Madrid

El Gobierno está convencido de que el intento de manipular la manifestación contra el terrorismo en favor de la causa independentista es un tiro que a la Generalitat le ha salido por la culata. Fuentes del Ejecutivo insisten en que el movimiento separatista "sigue desinflándose" y que el 1 de octubre no habrá referéndum en Cataluña.

La lectura que un día después de la pitada al rey se hacía en Moncloa es que la presencia del monarca permitió sacar a la luz "la verdadera cara" de los independentistas. "Lo ha visto todo el mundo. Tanto en París como en Londres, la gente salió a la calle unida en el dolor, sin otra bandera que las víctimas. Han cometido un gran error al querer convertir la manifestación en otra cosa", subrayan las fuentes consultadas.

Tanto en el Gobierno como en el PP aseguran que lo que se hizo en Barcelona fue "una encerrona" al rey y que los separatistas se organizaron para llenar de esteladas y pancartas ofensivas los puntos clave del recorrido con el fin de apropiarse del significado de la movilización. Consideran, sin embargo, que eran muchísimos más los ciudadanos que acudieron con la intención de mostrar su solidaridad y que esas personas se sienten ahora manipuladas y heridas en su buena fe.

La estrategia del tancredismo

En el Gobierno se ratifican en que la estrategia diseñada por la vicepresidenta del Gobierno de permanecer quietos y no entrar en provocaciones es la acertada, y más en este momento, con la celebración de la Diada dentro de dos semanas y a un mes de la fecha elegida para el referéndum. "La Generalitat necesita ensanchar las bases del independentismo, le hace falta una mayoría más amplia y no la está consiguiendo. Están nerviosos y lo del sábado fue un gravísimo error para sus intereses. No hay que darles argumentos para el victimismo", subrayan.

Lamentan la bronca a Felipe VI porque es un ataque a un símbolo de la unidad nacional que puede haber ofendido a millones de ciudadanos, pero se reafirman en que el monarca hizo lo correcto al manifestarse contra el terrorismo y solidarizarse con las víctimas. También destacan que la presencia de Felipe VI era muy importante para los catalanes constitucionalistas.

Las mismas fuentes señalan que las autoridades catalanas lo están fiando todo a la agitación callejera, pero que quienes salen a manifestarse por la independencia "son los mismos, no crecen" y que "no pueden soñar siquiera con lograrlo con un 25% o 30% de apoyos".

La baza de los indecisos

Los dirigentes del PP creen que los catalanes que están indecisos o en tierra de nadie en relación al 1-O se llenaron de argumentos el sábado para dar la espalda a Puigdemont.

El presidente Rajoy, aparentemente satisfecho, dijo este domingo en la localidad pontevedresa de Cerdedo-Cotobade que estaba "orgulloso" de haber acudido el día anterior a Barcelona: "Estuvimos donde teníamos que estar. Estamos orgullosos de haber estado allí y de que estuviera también allí el jefe del Estado".

Por su parte, Carles Puigdemont, en una entrevista con ElNacional.cat, daba por hecho que habrá referéndum, que ganará el sí y que habrá que realizar "una transición corta, muy dialogada y muy negociada, pero corta", con el Estado y con la Unión Europea.

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