Los activistas a los que ETA ha encargado la gestión de su desarme llevan varios días agitando la idea de que, en caso de no llevarse a cabo una entrega ordenada como la que proponen, las armas de la organización terrorista podrían caer en manos de elementos descontrolados contrarios al cese de los atentados. Esta idea la ha vuelto a remarcar este sábado en Biarritz (Francia) uno de estos mediadores, Michel Berhocoirigoin, al decir que "hacer el desarme con la lógica vencedores y perdedores, con la lógica de la Policía, es la peor de las formas y la mejor condición para la frustración y para preparar las condiciones para que en el mañana aparezcan otros ciclos de violencia".
“El desarme tiene que ser total, verificado y sin contrapartida, pero con condiciones técnicas para poder verificar que no se van a utilizar (las armas) para otras cosas que todos se pueden imaginar”, ha insistido. Este mismo argumento fue empleado por otro de los activistas llamado Txetxe Etcheverry, la persona que se ha convertido esta semana en improvisado portavoz de ETA al dar a conocer que la banda se ha comprometido con ellos a un desarme total antes del 8 de abril.
En una entrevista concedida al diario Gara, Etcheverry también avisaba en el mismo sentido que su compañero: "Lo hemos visto en la historia de todos los conflictos del mundo: cuando alguno termina de esta manera, en un escenario de humillación, se deja un germen de revancha que puede llegar a generar otro conflicto incluso peor que el precedente". Etcheverry, con un pasado ligado al entorno de ETA y con cinco detenciones en su ficha policial, ha agitado esta hipótesis en las últimas horas, también desde las páginas del diario galo Le Monde: "No queremos que puedan servir (las armas) al Estado español o a cualquier milicia que niega cualquier escenario de desarme organizado por la sociedad civil".
Rebrote de la kale borroka
Estas declaraciones se dan además en un momento en el que se ha producido un rebrote de la kale borroka, que ha devuelto a las calles escenas propias de los años noventa como las que tuvieron lugar el pasado fin de semana en Pamplona. Se trata de elementos descontrolados contrarios a la estrategia oficial de los herederos de la histórica Batasuna, especialmente en materia de presos. No obstante, fuentes de la izquierda abertzale enmarcan a este periódico esos incidentes en movimientos de la universidad y asociaciones de extrema izquierda y no tanto en sectores descontentos de su entorno.
El pasado diciembre, los dos activistas a los que sus afines han aplicado el apelativo de "artesanos de la paz" fueron arrestados cuando pretendían, de acuerdo con ETA, destruir una parte del arsenal de los terroristas para después enviarle un vídeo al Gobierno de Francia. Las autoridades galas y la Guardia Civil llegaron antes y desbarataron su plan. Este sábado, tanto Etcheverry como Berhocoirigoin estuvieron presentes en un seminario sobre resolución de conflictos celebrado en el Auditorio Bellevue de Biarritz al que también asistió el líder abertzale Arnaldo Otegi junto al dirigente de Sortu Rufino Etxeberria o exmiembros de ETA como Elena Beloki y Julen Madariaga.
Tienen "prisa"
Buena parte del acto giró en mandar a Francia envites para que apoye y participe en este anunciado proceso de desarme del que hasta el momento tan sólo ha trascendido la fecha límite que se han marcado los terroristas. Sus promotores no han querido ofrecer detalles sobre el calendario o el modo de entrega que los terroristas han acordado con ellos. Sin embargo, los mensajes destinados al país galo han sido una constante. Tanto que el objetivo que se marcan los mediadores es lograr resultados antes de las elecciones presidenciales galas del 23 de abril. Por ello el propio Michel Berhocoirigoin ha reconocido que tienen “prisa”.
Ha recordado que la Declaración de Aiete, pista de aterrizaje para que tres días después ETA decretase el cese definitivo de la violencia, fue en octubre de 2011, “al principio del mandato de François Hollande”. “Hemos perdido cinco años, hay que cerrar este caso antes de las elecciones de Francia, no sabemos lo que van a decir las urnas”, ha argumentado. Desde el entorno de los mediadores no se oculta que en los últimos meses se han realizado contactos con el Gobierno galo, si bien admiten que por el momento la respuesta no ha sido la esperada. Fuentes diplomáticas francesas consultadas por este periódico confirman esa postura del Ejecutivo galo, en cuyo ánimo no está variar la política conjunta que en este tema sigue con España.
Otro de las cuestiones que ha evidenciado el acto de Biarritz es que los promotores de este nuevo anuncio de desarme y la izquierda abertzale entienden esta entrega de armas como un punto de partida para después abordar otras de las exigencias históricas de la banda, es decir, el desarme como baza para una negociación. Todas las intervenciones del acto hicieron alusiones a revisar la situación de los presos, aplicar una legalidad específica para acelerar su salida de prisión o abordar el regreso de los huidos terroristas.