Elena de la Cruz se notaba cansada, pero el jueves no dudó en acudir al pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha, donde le tocaba comparecer para detallar datos sobre la cobertura móvil y de internet de la región. Mientras la consejera de Fomento de la Junta leía su discurso, comenzó a tener problemas. Le fallaban las fuerzas y el habla.
"Había comenzado muy fuerte, diciendo que [el presidente de Castilla-La Mancha] Emiliano García-Page había cumplido con el objetivo de déficit, pero se fue apagando. Tendía a leer las intervenciones y comenzó a enredarse en las palabras, a saltar de línea. Iba despacio y miraba a su grupo, buscando comprensión, como diciéndoles: "Estoy regular", recuerda Francisco Núñez, el diputado regional del PP que debía darle la réplica y que se reconoce como un "portavoz duro". "Intentó seguir desde el escaño. Dijo que se encontraba mejor y que sufría de las cervicales. Pero se perdía y decidimos suspender el pleno porque estaba claro que no se encontraba bien. Pensamos que a lo mejor era una gripe. Luego, en los pasillos, la vi muy pálida, arrastrando los pies apoyada en su jefa de gabinete. Me preocupó", explica Núñez.
Se la llevaron al hospital Virgen de la Salud de Toledo. Allí descubrieron que todas esas migrañas, que todo ese dolor de cervicales que arrastraba desde hace tiempo era en realidad consecuencia de una leucemia. Ya era demasiado tarde. Este martes, cinco días después, falleció a los 44 años, dejando una hija, Daniela, de menos de 10, y a su marido, que este martes atendía a cientos de personas que se acercaron al tanatorio de Guadalajara a darle el pésame.
Nunca paró. Este viernes tenía en su agenda una reunión en Lisboa y sólo el lunes tenía previsto hacerle caso a sus amigas e ir al médico antes de unos días de descanso en Semana Santa. No se había hecho un chequeo médico en 10 años, según cuenta su entorno, y minimizaba sus síntomas sin parar de trabajar en ningún momento. Su caso y, sobre todo, una muerte tan fulminante, es poco habitual, explican los expertos.
"Murió con las botas puestas", explica Magdalena Valerio, ahora funcionaria, antes diputada en el Congreso y consejera de la Junta. En 2008 fue ella quien la descubrió buscando a un experto en urbanismo para la Ejecutiva municipal del PSOE en Guadalajara. "Necesitaba a un arquitecto, que fuese honrado, que supiese de infraestructuras y que no hubiese estado relacionado con ninguna de las promotoras. Vamos, alguien que no me la fuese a liar", confiesa, compungida, por teléfono desde el tanatorio, donde "los de Ahora Guadalajara se han pasado toda la tarde", dice para ilustrar la buena imagen que tenía en todos los partidos.
"Habla bien y además es un bellezón"
"Recurrí a lo que aquí llamamos la maestrada, los mayores del partido, que me dijeron: ‘Hay una chica... ¡madre mía! Es la bomba. Jefa de estudios de la Escuela de Arte, profesora de diseño de interiores, con dos licenciaturas, en Bellas Artes y en Arquitectura. Es simpática, habla bien y además es un bellezón’. La convoqué junto a otros a una reunión del partido. Al acabar, le hice la propuesta. Ella me respondió: ‘Si es para trabajar, sí, si es para venir a perder el tiempo en reuniones del partido, no’. Justo lo que estaba buscando".
Ahí comenzó el periplo político de Elena de la Cruz, que llegó a la política activa pasados los 30 y tras haber ejercido su profesión, oposición incluida. Este martes le han rendido homenaje fuerzas políticas de todos los colores. Desde María Dolores de Cospedal, presidenta del PP de Castilla-La Mancha, con la que el PSOE regional mantiene un agrio enfrentamiento y que acudirá al funeral; hasta el portavoz regional de Podemos, José García Molina, muy cercano a Pablo Iglesias. En su perfil en Facebook recordó cómo le había recomendado El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez, y que visitara la galería de los Espejos del Palacio de Versalles, de Jules Hardouin Mansart. "Quisiera decirle que he leído el libro, y he visto la galería... Y que su elección era maravillosa", escribió García Molina.
Oficinas antidesahucios
Un cartel con su foto y una frase recibía este martes a alumnos y visitantes en la Escuela de Arte de Guadalajara. "Temprano levantó la muerte el vuelo", el verso de Miguel Hernández, se puede leer bajo su rostro sonriente.
Allí tenía su plaza de profesora. Ejerció varios años, también como directora del centro, puesto al que llegó por concurso. En 2015, García-Page le ofreció la Consejería de Fomento. Desde allí ha batallado contra el trasvase del Tajo-Segura, una de sus principales prioridades, e impulsó una red de oficinas antidesahucios que mereció el elogio de las plataformas ciudadanas, a menudo tan críticas con los políticos. Según informa la agencia EFE, su iniciativa ha paralizado 50 lanzamientos desde octubre de 2015 y ha atendido a más de 1.600 familias.
En 2010 fue delegada de la Junta para asuntos de Empleo en la provincia de Guadalajara. Según José María Barreda, hoy diputado y entonces el presidente regional que la nombró, "hubo que ir a buscarla". Aunque ya llevaba varios años vinculada a la política local, su ámbito era el de la educación, no el empleo. "La conocí en la inauguración del edificio de la Escuela de Arte y me encantó su personalidad", explica Barreda.
El año que estuvo no fue fácil. "Llegó a su primer cargo institucional en un momento en el que ser delegado de Trabajo era comerse todos los marrones", según Pablo Bellido, el diputado socialista por Guadalajara y líder del partido en la provincia. Allí tuvo que enfrentarse a muchos expedientes de regulación de empleo (ERE), mediando entre trabajadores, sindicatos y empresarios. La última vez que la vio Bellido fue hace dos sábados, recorriendo los pueblos de la provincia, de los que conocía con detalle sus problemas. "Nunca paraba", explica.
Las rosas blancas en su silla
Era su capacidad para llegar a acuerdos, su firmeza y al mismo tiempo su cercanía la que han hecho que el shock haya sido muy contundente en Castilla-La Mancha. En su silla en la sala del Consejo de Gobierno de la Junta se despositaron varias rosas blancas. En un artículo, García-Page se despidió con "una garganta que ahoga un sollozo y de un corazón que sufre, pero que está orgulloso" de la consejera.
Según los que la conocieron, fue una persona con una alta preparación y curiosidad cultural, que sorprendía a los que la enmarcaban en estereotipos físicos o la juzgaban por el color de su pelo, el rubio.
Entre sus aficiones estaban la pintura, la escultura y las manualidades, algo a lo que le ayudaban sus dos licenciaturas. "Hasta había tenido una época rockera", explica Valerio. No era infrecuente que, "cuando iba a casa de un director general [de los que era jefa], acabase haciendo alguna chapuza porque una cisterna no funcionase", explica. Con su padre renovó su casa de Cabanillas del Campo, donde residía.
Un perfil cada vez menos frecuente
"Ella hacía un tipo de política muy anglosajona, pisando mucho la calle. Forma parte de ese tipo de personas que llegan a la política con una dosis de madurez y de experiencia profesional. Así llegó a la política de su país, con vocación de servicio público y para que su vida y la de sus vecinos fuera mejor. Son personas como esas las que necesitamos en el PSOE. Por la falta de personas como Elena hemos ido perdiendo el crédito", explica.
Tras ser diputada, consejera y concejala, Valerio es ahora funcionaria. Descubrió a Elena de la Cruz y la integró en su equipo, pero ahora trabajaba para ella. "Cosas del destino", según ella.