La noticia publicada por EL ESPAÑOL este domingo, detallando el inventario definitivo de las armas robadas la semana pasada en el arsenal portugués de Tancos, ha provocado un escándalo en el país vecino. La prensa y la clase política han reaccionado con indignación ante la publicación de la lista en un medio extranjero, ya que durante la última semana el Ministerio de Defensa luso se había mostrado reacio a desglosar precisamente qué había sido extraído de las instalaciones militares.
“Me quedo atónito al ver que un diario español ha publicado la lista completa del material robado de un arsenal portugués”, declaró Pedro Passos Coelho, líder de la oposición y exprimer ministro luso, durante una comparecencia en un acto electoral la noche del domingo. “Nuestras autoridades han faltado el debido respeto al público, pues mientras alegan que no saben qué tuvo lugar, ni qué fue robado, un periódico español nos lo cuenta”.
“La gravedad de esta situación requiere una respuesta inmediata”, afirmó el político, que a la vez exigió la depuración de responsabilidades políticas por la mala gestión del arsenal y por la reacción confusa del Ejecutivo ante lo que ha sido calificado como “el peor fallo de seguridad de la historia de la Unión Europea".
El robo de 1450 cartuchos de munición, 18 granadas de gas lacrimógeno, 150 granadas de mano ofensivas, 44 granadas cohete anticarro y gran cantidad de explosivos almacenados en Tancos ha puesto toda Europa en alerta, ya que se teme que un grupo terrorista haya extraído el material bélico con el objetivo de utilizarlo para perpetrar un atentado en un país vecino.
Críticas a las autoridades por omitir información
La exclusiva de EL ESPAÑOL ha sido materia de portada de los principales periódicos del país, los cuales se han hecho eco de la noticia y han notado que la lista definitiva de material extraído es mucho más amplia de lo que había sido indicado por el Gobierno luso que inicialmente minimizó la magnitud del robo.
La publicación de la lista del material robado ha centrado las críticas en la figura del ministro de Defensa, José Luis Azeredo Lopes, quien aseguró no tener “noción exacta de lo que fue robado”. El primer comunicado oficial emitido sobre el asunto hablaba apenas del hurto de algunas municiones y se tardó un día en informar sobre el robo de varios lanzagranadas. Hasta publicarse la noticia de EL ESPAÑOL no se conocía el número exacto de granadas extraídas, y mucho menos el robo de explosivos suficientes como para volar un edificio.
“La lista completa impresiona, ¿no?”, pregunta retóricamente Martim Silva, director ejecutivo del diario Expresso. “La lista del material robado de Tancos fue revelada exclusivamente por la prensa… ¡española! ¿Explicación? Pues que aparentemente las autoridades nacionales no querían divulgar la lista, pero al compartirla con sus homólogos extranjeros, terminó por llegar a los medios. No necesitas ser especialista en materia militar para concluir que estamos un asunto serio”.
"Es un escándalo sin precedentes"
En el Diario de Noticias, el director adjunto Paulo Tavares afirma que la publicación de la lista en EL ESPAÑOL “revela lo grave que fue lo que tuvo lugar en Tancos, como también revela cómo ha sido la gestión política del asunto”. “Aunque la transparencia no es una regla que se pueda aplicar a toda actividad del Ejecutivo, en este caso, como ciudadano, me gustaría tener más información. O, por lo menos, me gustaría enterarme del asunto a través del Ejército y no a través de un periódico español. Desde el primer momento el Ejército ha tratado este asunto con pinzas; aunque me parece bien tener cuidado con este tema, no me resulta aceptable mentir u ocultar información”.
Para Tavares la lista de material robado "es preocupante, pero las autoridades portuguesas no pensaron que era tal como para elevar el nivel de alerta nacional. Todo sigue como estaba. Me gustaría pensar que no es así, que se está haciendo todo lo posible para recuperar el material, o para evitar que llegue a manos criminales, pero las fuentes de este diario indican que todo sigue inalterado”. Asimismo afirmó que “cuando el Papa Francisco visitó Fátima volvieron los controles fronterizos, y hasta se nos informó sobre los casos menos legales que habían sido detectados. Sólo se explica la actual situación si la Policía Judicial ya tiene fuertes indicios de dónde se encuentran esos explosivos, granadas, rockets anticarro y etc., y están a punto de capturar a los implicados”.
La irritación era incluso mayor entre el público, donde muchos expresaron su frustración por la falta de información procedente de las autoridades lusas: “Cuando queramos saber lo que nos ocultan en Portugal, solo necesitamos leer la prensa extranjera”, escribió el lector Carlos Botelho en un comentario sobre la noticia publicada sobre la lista en el diario portugués Público. “¡Es un escándalo sin precedentes! O tal vez son dos escándalos: el primero el robo, el segundo la divulgación de la lista a través de un medio español”, coincidió el lector António Salgueiro en la misma página.
Aumenta la presión sobre el Gobierno
Las pésimas condiciones de seguridad en el arsenal de Tancos y el escándalo provocado por su robo han hecho aumentar las críticas hacia el Ejecutivo minoritario del socialista António Costa, ya de por sí reprochado por su gestión del catastrófico incendio de Pedrógão Grande, en el que perecieron 64 personas hace dos semanas.
A diferencia de la deflagración, que el Gobierno ha tachado de desastre natural, el asalto al arsenal sólo puede ser explicado a través de los fallos humanos que permitieron que tuviese lugar. Sucesivas filtraciones de información han revelado las pésimas condiciones de seguridad en la instalación militar, donde se almacena gran cantidad de material destructivo en un recinto apenas protegido por una verja metálica y sin sistema de vídeo vigilancia desde hace dos años.
Aunque patrullas de vigilancia circulaban por la zona, los datos más recientes indican que estas se realizaban infrecuentemente: las autoridades piensan que el robo tuvo lugar durante el lapsus de tiempo de hasta 20 horas entre la última ronda de la noche del miércoles y la primera del jueves, que tuvo lugar a las cuatro de la tarde. Actualmente el jefe del Estado Mayor luso, el general Rovisco Duarte, reconoce que los asaltantes podrían haber contado con la colaboración de alguien dentro del Arsenal.
El primer ministro es el "primer" responsable del fallo
La ausencia del primer ministro –que según el diario I se encuentra de vacaciones en una isla española– enfureció a muchos, quienes consideran inaceptable que el jefe del Gobierno rechace interrumpir sus días de descanso para tomar mando personal de la situación en Tancos. Costa solo pasará brevemente por tierras lusas este miércoles y jueves para participar en el debate parlamentario previsto para estas fechas, pero tiene la intención de volver a España en cuanto concluya, resumiendo sus vacaciones, que están programadas para esta primera quincena de julio.
Tanto la izquierda como la derecha ha exigido explicaciones urgentes al Gobierno, y además del conservador Passos Coelho, Catarina Martins, coordinadora del marxista Bloque de Izquierda –que actualmente forma parte de la alianza parlamentaria que sostiene al Gobierno minoritario de Costa–, ha exigido “responsabilidades políticas” por los fallos en “materia fundamental para la seguridad del Estado”.
Por su parte, Nuno Magalhães, líder parlamentario del conservador Centro Democrático Social-Partido Popular, va más lejos al exigir la dimisión del ministro de Defensa y de Constança Urbano de Sousa, ministra de Administración Interna y última responsable de la gestión de los incendios forestales en Portugal.
“El primer ministro tiene dos ministros que no deberían serlo. Les eligió por lealtad política, a costa de la seguridad, la credibilidad internacional del país y la confianza de los ciudadanos en el Estado. Es el primero y último responsable de todo lo que ha fallado”.