Ciudadanos ha ganado 2.000 afiliados desde su última Asamblea General, que aprobó el giro liberal del partido y su nueva estructura como organización política nacional. El partido supera los 23.000 militantes. En las primarias de enero, el censo era ligeramente inferior a 21.000.
Los 2.000 nuevos afiliados son el resultado tras contabilizar bajas, altas y personas que se han puesto al corriente de pago desde entonces. Además, el partido, que llegó a rozar los 31.000 afiliados, ha eliminado a un buen número de morosos. Este saldo positivo demuestra que no ha habido una fuga de afiliados -como algunos pronosticaban- tras el giro de la socialdemocracia al liberalismo.
Con estos números, Ciudadanos iniciará después de Semana Santa el proceso de elección de sus nuevos órganos territoriales. En junio, se elegirán los portavoces autonómicos, que es el nombre escogido para designar al líder del partido en una comunidad. Ciudadanos va a descentralizar su estructura, pero de forma controlada. Los Comités Autonómicos serán ejecutivas regionales, pero no baronías con amplia independencia como las del PSOE o el PP.
El partido de Albert Rivera mantiene una estructura presidencialista desde su nacimiento. La dirección nacional se reserva el nombramiento de más de la mitad de los integrantes de todos los Comités Autonómicos: 10 en total (cinco secretarías y cinco miembros con cargo institucional), asegurándose el control de todas las decisiones. El resto será elegido por los afiliados.
El papel de la militancia
Los Comités, por ejemplo, podrán hacer política territorial, siempre en coordinación con la dirección nacional. Pero no tendrán la capacidad de reemplazar al portavoz de un grupo parlamentario autonómico o municipal. Esa decisión queda en manos de la Ejecutiva.
El proceso territorial prevé la renovación de las juntas directivas de las casi 700 agrupaciones de militantes repartidas por todo el país. Los afiliados votarán una lista cerrada de candidatos mediante sufragio directo en urna. Fuentes de la dirección naranja indicaron que esta vez no habrá una lista "oficial" apoyada expresamente por la dirección, como ocurrió en la elección de compromisarios para el congreso de Coslada.
Los equipos directivos de las agrupaciones tendrán unos coordinadores que irán ocupando, de abajo a arriba, los comités territoriales, provinciales (en su caso) y finalmente autonómicos. Una comunidad como Madrid, por ejemplo, tendrá un Comité Autonómico formado por 18 personas, 10 elegidas por la Ejecutiva nacional y ocho que vendrán del voto de la militancia.
Rivera seguirá conservando el control absoluto del partido, pero con este formato puede delegar políticas locales del día a día y ganar músculo territorial. Los Comités Autonómicos están obligados a reunirse al menos una vez al mes.
Termómetro para los afiliados
Las elecciones de las juntas directivas van a evaluar también la salud interna del partido tras la Asamblea. El giro liberal, la renuncia a la socialdemocracia y algunas luchas de poder localizadas han encendido algunos incendios en la militancia. Pero el ambiente está mucho más calmado que en las semanas posteriores a la Asamblea.
En Valencia, por ejemplo, sigue pendiente de resolver el futuro de Alexis Marí, portavoz en las Cortes, la eurodiputada Carolina Punset y sus afines, abiertamente enfrentados con Rivera. En Cataluña, los afiliados se posicionaron mayoritariamente en contra de eliminar la socialdemocracia de su ideario. Pero el partido no ha sufrido bajas significativas en esta comunidad ni se espera un enfrentamiento en las elecciones de las agrupaciones.
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