El exconfidente policial Rafa Zouhier fue expulsado de España en marzo de 2014, tras cumplir los diez años de condena a los que fue sentenciado por los atentados del 11M. Sin embargo, los agentes de la Guardia Civil le buscaron varios meses después en suelo español, ante la sospecha de que el marroquí tenía previsto burlar la prohibición de pisar el país para asistir a una macrofiesta en Ibiza. Junto a él estaría Mourad Bhar, detenido en 2005 en la llamada Operación Astra acusado de dar cobertura a la célula del 11M.
El dispositivo de búsqueda se organizó el 4 de octubre de 2014, seis meses después de que Zouhier abandonara la prisión gaditana de Puerto I y fuera expulsado esa misma madrugada en un avión con destino a Tánger (Marruecos). Ese día, la discoteca Usuahia de Ibiza preparaba su gran fiesta de fin de temporada, uno de los eventos más reconocidos y multitudinarios de la isla. Fue allí donde los agentes de Información esperaban encontrar al hombre que puso en contacto al cabecilla de la célula del 11M, Jamal Ahmidan (conocido como El Chino), y al minero José Emilio Suárez Trashorras, encargado de aportar el explosivo para los atentados.
La información obtenida por el Instituto Armado alertó sobre el encuentro que varios conocidos aluniceros iban a tener en aquella discoteca, coincidiendo con la gran fiesta que se organiza cada año para cerrar la temporada. El soplo colocaba en ese encuentro a Zouhier y a otro de los presuntamente vinculados con los atentados, llamado Mourad Bhar, conocido como Ismael y que fue detenido en 2005 en la llamada Operación Astra contra la red de cobertura de los terroristas. Mourad compartió la prisión de Soto del Real con Zouhier y con varios de los aluniceros que pensaban encontrarse aquella noche en Ibiza.
Un plano de la fiesta
Los agentes montaron un dispositivo para localizar a Zouhier, pero el marroquí nunca apareció. Fuentes vinculadas a Zouhier aseguran que nunca ha tenido intención de volver a España ("un país que le ha tratado muy mal", mantienen). Y que eso se extiende también a aquella noche en Ibiza, de cuya reunión no tenía el mas mínimo conocimiento.
Para controlar la discoteca, con un aforo total de 4.500 personas, la Guardia Civil colocó en los accesos a varios agentes de paisano e incluso contaba con un plano del local, con una marca en la mesa donde los aluniceros investigados se habían sentado en otras ocasiones. Durante la noche, el círculo de vigilancia identificó a varias personas de origen marroquí, pero no a Zouhier. Tampoco apareció su nombre en ningún vuelo con destino a la isla es los días anteriores, por lo que los agentes descartaron finalmente que se produjera el encuentro.