José Luis Martínez-Almeida (Madrid, 1975) es la imagen del político recién nombrado. Sentado en el despacho, bucea en su teléfono móvil. Aquello de los mensajes por contestar. La librería, con muchos huecos. Esperanza la ha vaciado. Sólo queda algún libro de Mises, ejemplares de Hayek… Liberalismo clásico. Sobre la mesa, reposa un muñeco del Atlético de Madrid, adorno de urgencia, el primer rasgo de una personalidad que esta semana consumará la mudanza y el cambio de papeles: es el nuevo portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid.
Abogado del Estado, buen jugador de golf y casi siempre en moto, Martínez-Almeida afronta dos retos: paliar el sentimiento de orfandad dejado por Aguirre y marcar las diferencias con “el saco de la mierda”. Así se expresaban varios concejales antes de la votación que lo ha encumbrado líder capitalino de los populares.
No reniega de Esperanza Aguirre, pero se confiesa “ilusionado” con Cifuentes. Posa sin corbata, ¿nueva política? Reconoce que la corrupción “carcome” al PP y busca la manera de centrar el debate en las propuestas para que no les ahogue el lodo de la Operación Lezo. Con “retranca” y “divertido”, así le definen tanto sus compañeros como ediles de otras formaciones, disfruta del trabajo parlamentario. “Procuro devolver el precio de la entrada”, bromea. Su PP viene a “asaltar la calle” para “conocer los problemas de la gente”. No quiere saber nada de los cielos de Podemos.
En su primera rueda de prensa como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid dijo que iban a ser “el PP de siempre”. ¿Eso no tiene peligro?
No tiene ningún tipo de peligro. Sé que existen las etiquetas de “viejo” y “nuevo” PP, pero las políticas que hemos desarrollado, tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, durante los últimos treinta años nos han llevado a ser el partido más votado en todas las elecciones. Con eso me refería al PP de siempre, al proyecto. Es cierto que ha llegado un momento de renovación de caras, ya se vio en el último Congreso regional. Por supuesto que el grupo municipal está con Cifuentes, a bordo de un trabajo ilusionante.
Dedicó buena parte de su tiempo a alabar a Esperanza Aguirre y a remarcar su “altura política”. ¿eso le puede suponer un daño electoral?
Bajo ningún concepto. No puedo renegar de Esperanza porque he trabajado con ella los últimos diez años. Es un referente personal y profesional, nuestra relación es muy cercana. Tampoco voy a renegar de sus políticas: 200 kilómetros de Metro, 12 hospitales… Sí debemos renegar de la corrupción, somos los primeros a los que nos duele. El PP de Madrid cuenta con el código ético más exigente.
¿Le sorprendió su dimisión? ¿Cree que hizo bien?
Me entristece, no es una salida para una trayectoria como la suya. Pero también me enorgullece, siempre ha sido fiel a sus principios. Ha asumido una responsabilidad sin estar imputada, sin que ni siquiera haya indicios. Creo que hizo lo correcto.
Usted fue secretario general del consejo de Gobierno de la Comunidad. ¿Nunca sospechó? ¿No oyó un runrún acerca de las actividades de Ignacio González?
Es cierto que trabajé en la secretaría general, adscrito a la vicepresidencia de González. Estoy muy sorprendido, claro que no me lo esperaba.
¿Lo conocido hasta ahora es el principio o el fin de esta ola de corrupción?
Quiero que se llegue al final, a la verdad, hasta las últimas consecuencias, lo antes posible.
Ese “PP de siempre” mencionado por usted contrasta con el “nuevo PP” que describió Cifuentes justo un día antes.
Como he dicho antes, no reniego de donde vengo, pero también dejo claro que el grupo municipal está con Cifuentes. Es imprescindible que trabajemos juntos para recuperar el Gobierno de la ciudad de Madrid en 2019.
¿Su elección es la garantía de que el ‘aguirrismo’ no desaparecerá en la capital?
Es la garantía de que vamos a seguir trabajando por los madrileños.
¿En la línea de lo que hacía Esperanza Aguirre?
Podemos estar profundamente orgullosos de estos dos años de oposición. Tenemos un grupo humano extraordinario. Un cambio en la portavocía puede implicar una variación en la forma de actuar, pero no supondrá un vuelco sustancial. Nuestra manera de hacer oposición hasta ahora la refrendaron las elecciones generales. Si contempláramos esos resultados como municipales, probablemente estaríamos gobernando esta ciudad.
¿Qué le ha llevado a dar un paso adelante?
Estábamos en shock. Muchos compañeros me animaron a hacerlo. Además, me veo con ganas y capacidad de llevar la portavocía. Tengo dos convicciones: la valía del grupo y que podemos ganar en 2019.
¿Qué tiene usted que le ha hecho más valioso que Herníquez de Luna a ojos de sus compañeros?
No soy el más indicado para responder a eso, tendrás que preguntárselo al resto de concejales.
En su discurso antes de la votación, se vendería de alguna manera, ¿no?
Nuestros compañeros nos conocen desde hace dos años… Ha habido un elemento común a las dos intervenciones: estamos ante un proceso novedoso, nunca se había dado algo de estas características, lo importante es preservar la unidad para poder hacer una buena oposición. Saliera quien saliera íbamos a estar uno detrás del otro, como ha sucedido.
¿La ambición política que ha mostrado ahora le llevaría a postularse como candidato a la alcaldía en 2019?
Ahora he tenido ambición política, es cierto, hay que dar la cara. No me avergüenzo del PP, sino de nuestros corruptos. Pero nunca me avergonzaré ante nuestros adversarios de las políticas llevadas a cabo. Llevo cinco horas de portavoz, me es indiferente quién sea el candidato dentro de dos años. Lo importante será ganar.
¿Pablo Casado sería un buen candidato a la alcaldía de Madrid?
El candidato que designe el partido podrá disfrutar del trabajo de oposición que va a realizar este grupo y, gracias a eso, estará en disposición de ganar las elecciones.
Usted ha ganado con 10 votos a favor, 8 en contra y 2 en blanco. Los resultados arrojan un grupo partido en dos. ¿Cómo va a restañar esta división?
No lo llamaría división, sino elección. Si hubiera ganado alguien con una mayoría clara, hablaríais de resultados a la búlgara. Siento haber puesto a los compañeros en este brete, estoy seguro de que ha sido difícil para ellos. Creo que salimos unidos y fortalecidos.
En la práctica, en las propuestas, ¿qué diferenciará su portavocía de la de Aguirre?
La labor en los plenos es buena, tenemos que intensificar nuestra cercanía con la gente, estar a pie de calle. En lugar de vender nuestras propuestas, debemos escuchar a la gente, conocer qué esperan de nosotros. El programa de 2019 debería componerse, en gran parte, de las pretensiones de la gente.
Usted ha ha hablado de la necesidad de “volver a la calle”... como Podemos.
Podemos ha venido a asaltar los cielos, nosotros vamos a asaltar la calle. Venimos a resolver los problemas de la gente y para eso hay que asaltar la calle.
¿Ha hablado con Cifuentes?
La he llamado nada más conocer los resultados de la votación. Me ha dado la enhorabuena, le he comunicado nuestra buena disposición a trabajar unidos para recuperar el Ayuntamiento.
¿Usted fue el protegido de la presidenta de la Comunidad en esta elección?
Para ser el candidato de Cifuentes, el aparato ha estado a punto de perder las elecciones. El estrecho margen demuestra que la presidenta cumplió con su palabra, con la libertad que prometió a los concejales.
Es abogado del Estado, se ha publicado que de la misma promoción que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Es cierto?
No, no. Creo que ella es de 1999, yo de 2001.
Pero, ¿se tratan?
Ya sabe que los abogados del Estado nos conocemos todos, existe cierto corporativismo. La conozco porque compartimos esa condición.
¿A qué se refiere cuando dice que conviene “librar a Madrid de la pesadilla de Podemos?
De verdad, no están resolviendo los problemas de la gente. Esta mañana lo hemos visto. No nos negamos a cambiar las 52 calles, sino a la forma en la que se ha hecho. No han previsto los perjuicios. Pongo un ejemplo: en dos semanas tengo que ir a renovar mi DNI, ¿qué hago? ¿Volver en dos semanas para actualizarlo con el nombre de mi nueva calle? Como a mí, esto ocurre a miles de madrileños.
Tampoco han pensado qué hacer con el problema de la calidad del aire. Vale, que prohíban el coche, pero ¿qué alternativas dan? No han construido aparcamientos disuasorios, tampoco han reforzado el transporte público. ¿Todo el mundo va a ir andando? Desarrollan medidas en base a sus apriorismos ideológicos y desencadenan los problemas de la gente.
¿Cómo se dirige a un votante del PP que ha perdido la confianza en su partido tras tanta corrupción? ¿Qué dice ante el “cada día, otra distinta”?
Ha habido casos de corrupción, no podemos esconderlo ni disminuir su importancia. También es cierto que en el PP ya existe una tolerancia cero, aunque la corrupción es un problema que nos carcome. Es complicado vender un mensaje en plena ola de corrupción, pero cuando Ahora Madrid dice luchar contra eso, en realidad lucha contra nuestras políticas. Debemos preguntarles cuáles son las suyas y compararlas. Ahí tenemos bola ganadora.
Pero ustedes tienen muy difícil contrastar políticas por esa lacra de corrupción, el río de lodo negro les cae encima.
Debemos depurar el lodo, por supuesto, pero también advertir a la gente de que la corrupción no resuelve sus problemas. Los demás partidos no pueden agarrarse a nuestra corrupción para tapar sus carencias. Manifestamos compromiso y arrepentimiento total y absoluto con la corrupción, pero no olvidemos que lo que arregla los problemas de la gente son las ideas y las políticas.