Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la independencia de Cataluña no es un problema prioritario para los españoles. El desafío secesionista, el próximo referéndum inconstitucional del 1-O o la entelequia de un Estado catalán no es para la inmensa mayoría de los españoles un dilema. De hecho, tan sólo el 1,2% lo considera uno de los grandes problemas del país.
Este dato contrasta con el aluvión informaciones y actos políticos que protagoniza el denominado problema catalán: el interés de los ciudadanos no cuadra con la agenda mediática e institucional. ¿Por qué parece que la independencia de Cataluña no preocupa a los españoles, según el CIS?
¿Sólo nos importa lo que nos afecta?
Los diferentes expertos coinciden en una cuestión fundamental: a los ciudadanos les preocupa lo que más les afecta. A la inmensa mayoría de los españoles la independencia de Cataluña no les atañe directamente. Para la politóloga Silvia Clavería, hay que tener en cuenta el "sujeto político" del problema: "La independencia es algo que preocupa a los propios catalanes, son ellos los que se ven reconocidos en la incógnita, el resto de los españoles lo pueden ver como una cosa que está ahí pero no les afecta como la corrupción o el paro".
En este sentido Clavería afirma que para los ciudadanos "el principal problema del país es el que les afecta a ellos". Con las respuestas de la politóloga se puede explicar el porcentaje de respuesta en la encuesta, según el CIS el primer problema para los españoles es el paro (71,2%), el segundo la corrupción y el fraude (49,1%) y en tercer lugar los problemas de índole económica (21,7%).
Sin embargo, para Gonzalo Adán, doctor en psicología social y director de Sociométrica, esta teoría "hace aguas" ya que "la corrupción no afecta directamente a los ciudadanos de a pie" y tampoco "cuadra el hecho de que el paro preocupe a un 70% cuando hay un porcentaje menor de personas sin trabajo". Para Adán "no hay excusa" para que no se recoja esta cuestión ya que "los ciudadanos responden a una pregunta abierta donde la respuesta es múltiple. Llama mucho la atención que prácticamente nadie lo mencione". El director de Sociométrica recuerda que esta situación también se da con la violencia machista, ya que "en el último barómetro del CIS sólo preocupaba a un 1,7% de la población. Los dos son problemas de primera magnitud en España y agenda diariamente, son cosas que no cuadran".
La 'ensoñación' catalana
Clavería abre otra vía de debate: los españoles "no se creen" la independencia de Cataluña. La politóloga afirma que "hay parte de la ciudadanía que cree que en el 1-0 va a pasar lo mismo que en el 9-N, es decir, nada. Creen que Cataluña está retando al Estado pero que no tendrá ningún tipo de consecuencias".
En este sentido, Jorge Vilches, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, apunta a que los datos del CIS se explican por el "hartazgo" de los ciudadanos sobre el problema catalán al llevar "mucho tiempo" en la agenda política y "no concretarse en nada", frente "a lo poco representadas que sienten las cuestiones locales en el panorama nacional". Vilches cree que, además, existe una "sensación de impunidad respecto al secesionismo porque el Gobierno no hace nada", lo que explicaría para el politólogo la desazón.
Los españoles no "ven en riesgo la unidad"
Para Lluís Orriols, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, este es "un problema de vasos comunicantes", ya que "unos problemas esconden a otros, en España la mayor parte de la ciudadanía aún está viviendo una crisis grave por lo que entre sus preocupaciones no está la crisis territorial, la economía monopoliza". Sin embargo, Orriols se pregunta por qué hay un desfase tan grande entre la "crisis política", como refleja el CIS, y la "crisis territorial" y su percepción. Si bien el estado de crispación de la crisis económica y la desafección con la clase política ha calado en la opinión pública, la cuestión territorial ha quedado en un segundo plano. En este sentido, apunta que probablemente "los españoles no perciban la crisis territorial con consecuencias reales, quizás crean que la unidad no está en peligro".
Para comprender esta situación, Orriols afirma que hay que considerar el "desfase entre las preocupaciones de los ciudadanos y las estrategias de las élites políticas". Para el profesor es algo relativamente corriente que se explica por las discrepancias entre lo que constituye un problema real para los ciudadanos y lo que lo es para el Estado.
¿Y si el CIS se equivoca?
Para Adán hay que poner encima de la mesa la posibilidad de que la pregunta del CIS esté mal planteada. En el barómetro mensual del Centro de Investigaciones sociológicas, en la cuestión sobre los principales problemas de España, las respuestas son espontáneas, es decir, que los encuestados deben responder sin una base previa, esto para Adán puede llevar a equívocos.
"La pregunta es demasiado abierta, si fuese más directa y menos espontánea, es decir, si se seleccionasen los temas previamente y se leyesen los temas al encuestado éste podría decir mejor qué supone un problema para él, de lo contrario se quedan muchas cosas en el tintero", explica. Para Adán, si la pregunta estuviese planteada de otra manera, los resultados serían muy distintos y las encuestas servirían para explicar problemas emergentes. El doctor en psicología social se muestra muy preocupado al respecto de estos desfases ya que "de los datos del CIS beben la mayoría de las tesis doctorales y artículos de este país".