Sorpresa de última hora en el congreso del PP de La Rioja. El presidente del Gobierno autonómico, José Ignacio Ceniceros, se ha impuesto a la candidata apoyada por el aparato nacional, Cuca Gamarra, en una reñida votación donde tan solo 109 votos le han dado la victoria. El presidente por accidente se convierte ahora en presidente del PP por sorpresa y sustituye desde este sábado en la presidencia del partido a Pedro Sanz, que lo dirigía desde 1993 y que también hubiera preferido traspasar todos los poderes del partido a la alcaldesa de Logroño.
Ceniceros (Villoslada de Cameros, La Rioja, 1956) se convirtió en presidente autonómico de la región riojana el 7 de julio 2015 sin ser cabeza de cartel. El PP se quedó a las puertas de la mayoría absoluta y Ciudadanos puso como condición previa que Sanz se apartara de la presidencia para dejarles gobernar. Y ahí emergió la figura de un hombre "muy cercano al mundo rural", el voto que ahora le ha dado la llave de la presidencia del partido.
Con el anuncio de Sanz de no querer optar a la reelección de la presidencia del PP riojano, el jefe del Ejecutivo autonómico quiso hacerse con el control del partido porque entendía que una bicefalia entre Ejecutivo y partido perjudicaba a todos. Pero no contaba con las aspiraciones de la alcaldesa de Logroño, actual vicepresidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias, que disponía de la bendición de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para desafiar a su propio barón.
Ni siquiera el paso adelante del presidente autonómico frenó las ansias de poder de la primera edil, que contó con el respaldo de la dirección nacional del aparato para plantar cara a su presidente autonómico con un sólido argumento: ella había ganado en las urnas y no había sido puesta 'a dedo'. La campaña por el control del partido en La Rioja se convirtió en una auténtica batalla campal que se ha saldado con un resultado inédito: el triunfo del candidato que no contaba con el beneplácito de Génova. Además era el que menos gustaba al presidente Sanz.
El apoyo de Madrid y del viejo partido riojano no ha sido suficiente para que la guerra la ganara Gamarra, una joven promesa del PP a la que finalmente ha terminado por perjudicarle su cercanía a Pedro Sanz. El voto rural ha vencido al urbano: 1.172 papeletas para Ceniceros frente a 1.063 para Gamarra. Un recuento de infarto. "Ha vencido el contacto directo con los pueblos, que han votado en contra de la candidata del ya expresidente por el miedo a que siguiera gobernando él en la sombra. Se había convertido en un cacique y temían que ella simplemente fuera su mujer de paja para seguir controlando el partido", reconoce en privado un destacado miembro del partido autonómico.
Los militantes y los compromisarios riojanos han apostado por una renovación definitiva en el partido y han cortado de raíz las aspiraciones de la candidata oficial, que unió su nombre al aparato para vencer y los militantes la han sentado en el banquillo de los perdedores. A pesar de esta derrota, el futuro de Gamarra todavía se antoja prometedor. Es una de las jóvenes promesas del partido que ha aparecido en las quinielas para sentarse en el Consejo de Ministros o en el Comité de Dirección Nacional del PP. Pero no consiguió ni una cosa -dar el salto a Madrid- ni la otra -hacerse con el control del partido-. A corto plazo, la alcaldesa de Logroño tendrá que conformarse con seguir siendo alcaldesa de Logroño. A largo plazo, el tiempo dirá.