aunque haya una tercera corriente, la de Anticapitalistas, que puede resultar decisiva en el futuro, es innegable que la segunda Asamblea Ciudadana de Podemos se ha planteado, dentro y fuera del partido, como un combate entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, dos viejos amigos cuyos lazos personales, no solo los políticos, están hechos añicos. Hay dudas sobre quién ganará. Lo único seguro es que no habrá tándem entre ellos después del cónclave.
El propio Iglesias remarcaba este viernes, a 24 horas del congreso de Podemos, que su formación "no puede ser una cosa de dos, no puede ser cosa de un tándem, tiene que ser una orquesta con más voces". "Lo que desean los inscritos es que Podemos sea mucho más coral", insistía. Una respuesta contundente a uno de los ejes de campaña de Errejón: la defensa de su "tándem" -cartel incluido- con Iglesias. Además, el líder del partido de los círculos volvía a dejar en el aire que su número dos vaya a continuar como portavoz parlamentario.
El último asalto
Los golpes bajos
¿Habrá KO o sorpresa a los puntos?
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