El Gobierno asume que el cupo vasco le pasará factura en la negociación de la financiación autonómica. Dirigentes de varias comunidades han criticado el agravio que, en su opinión, supone el acuerdo entre PP y PNV. El presidente de Aragón, Javier Lambán, dijo que el pacto es "absolutamente imposible".
En privado, distintos responsables autonómicos entienden que los 1.400 millones del cupo dejan menos dinero para repartir a las comunidades del régimen común. Y apuestan a largo plazo por que las autonomías forales contribuyan de alguna manera a la financiación del resto de comunidades.
"El acuerdo con el PDECat hubiera salido más barato que con el PNV", dicen desde algunas comunidades.
El Gobierno acordó abrir el diálogo sobre la financiación autonómica en la Cumbre de Presidentes de enero. Las comunidades y el Estado nombraron una comisión de expertos, que se dio un plazo de seis meses para presentar una propuesta.
Los trabajos de los 21 expertos son secretos. El documento de la comisión debe entregarse en agosto. A continuación, el Gobierno reunirá el Consejo de Política Fiscal y Financiera para discutirlo. Pero, a partir de ahí, recuerdan desde la consejería de una comunidad, hay que llevar una ley al Parlamento. Y el Gobierno no tiene mayoría.
"Se va a tener que negociar", dicen estas fuentes. "Si no es posible el acuerdo con el PSOE, otra vez entran en juego el PNV, Ciudadanos y el resto de grupos".
Lambán: "Acuerdo imposible"
La predisposición al acuerdo no puede ser peor. Lambán dijo esta semana en las Cortes de Aragón que el proceso de reforma de la financiación autonómica ha quedado arruinado. "Criticábamos el cupo vasco porque era injusto, pero después de este acuerdo, el problema de la financiación y el reto de una ley con las comunidades autónomas queda absolutamente imposible de ser aprobada", dijo el presidente socialista de Aragón.
Ximo Puig, otro de los barones socialistas, fue igual de contundente: "Si hay dinero para solucionar el cupo vasco, que haya dinero también para solucionar el resto de la viabilidad de las comunidades autónomas". Puig lleva semanas criticando la, a su juicio, infrafinanciación de Valencia en los Presupuestos.
El último modelo de financiación autonómica se aprobó en 2009 durante el segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. El Gobierno repartió 11.000 millones entre las comunidades de régimen común. Es muy difícil que, si quiera, se llegue a igualar esa cifra en la negociación actual.
El País Vasco también cobra del régimen común
Algunos expertos autonómicos sospechan que el PNV ha incluido una parte correspondiente de esta partida de 2009 en la parte que se les adeudaba del cupo. El cabreo es monumental, porque teóricamente este dinero está reservado para las comunidades del régimen común y no para las forales, que recaudan sus propios impuestos.
Por eso, hace tiempo que algunas comunidades piden abiertamente acabar con la bilateralidad Estado-comunidad del País Vasco y Navarra. Es posible que en la negociación que se avecina después del verano, varias regiones planteen algún mecanismo que obligue a las autonomías forales a contribuir de un modo horizontal a la financiación del resto de comunidades. Otra cosa es que esa reforma salga adelante.
Son varios los expertos que defienden una reforma en profundidad de la financiación autonómica en España. Sin embargo, no creen que el acuerdo del cupo haga saltar el sistema por los aires. "El sistema es el que es y está muy ligado a la coyuntura económica", explican. "Si la economía crece hay más dinero para repartir, el problema es cuando se produce una crisis como la que acabamos de superar. Entonces surgen problemas como los que estamos viviendo".