"Quizás en el PP no están acostumbrados a tener una oposición de verdad, pero que se vayan acostumbrando". Con esta frase que más parece un aviso para navegantes resumía Pablo Iglesias la bronca que él y otros diputados de Podemos mantuvieron con la bancada popular este miércoles en el pleno del Congreso de los Diputados. Un encontronazo que es solo un botón de muestra en las formas y el fondo del nuevo discurso del partido morado.
En el reciente combate de Vistalegre 2 uno de los asuntos estratégicos en discusión era cómo debe comportarse Podemos en las instituciones. Iglesias y sus afines defendían (y defienden) una mezcla entre el trabajo institucional y las protestas en las calles, pero en ambos casos sin remilgos a la hora de "decir la verdad" aunque suene hosca. Íñigo Errejón y su corriente apostaban, en cambio, por centrar los esfuerzos en las instituciones "para que los ciudadanos perciban que Podemos pude gobernar" usando unos modos más templados.
Endurecer el discurso en fondo y forma
Las bases de Podemos dictaron una sentencia tan firme como inapelable. Iglesias y los suyos van a radicalizar -en el sentido no peyorativo del término, según ellos- sus maneras dentro y fuera del Congreso de los Diputados. Se trata, como ya contó este diario, de endurecer el discurso tanto en el fondo como en las formas. Este miércoles se ha vivido el citado momento de tensión que evidencia por dónde van a ir los tiros a partir de ahora.
No es casualidad, ni mucho menos, que tanto Pablo Iglesias como su jefa de Gabinete y más que probable nueva portavoz en la Cámara, Irene Montero, coincidieran al señalar que lo único que habían hecho era decir "la verdad". Así, Iglesias se refería a "la oposición de verdad" que le espera al Gobierno y Montero afirmaba que "al Partido Popular le molesta que haya un grupo de oposición en el Parlamento que les diga las cosas claras". Mensajes similares que muestran los derroteros que va a tomar Podemos.
Otro ejemplo del nuevo estilo de Podemos en el Parlamento ocurría este miércoles al final de la jornada. Se trata de un un doble encontronazo de Iglesias con la presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, Celia Villalobos. Sin esconder su tensión, ambos discutían ante los periodistas durante casi dos minutos hasta que los informadores se disolvía para recabar declaraciones al gobernador del Banco de España.
Para la nueva estrategia de Podemos en el Congreso resultarán decisivas las "nuevas caras" que se ocupen de la portavocía. El próximo sábado se reúne el Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano entre asambleas, para decidir tanto la composición del Consejo de Coordinación (la ejecutiva) como los nombres de los portavoces parlamentarios.
Cambios inminentes
A este respecto, lo más probable es que Montero sustituya a un Errejón que tendría difícil defender una línea política que no es la suya. Sin embargo, el hasta ahora portavoz parlamentario ya ha dejado clara su voluntad de seguir en el cargo porque "no es momento de dar un paso atrás". Desde un punto de vista táctico, lo que pretende Errejón es comprobar si Iglesias y los suyos le laminan junto a sus afines. Si eso ocurre, tocará mover ficha.
Por ahora, él ha pedido un 40% de la ejecutiva. Algo que no parece que Iglesias vaya a concederle. De hecho, este miércoles volvía la tensión entre ambos porque el secretario general de Podemos pedía "no condicionar con declaraciones en los medios los debates" que se tienen que dar en el Consejo Ciudadano. Un mensaje directo para el portavoz que parece tener sus horas contadas.
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