Todavía con la resaca de las lágrimas y el público en pie de su último congreso regional del Partido Popular, Esperanza Aguirre ha vuelto a tomar la palabra en un escenario. Esta vez con un auditorio no afiliado, pero afín, convocado por las fundaciones encabezadas por María San Gil, expresidenta del PP vasco, y Jaime Mayor Oreja, ministro de Interior aznarista. Poco después de tomar la palabra, ha prometido dejar a un lado “los complejos” para preservar el patriotismo. Ha concluido: “Los que teníamos que haber defendido la idea de España no hemos estado a la altura”.
Aguirre, chaqueta roja y con una bandera nacional justo detrás, ha clamado contra el nacionalismo y el populismo en el empedrado auditorio Rafael del Pino, a orillas de la Castellana. “La mentira es su arma principal, son enemigos de la libertad”.
En primera persona, haciendo autocrítica, ha culpado a su partido y al resto de organizaciones constitucionalistas de no haber “cultivado” el sentimiento nacional. “Es triste y preocupante que haya que llamar la atención a los españoles para que fortalezcan España”. El diagnóstico, sin nombres sobre la mesa. Rajoy, sólo entre líneas, para quien quisiera verlo. Pero Aguirre no ha tardado en dejar claro cuáles son los ases de su baraja: “Aznar, San Gil y Mayor Oreja, magnífico ejemplo de la defensa de nuestra patria”.
“Esto nos afecta a todos”
En un marco que ha insistido en describir como “crisis de valores”, la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid ha lamentado que, además de las instituciones, se estén viendo dañadas las familias: “Esto nos afecta a todos”.
Ya con los nacionalistas en el punto de mira, ha lamentado la devaluación que sufre la Historia de España, fruto del “poco cuidado puesto por los constitucionalistas” y “la mentira de los independentistas”. “Han convertido lo falso en una verdad canonizada. Ofenden la memoria de muchos”.
“Los políticos tienen miedo a la palabra patriotismo”
Entonces, “la decadencia del patriotismo”. Aquí se ha detenido, expresiva, con gestos. “Patriotismo”, ha repetido. “Esa palabra que a muchos políticos españoles les da miedo. No la utilizan. En cambio, los nacionalistas la enarbolan continuamente”.
Este “complejo” se extiende al cristianismo: “Es como cuando uno habla de solidaridad para evitar que lo tachen de criptocristiano”. “España no se entiende sin el cristianismo”, ha expresado.
Aguirre ha insistido en “esa vergüenza” que tanto políticos como ciudadanos “tienen a hablar con entusiasmo de España”. “¡Somos una de las naciones más importantes de la Historia de la humanidad. Si alguien habla mal de España, son los españoles. Me gustaría que hubiéramos tocado fondo y empezáramos a reaccionar”.
“Debemos defender España sin complejos”
En este apartado, ha criticado a quienes, como Podemos, “descalifican” la Transición: “Es injusto, una muestra más de la incapacidad de los españoles para valorar lo nuestro”.
Sobre aquellos que minusvaloran la Transición, ha expresado: “Están empeñados en llevarnos a posiciones siniestras, aberrantes, que abrían trincheras entre nosotros”.
Antes de pasar la palabra al historiador Fernando García de Cortázar, con quien ha compartido escenario, Esperanza Aguirre ha vuelto a llamar a la regeneración y “a la defensa sin complejos de la idea de España como nación”.