El Gobierno vasco con el lehendakari, Íñigo Urkullu, a la cabeza intenta mantener su protagonismo en el proceso de desarme de ETA pero no acaba de concretar si su Ejecutivo prestará cobertura institucional a los actos de escenificación que se están organizando el día 8 de abril en la localidad francesa de Bayona.
Combina sus llamamientos a la “discreción” y a la “prudencia” con declaraciones que mantienen el proceso en el escaparate de los medios de comunicación, sin resolver oficialmente las incógnitas que suscita su participación en la escenificación de la entrega de las armas.
Este lunes ha sido el propio Urkullu quien en un marco tan poco propicio como la firma de un protocolo de colaboración para el impulso de la Formación Profesional dual se ha prestado a responder a los medios de comunicación, previamente alertados de su predisposición nada habitual a comentar temas que excedan el contenido de los actos marcados en su agenda.
Su intervención no ha conllevado, en cambio, ninguna aclaración. No ha concretado si habrá representación institucional del Gobierno vasco en la escenificación del desarme y tampoco si él personalmente tiene previsto acudir o no.
Ha mantenido que “lo importante es que se proceda al desarme” conforme a las condiciones planteadas por su Ejecutivo, que sea “completo, consistente, de forma unilateral, verificado, legal y sin contrapartidas”, para que constituya un paso que contribuya al “final ordenado de la violencia”.
Urkullu se ha refugiado en la “discreción” a la que apela constantemente para no ser más preciso en la transmisión del mensaje sobre la implicación del Gobierno vasco en el proceso, en el que desde que se hiciera pública la intención de ETA se viene arrogando un papel de “puente” entre el Gobierno de Mariano Rajoy y las personas de la sociedad civil que mantienen la interlocución directa con ETA.
“TRABAJAR ANTES Y DESPUÉS”
“Para llegar a un final ordenado, completo, de la violencia hay que trabajar antes y después del día 8 “, ha insistido el lehendakari antes de reiterar el alto grado de involucración de su Ejecutivo. “Haremos todo aquello que esté en nuestra mano”, ha expuesto en línea con la que fue la primera declaración de su Gobierno el pasado 17 de marzo.
“Lo importante no es si va a asistir o no una representación del Gobierno vasco, sino el trabajo que se está haciendo para llegar al 8 de abril y en ese trabajo está el Ejecutivo vasco”, ha añadido.
Pese que en su primera declaración pidió “altura de miras” a las autoridades españolas y francesas, Urkullu ha rechazado opinar ahora sobre su posición. Por el contrario, ha dejado entrever cierta sintonía, al considerar que se plantean el proceso de desarme bajo las mismas características que ha venido reclamando “desde siempre” el Gobierno vasco. “Todos deseamos que una organización terrorista, la última autóctona de la Unión Europea, deje de existir definitivamente y esta sociedad pueda convivir de manera normalizada”, ha finalizado.
“EL GOBIERNO NO VA A ESTAR EN UNA ROMERÍA”
Más explícito que Urkullu ha sido su socio de gobierno, el PSE-EE. Su secretaria general, Idoia Mendia, ha considerado este lunes que el Gobierno vasco podría acudir a un acto de desarme, pero no participar en un acto de “folclore o romería” como “los que se están montando”, dejando de manifiesto el temor del Ejecutivo de que el 8 de abril sea capitalizado por la organización armada para reivindicarse, ya que se desconoce, al menos públicamente, cómo transcurrirá la jornada.
“Espero que la entrega de las armas no se convierta en un acto de reivindicación de la banda terrorista. Lo importante es que se disuelva”, ha expuesto la dirigente socialista.
Mendia, que hoy ha recibido la visita de su homólogo catalán, Miquel Iceta, ha dado a entender en una rueda de prensa que la escenificación del desarme podría tener dos partes diferenciadas: una, la de la entrega de las armas en sí y otra de celebración, según informa Efe. Ha comentado que el hecho de que ETA entregue las armas “es positivo” pero “los folclores y las romerías están de más”.
“El Gobierno vasco no va a estar en ningún acto de folclore”, ha precisado, asegurando que la postura del PSE-EE es coincidente con la del PNV y compartida por el propio lehendakari.